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March 15, 2017 | Author: @javessur | Category: N/A
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ANTONIO QUILIS

MÉTRICA ESPAÑOLA Tercera edición

EDICIONES ALCALA MADRID

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Dirige:

J. M.a DiEZ TABOADA

Ediciones Alcalá, Colombia, 18. Madrid Reservados todos los derechos PRINTED IN SPAIN

Depósito legal: M. 34.282-1975 ISBN: 84-7008-047-4 Musigraf Arabí. Hermanos del Hoyo, s/n. Torrejón de Ardoz (Madrid)

!

I

A mis hijos Maria losé Ismael Maria Antonio Maria

PRÓLOGO

En nuestros años universitarios, nos fue muy úlil el Resumen de versificación española (Barcelona, 1950), de MARTfN DE RIQUER, por su claridad y conci­ sión. Agotada esta edición, no se ha publicado des­ pués, que sepamos, ningún otro manual que cumpliese su misión, tan útil, por otra parte. La ausencia de una obrita análoga a ésta y la aparición de algunos tra­ bajos fundamentales 1 sobre métrica española en estos

He tenido constantemente en cuenta IJ la hora de re­ 1 dactar este libro las siguientes obras: el Sistema de rítmi­ ca castellana (Madrid, 2.& ed., 1968), de RAFAEl. DE BAr.BtN, obra de carácter te6rico que señala nue'Vas directrices en las in'Vestigaciones métricas. Sus hallazgos son sumamente importantes; señalaremos algunos: la distinción entre pros4 y 'Verso basada en la distribuciÓfl de los elementos lingiUs­ ticos que forman parte de nuestra lengua; la jerarquizaciÓfl constante del 'Verso a una estructura superior a él que es la estrofa; el axis rítmico como configuración 'Vertebral de la estrofa; la consideración totalmente rltmica de nuestros 'VersOs, etc. La Métrica española. Reseña histórica y des­ criptiva, de TOMÁS NAVARRO TOIIIÁs (Nue'Va York, 1956), obra fundamental, de carácter histórico como indica el sub­ titulo. Estudia las formas potJticas en cada época de nues­ tra Uleratura. ast como sus modalidades, innO'Vaciones, in­ fl'uencias, etc., con referencia constante a poetas 'J obras que lo han empleado. El Libro Spanische Verslehre, de Runor.F BAEHR (Tübingen, 1962), es una combinación de teorla métrica, tradicional, y de historia de formas métri­ cas. La Estructura del encabalgamiento en la métrica es­ pañola, de A. QUIr.IS (Madrid, 196"4), estudio objeti'Vo del

9

últimos años hacía necesario preparar un manual que tuviese casi por único fin su recopilación orgánica, su exposición clara y divulgadora y su puesta al servicio del universitario que no vaya a especializarse en esta materia. Estos han sido los objetivos principales que me han inducido a escribir esta Métrica española. Quiero agradecer a mis amigos luan M. Díez Ta­ boada y luan M. Rozas la lectura del manuscrito y las acertadas sugerencias y observaciones que me han hecho; también extiendo mi agradecimiento a los alum­ nos de la Cátedra de Gramática General de la Univer­ sidad de Madrid que asistieron a mi Seminario de Mé­ trica española durante los cursos de los años 1962 a 1966, por todo lo que de ellos aprendí. A.

Q.

111 Curso Superior de Filología Española. Málqg'l, verano de 1968.

INTRODUCCIÓN

1,,'

Jen6meno desde los puntos de vista métrico, morfostntác­ Uco y acústico. Para una infot'macl6n bibliográfica, amplia y muy com­ tleta, hasta la fecha de su aparici6n, puede verse el libro de ALFREDO CARBALLO PICAZO, Métrica española (Madrid, 1956).

10

0.1.

Objeto de la mitrica

La métrica, como estudio de la v.ersificaoión, es la parte de la ciencia literaria que se ocupa de la especial conformación rítmica de un contexto lingüístico es ­ tructurado en forma de poema. El estudio métrico comprende tres partes funda­ mentales: el poema, la estrofa y el verso. 0.1.1. El poema es, como se deduce de la defini­ ción anterior, un contexto lingüístico en el cual el len­ guaje, tomado en su conjunto de significante y signi­ ficado como materia artística, alcanza una nueva di­ mensión formal, que, en virtud de la intención del poeta, se realiza potenciando los valores expresivos del lenguaje por medio de un ritmo pleno. El ritmo supone una especial ordenación de los ele­ mentos que constituyen la cadena hablada, tanto es­ trictamente fónicos (cantidad, intensidad, tono y tim­ bre), como lingüísticos (fonema, sílaba, palabra, orden de palabras, oración). Cuando la lengua se adapta es­ pontáneamente a su finalidad comunicativa, la orga­ nización de estos elementos es libre, asimétrica e irre­ gular, y resulta la ordenación de la cadena hablada que se llama prosa. En cambio, si estos elementos es­ tán sometidos a un canon estructural de simetría y re­ gularidad, se constituye el período rítmico que deno­ minamos estrofa 1. Entre estos dos extremos hay di-

I

Véase R. DI B.u.BfN 1 pítulos 1 y II.

:

Sistema de rítmica castellana,

ca­

13

versos grados que dan lugar a los poemas libres, a la prosa rítmica, a los poemas en prosa, etc. Debemos observar que en el poema reside un cen­ tro de gravedad que polariza los elementos comunes del lenguaje en un orden artístico nuevo. Por otro lado, las partes analizables del poema sólo cobran sen­ tido pleno dentro de la misma organización poemá­ tica. El poema, en definitiva, es la realidad rítmica má­ xima y primordial, superior a la estrofa, bien porque puede elevar una sola estrofa a categoría de poema, bien porque puede estar constituido por una serie de estrofas. En el primer caso, se trataría de un poema monoestrófico ; en el segundo, de un poema polies­ trÓfico. 0 . 1 .2. La estrofa es, por consiguiente, el orden in­ ferior al poema y superior al verso y constituye el pe­ ríodo rítmico. Una estrofa sola puede constituir poe­ ma por voluntad del poeta, bien sea una original y nueva, bien responda a uno de los distintos tipos que se han fijado a lo largo de la historia de la versifica­ ción, y que el poeta tradicionalmente acepta. En la forma de la estrofa influyen los gustos de la época, las influencias procedentes de otros países, su función social, culta o popular, el género literario que constituya el poema 2, etc. 2 Es necesario tener en cuenta la diferencia que existe entre forma métrica y género literario, ya que a menudo se producen confusiones terminológicas entre ambos. Por ejemplo, la epístola, el epigrama o la canci6n épica son géneros literarios, mientras que el romance, el soneto o la décima son principalmente formas métricas. Lo que ocu­ rre es que hay formas métricas que llegan a constituir género literario, como, por ejemplo , en el Barroco, el so­ 'leto (sonetos líricos, elegíacos, etc.), y, por otra parte,

14

0. 1 .3. El verso es la unidad más pequeña, la me­ nor división estructurada que encontramos en el poe­ ma. Sólo tiene razón de existir cuando se encuentra en función de otro u otros versos, formando parte pri­ mero de la estrofa y luego del poema. En esta fun­ ción se organizan las demás unidades rítmicas me­ nores : los acentos, la cantidad, la rima, la pausa, etc. Será necesario estudiar en el verso : a) las condi­ ciones lingüísticas que permiten en cada lengua la creación de un determinado tipo de verso ; b) los ele­ mentos que lo conforman : sílabas, acento, tono, rima, etcétera. ; e) los diferentes tipos de verso que existen en una lengua ; d) la creación y la evolución de los verSos en la historia de una lengua. 0.2.

Plan de la obra

Dividimos esta obrita en los tres apartados funda­ mentales : el verso, la estrofa y el poema, y por razo­ nes de índole metodológica, empezamos el análisis por la unidad menor, para llegar sucesivamente hasta el poema. Su organización es : 1.

El verso. l.

2. 3. 4. 11. III.

El acento. La rima. El cómputo silábico. Clases de versos se­ gún el número de sílabas. Pausa. Tono. Encabalgamiento.

La estrofa. .

El poema.

hay géneros literarios que adoptan una determinada for­ ma métrica ; por ejemplo, los poemas épicos cultos han empleado durante mucho tiempo la octava real. 15

E L V E RS O

1.

EL ACENTO

1.0. Nuestra versificación, como nuestra lengua, se basan en el ritmo intensivo o acentual, no en el cuantitativo, como eran la griega o latina. Por ello, ha resultado siempre infructuoso el intento de algunos preceptistas que quisieron asimilar el ritmo intensivo de nuestros versos al cuantitativo ; y del mismo modo, los poetas que han ensayado la aplicación de las estructuras silábicas (sílabas largas o breves) de la versificación clásica, han desembocado al final en unos determinados esquemas acentuales. Se dice que el acento es el alma de las palabras, pero también es el alma del verso. De la posición de las sílabas acentuadas depende gran parte de la be­ lleza del verso y de la estrofa. Al tratar del acento en el verso hay que tener en cuenta tres puntos que a menudo suelen confundir u olvidar los tratadistas : 1.0 Los elementos (sílabas, acento, rima) que con­ forman el verso son esencialmente hechos de len­ gua 1. Por lo tanto, a este nivel, las palabras que fo­ nológicamente son acentuadas, conservarán su acento en el verso, y las inacentuadas seguirán siendo in­ acentuadas en el verso. Es decir, que como primera norma hay que tener en cuenta que el acento es total­ mente objetivo y nos viene dado por la misma lengua. 2.° Lo dicho en el párrafo anterior no es obstácu1 Aparte está todo lo estilístico (aliteración, hipérbaton, etc . ) , que son motivaciones en el plano del habla.

19

lo para que el poeta pueda cambiar la situación acen­ tual en alguna sílaba del verso ; esta licencia se suele dar raramente, ya que por regla general hace perder belleza a la composición" . 3 .° Y también, como advertencia, pese a la acen­ tuación fonológica, objetiva y constante, se suele in­ dicar que un verso, por ejemplo, un endecasílabo, lleva acento en segunda y sexta sílabas ; esto no quie­ re decir que los mencionados acentos sean los úni­ cos que tenga ese verso, sino que, además de los que le correspondan, un tipo determinado de endecasíla­ bo, el heroico, debe llevar fijos un acento en la segun­ da sílaba y otro en la sexta, del mismo modo que un endecasílabo melódico llevará dos acentos fijos en tercera y sexta sílabas 3. 1.1.

PALABRAS

ACENTUADAS

Y

PALABRAS

INACEN­

TUADAS EN ESPAÑOL

Es evidente que toda palabra aislada, sacada fuera del contexto en que se halla, presenta una sílaba con una determinada carga acentual ; pero las cosas cam­ bian cuando esa misma palabra se encuentra situada en el decurso de la cadena hablada. En la frase se per­ cibe claramente la presencia de sílabas tónicas en unas palabras determinadas y su ausencia en otras. 1. 1 . 1.

Palabras portadoras de sílabas acentuadas

Las palabras que en español siempre llevan una sÍ­ laba acentuada son : 1. el sustantivo: ((el campon, ((el coche)). 2 Obsérvese cómo en el habla cotidiana no resulta tan extraño o tan chocante la mala pronunciación como la falsa acentuación de una palabra. 3 Obsérvese que en estos casos tampoco se menciona el acento en décima sílaba, constante en todo endecasílabo.

20

t

,

11

2. el adjetivo: «el perro blanco», "la casa triste». 3. el pronombre tónico: .tú sabes mucho» , «él y nosotros jugaremos» , "para mí y para ti». 4. los numerales, tanto cardinales como ordina­ les, se acentúan : «dos perros» , « cien casas» , ((prime­ ro», etc. Sin embargo, en un compuesto numeral, el primer elemento no se acentúa : « dos mi!» , ((cien mi! » , «cuarenta y seis )) , etc. 5. el verbo: « Juan corre», ,dos pájaros cantan», -hoy ha llovido», etc. 6. el adverbio: «lo hacen mal», "comen mucho», "juegan bien )) , etc. 7. los adverbios relativos interrogativos: ((¿dón­ de estás]u, « ¿quién viene]u, etc. 1 . 1 . 2. tuadas

Palabras

no

portadoras de sílabas acen­

Las palabras que en español no llevan acento son : 1 . el artículo determinado: «el hombre está for­ mado por el cuerpo y el alma » . 2. la preposición: ((vamos por la carretera)). 3. la conjunción: «ni el perro ni el gato estaban aquÍ » . 4. el primer elemento de los numerales compues­ tos (v. el anterior párrafo 4 del § 1. 1 . 1). 5 . los pronombres átonos: «se l o dije seriamente» . 6. los adjetivos posesivos apocopados: «mi padre y mi madre son americanos » . 7 . los adverbios relativos cuando n o funcionan como interrogativos: «lo dejé donde lo vil). 1 . 2.

PALABRAS CON DOS SíLABAS ACENTUADAS

En condiciones normales, tan sólo un grupo de pa­ labras, los llamados adverbios en -mente, poseen dos 21

sílabas tónicas : miserablemente, miserábleménte: so­ lamente, sólaménte ; radicalmente, radicálménte, etc. 1.3. CLASIFICACIÓN DE LAS PALABRAS POR LA PO­ SICIÓN DEL ACENTO

Según el lugar que ocupa la sílaba acentuada en el interior de una palabra, se puede realizar la siguiente clasificación : l. Oxítona (o aguda), cuando la sílaba acentuada ocupa el último lugar en la palabra: reunió, cené, mamá, papel, cortar, etc.

2. Paroxítona (o llana), cuando la sílaba acentua­ da ocupa el penúltimo lugar en la palabra. Los voca­ blos paroxítonos son los más corrientes en español, de ahí que la ortografía no los distinga con ningún signo diacrítico : hermano, resultado, mechero, etc. 3. Proparoxítona (o esdrújula), cuando la sílaba acentuada ocupa el antepenúltimo lugar en la pala­ bra : célebre, régimen, bolígrafo, etc. 4. En formas compuestas la sílaba acentuada pue­ de adelantarse aún a la sílaba antepenúltima, en cuyo caso recibe la denominación de superproparoxítona (o sobresdrújula): cómetelo, recogiéndoselo, etc.

Esquemas :

1. Verso oxítono, cuando la última sílaba acentua­ da es la última del verso. 2. Verso paroxítono, cuando la última sílaba acen­ tuada es la última del verso. 3. Verso proparoxítono, cuando la última sílaba acentuada es la antepenúltima del verso 4. 1.5.

FENÓMENOS MÉTRICOS

RELACIONADOS CON LA

POSICIÓN DEL ÚLTIMO ACENTO VERSAL

La condición de verso oxítono, paroxítono o propa­ roxítono lleva consigo unos fenómenos métricos cons­ tantes que afectan al número de sílabas . : 1. Si el verso es oxítono, se cuenta una sílaba más sobre las que tiene realmente :

¡Hola, hidalgos y escuderos de mi alcurnia y mi blasón! Mirad como bien nacidos de mi sangre y casa en pro; esas puertas se defiendan que no ha de entrar, vive Dios, por ellas quien no estuviere más limpio que lo está el sol...

Oxítono (= agudo), paroxítono (= llano o grave) , pro­ 4 paroxftono (= esdrújulo). Preferimos emplear los términos

paroxítona . . . proparoxítona

22

CLASIFICACIÓN DE LOS VERSOS EN CUANTO A LA

DUQUE DE RIVAS

oxítona . . .

superproparoxítona . . .

1.4.

POSICIÓN DE LA ÚLTIMA SÍLABA ACENTUADA

'"

oxítono, etc. , por ser más exactos y por ser los que emplea casi exclusivamente la lingüística actual. , Para la explicación de este fenómeno métrico tan inte­ resante véase el artículo de ANTONIO QUILIS : .Sobre la per­ cepción de los versos oxítonos y proparoxítonos en espa­ ñol>, en Revista de Filología Española, L, 1967.

23

Todos los versos de este romance son octosílabos. Los versos segundo, cuarto, sexto y octavo son oxítonos. Cómputo silábico del segundo verso: de-mi,.."al-cur-nia,.."y-mi-bla-són + 1 sílaba ocho sílabas métricas.

I

\

en la segunda parte de este verso, las dos últimas si­ labas -tica, se cuentan métricamente comO una. Lo inis­ mo ocurre con las dos últimas sílabas del tercer verso. Cómputo silábico del segundo verso :

=

cor-té-las-vie-jas-ró-sas / del-huer-to-de-Ron­ sárd + 1 sílaba 7 + 7 sílabas métricas e.

=

Cómputo silábico del cuarto verso : de-mi-san-gre,.."y-ca-sa,-,en-pró + 1 sílaba ocho sílabas métricas.

=

=

=

2. Si el verso es paroxítono, por ser paroxítona la estructura acentual del español, y por las razones da­ das en el artículo de la nota 5, se cuentan las sílabas reales existentes. En el mismo romance del DUQUE DE RIV A S , trans­ crito más arriba, tenemos : Cómputo silábico del primer verso : ¡Ho-la,-,hi-dal-gos-y,-,es-cu-dé-ros tricas.

=

ocho sílabas mé­

1.6.

CLASIFICACIÓN DE LOS VERSOS EN CUANTO AL

RITMO DE INTENSIDAD

En español, todo verso simple tiene siempre un acento en la penúltima sílaba. Si el verso es compues­ to, lleva un acento en la penúltima sílaba de cada he­ mistiquio. Un endecasílabo llevará siempre un acento en la décima sílaba, mientras que un decasílabo lo lle­ vará en la novena, y un verso compuesto de catorce sílabas (alejandrino) tendrá uno en la sexta sílaba de la primera parte (primer hemistiquio) y otro en la dé­ cimotercera (segundo hemistiquio) 7.

Cómputo silábico del tercer verso : Mi-rad-co-mo-bien-na-GÍ-dos

=

ocho sílabas métricas.

3. Si el verso es proparoxítono, se cuenta una sílaba menos: Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté lus vieias rosas del huerto de Ronsard, mas no amo los afeites de la actual cosmética, ni soy un ave de esas del nuevo gay trinar. ANTONio MACHADO

Esta estrofa está compuesta por versos de catorce sílabas (7 + 7). El primero y el tercero son proparoxí­ tonos, y el segundo y cuarto oxítonos. Cómputo silábico del primer verso : A-do-ro-la her-mo-sú-ra / y en-la-mo-der­ ""' na,.." es-té-ti:'ca = 7 + 7 s labas métricas.

f

24

8 El poeta, por exigencias del ritmo o de la rima pue­ de variar la posición del acento en una palabra: Si adelanta la situación del acento, el fenómeno se conoce con el nombre de s'stole (ímpio, por imPío) : lmPio honor de los dioses cuya afrenta

CARO Si retrasa la situación del acento , el fenómeno se cone­ ce con el nombre de diástole (acimo por ácimo) : Coraron, melifica en ti el acimo fruto del mundo y el dolor llagado, aprende a ser humilde en el racimo que es de los pies en el lagar pisado. VALLE INCLÁN

No importa que el verso sea oxítono, paroxítono o pro­ paroxítono, pues como en el primer caso contamos una sila­ ba métrica más, y en el tercero, las dos últimas equivalen a una, siempre tendrá el verso un acento en la penúltima silaba métrica. 7

25

Este acento, que es fijo en cada verso, y que, ade­ más, se repetirá en esa posición en todos los versos de la estrofa, se denomina acento estrófico, y es el más importante. El acento estrófico es el que marca el ritmo de in­ tensidad de cada verso 8 : Tradicionalmente, se han venido señalando cinco ti­ 8 pos de ritmo en el verso castellano , tomando como base la distribución en pies de la métrica cuantitativa latina. Hay que tener en cuenta que en latin clásico las vocales no eran tónicas o átonas, como hoy en castellano y en las l enguas románicas , sino largas o breves ; por 10 tanto, sus sílabas eran largas o breves, no tónicas o átonas, como las nuestras. El orden regular de l as sílabas largas y bre­ ves en un verso se relizaba en las agrupaciones denomi­ nadas pies. Los tipos fundamentales de pies eran: yambo, de dos sílabas: breve - larga: u ­ troqueo, de dos sílabas: larga - breve: - u dáctilo, de tres sílabas: larga - breve - breve: - u u anfíbraco, de tres sílabas : breve - larga - breve; u - u anapesto, de tres sílabas: breve - breve - larga: u u -

,(

r 1.6.1. Si la sílaba sobre la que va situado es de signo par, el ritmo es yámbico:

¡Cuántas veces, durmiendo en la floresta, reputándolo yo por desvarío, vi mi mal entre sueños, desdichado! Soñaba que en el tiempo del estío llevaba, por pasar allí la siesta, a beber en el Tajo mi ganado; GARCILASO DE LA VEGA El acento estrófico va situado sobre la décima síla­ ba de todos los versos : florésta, desvarío, desdichádo, estío, siésta, ganádo; por lo tanto, su ritmo es yám­ bico. 1.6.2. Si la sílaba sobre la que va situado es de signo impar, el ritmo es trocaico:

A mis soledades voy, de mis soledades vengo; porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos. ¡No sé qué tiene la aldea donde vivo y donde muero que, con venir de mí mismo no puede venir más lejos! . . .

Aunque en nuestra métrica la unidad fundamental del verso es la sílaba, y no el pie, se ha venido arrastrando la clasificación latina, sustituyendo la oposición larga/breve por la de tónica/átona (larga tónica, breve átona) ; de este modo , los ritmos serán: =

, como en el yambo: dos sílabas: átona - tónica; verso .Amór de ti nos quéma blánco cuérpo .. (UNAMUNO). troqueo; dos sílabas; tónica - átona; � , como en el verso «y érall úna sómbra lárga. (JosÉ ASUNCIÓN SU,VA). -

dáctilo: tres sílabas: tónica - átona - átona ; � - -, co­ mo en .Cántan las mózas que escárdan el Iíno. (VALLE IN­ CLÁN).

anfíbraco: tres sílabas; átona - tónica - átona; - - -; «Los cláros clarínes de prónto levántan sus sónes. (RUBÉN

DARÍO).

26

LOPE D E VEGA en esta estrofa de octosílabos, el acento estrófico va situado sobre la séptima sílaba. anapesto; tres sílabas; átona - átona - tónica; - .Del salón en el ángulo oscúro. (G. ADOLFO BÉCQVKR). -

Como se ve, esta clasificación está basada tomando en consideración el verso aislado, no en función de la estrofa, y en una

la estruct\

'visión en pies métricos que falsea por completo de nuestra len);ua. 27

Todos los demás acentos del verso, cuyo sig­ no, par o impar, coincide con el estrófico, son acentos rítmicos, y los que no coinciden son acentos extrarrít­ micos: 1.6.3.

Pastór que con tus sílbos amorósos me despertáste del profúndo suéño; tú, que hicíste cayádo de ése léño en que tiéndes los brázos poderósos, ... LOPE DE VEGA Primer verso : acentos sobre 2. ", 6.' Y 10." sílabas Segundo verso : 4.', 8." Y 10." sílabas n Tercer verso : l.", 3.a, 6.', 8.& Y 10." sílabas Cuarto verso : 3.&, 6." Y 10." sílabas.

vecindad con la sílaba rítmica, recibe la denomina­ ción de acento antirrítmico 10: ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real... RUBÉN DARfo El segundo verso, compuesto, sería de ritmo yám­ bico. La acentuación es la siguiente : Está présa en sus óros, I está présa en sus túles acentos en 2.", 3." 6.' I 2. ", 3.8 6.& sílabas. De ellos, los acentos en 3." sílaba de cada hemistiquio son an­ tirrítmicos, por estar junto al acento rítmico de 2. " sílaba 10.

Todos los acentos de los dos primeros endecasíla­ bos son rítmicos. En el tercer endecasílabo, los acentos en 1.& (tú) y en 3.8 (hicíste) sílabas, son extrarrítmicos, y los demás rítmicos. En el cuarto endecasílabo el acento en 3." sílaba (tiéndes) es extrarrítmico, y el de 6.· (brázos), rítmico 9. También puede ocurrir que junto a una sí­ 1.6.4. laba portadora de acento rítmico se encuentre otra sílaba también acentuada ; el acento de esta última es extrarrítmico, pero por su situación especial de

Cuando un endecasílabo lleva acentuadas todas sus 9 sílabas pares, es rítmicamente pleno, como aquel de GAR­

CILASO:

por ti la vérde hiérba, el trésco viénto.

28

10 Téngase en cuenta que el término antirrítmico, como los demás sólo se refiere a una determinada situación de las sílabas acentuadas, no indica una falta contra la esté­ tica del verso; como todos los recursos de la versificación, este acento antirrítmico se justifica cuando se usa para conseguir un buen efecto estilístico.

29

2.

2.1.

LA RIMA

DEFINICIÓN

La rima es la total o parcial identidad acústica, en­ tre dos o más versos, de los fonemas situados a partir de la última vocal acentuada. Lo importante en la rima es la percepción de una igualdad de timbre 1: es, por lo tanto, un fenómeno acústico, no gráfico, aunque, como 'las letras son la representación de los fonemas, en una lectura no articulada siempre existe la sensa­ ción de esa equivalencia acústica. Dos palabras como divo y estribo pueden rimar perfectamente con rima total, ya que v y b son sólo representaciones del fonema ib/ ; lo mismo puede de­ cirse de regir y crujir, pues las grafías g y j son re­ presentaciones ortográficas del único fonema lx/o Por lo tanto, hay que tener en cuenta para el estu­ dio de la rima la estructura fonológica de la lengua (la rima es un hecho de lengua) en cada etapa de su historia : en el Renacimiento, por ejemplo, dos pala­ bras que hoy pueden funcionar con rima total como cabeza y belleza, sólo se encontraban con rima par­ cial, ya que cabeza (escrita cabe�a) se pronunciaba ca­ betsa, y belleza (con la misma grafía) se pronunciaba belledza. En la versificación regular o silábica, la rima cons­ tituye la frontera, el hito que señala el final de cada

I

1

Por ello, RAFAEL DE BALBÍN denomina la rima ritmo de

timbre.

3l

verso ; de no existir, únicamente marcaría esta termi­ nación la pausa versal, obligatoria ; pero cuando, por ejemplo, a causa de un encabalgamiento desapareciese esta pausa, sólo el número de sílabas nos señalaría el final del verso, y la percepción global cuantitativa es un índice muy bajo como para conocerlo por él solo; en realidad, no sabríamos cuándo terminaba el verso. 2.2.

CLASES DE RIMA

Para la clasificación de la rima hay que tener en cuenta tanto su timbre como su cantidad. 2.2.1. En cuanto a su timbre. que es el elemento más importante, la rima puede ser total o parcial. 2.2. 1.1. La rima total es la reiteración en dos o más versos de una identidad acústica en todos los fo­ nemas que se encuentran a partir de la última vocal acentuada. Este tipo de rima también se denomina rima consonante o rima perfecta; preferimos el tér­ mino rima total por expresar más exactamente el con­ cepto : Abiertas copas de oro deslumbrado sobre la redondez de los verdores bajos, que os arrobáis en los colores mágicos del poniente enarbolado.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ En este cuarteto, reiteran la rima todos los fonemas del primero y cuarto versos, y del segundo y tercero, a partir de la última vocal acentuada : deslumbr-á-do / enarbol-á-do verd-ó-res / col-ó-res Como se puede observar, las vocales acentuadas que marcan el principio de la rima son, en todos los casos, núcleos silábicos de sílabas polifonemáticas abiertas ; 32

a pesar de ello, los fonemas consonánticos que se en­ cuentran antes del núcleo acentuado (br en bra-do ; d en do-res, etc.) no se tienen en cuenta. 2.2. 1.2. La rima parcial es la reiteración en dos o más versos de una identidad acústica de algunos de los fonemas que se encuentran a partir de la última vocal acentuada. Estos fonemas son siempre los vocálicos, de ahí que este tipo de rima reciba también el nombre de rima vocálica; otros términos son los de rima im­ perfecta y rima asonante: Ajustada a la sola desnudez de tu cuerpo, entre el aire y la luz eres puro elemento.

JORGE GUILLÉN El segundo y tercer versos tienen rima parcial : cu-ér-po / elem-én-to ; únicamente los fonemas vocálicos son los que presen­ tan identidad de timbre. Madre del alma mía. qué viejecita eres, ya los ochenta años pesan sobre tus sienes. SALvADOR RUEDA En esta estrofa también existe rima parcial entre el segundo y cuarto versos : é-res I si-é-nes 2.2.1.3. Un tipo especial de rima, y en nuestra opi­ nión de escasa belleza lírica. es la llamada rima en eco, que consiste en la repetición en el mismo o en el si­ guiente verso de los fonemas rimantes : Hoy se casa el monarca con su marca, no quede pollo a vida, ni comida 33

eOIl que sea servida mi querida,

llamadla en la comarca polliparca, traed tocino y buen vin de San Martín, pan, leña, asadores, tenedores frutas, sal, tajadores los mayores, presto, qu.e el dios Machín pretende el fin. LÓPEZ DE ÚBEDA Saben los cielos, mi Leonora hermosa, si desde que mi esposa te nombraron, y de dos enlazaron una v,ida por veUa divertida en otra parte, quisiera aposentarte de manera en ella, que no hubiera otra señora que no siendo Leonora la ocupara. TIRSO DE MOLlNA

2

2.2.2. En cuanto a su cantidad, la rima, tanto total como parcial, puede ser : 2.2.2. 1 . Rima oxítona (o aguda): se produce en los versos oxítonos (agudos) y alcanza a parte de la última Otras combinaciones pueden ser: la repetición de la 2 rima, o de algunos fonemas más de los que la constitu­ yen, al principio de cada verso siguiente: Tu beldad que me des pide, pide a mi amor que se aniña , niña, que te haga un retrato, trato mi afición codicia. ANDRES DE P RADO o la repetición consecutiva: Peligro tiene el más probado vado ; quien no teme que el mal le impida, pida mientra� la suerte le convida , vida , y goce el bien tan sin cuidado dado.

I.PE DE VEGA

.34

sílaba acentuada. En la preceptiva medieval se le dio el nombre de rima masculina; En mi corazón tenía la espina de una pasión; logré arrancármela un día ya no siento el corazón. ANTONIO MACHADO los versos segundo y cuarto tienen rima total oxítona: pasi-ón / coraz-ón. ... y un eco que agudo parece del ángel del juicio la voz, en tiple, punzante alarido medroso y sonoro se alzó . . . ESPRONCEDA los versos segundo y cuarto tienen rima parcial oxí­ tona : v-óz / alz-ó. 2.2.2.2. Rima paroxítona (grave o llana): se produ­ ce en los versos paroxítonos (graves o llanos) y alcán­ za a la última sílaba (inacentuada) y a parte de la penúltima (acentuada). En la preceptiva medieval re­ cibía el nombre de rima femenina: Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras. SAN JUAN DE LA CRUZ En esta estrofa, riman los versos primero con terce­ ro, y segundo, cuarto y quinto, con rima total paroxí­ tona : am-ó-res / fl-ó-res rib-é-ras / fi-é-ras / front-é-ras. 3S

Enviaré sin duda alguna las va;as de primavera, cortadas el mes de abril de las faldas de esta sierra. QUEVEDO Los versos segundo y cuarto tienen rima parcial paro­ xítona : primav-é-ra I si-é-rra. 2.2.2.3. Rima proparoxítona (o esdrújula) : se pro­ duce en los versos proparoxítonos (esdrújulos) y alcan­ za a las dos últimas sílabas, inacentuadas (que se com­ putan métricamente por una sola) y a parte de la ante­ penúltima (acentuada) : Padre viejo y triste, rey de las divinas canciones, son en mi camino focos de una luz enigmática tus pupilas mustias. vagas de pensar abstracciones, y el límpido y noble marfil de tu «testa socrática». AMADO NERVO Los versos segundo y cuarto presentan rima total proparoxítona : enigm-á ti-ca I socr-á-ti-ca -

2.3.

DISPOSICIÓN DE LAS RIMAS

Las rimas pueden adoptar en la estrofa ciertas com­ binaciones. Cuatro son las más importantes : 2.3 . 1 . Rima continua : es la consecución de rimas semejantes : aaaa, bbbb, etc. ; da origen a las estrofas monorrimas : Yo maestro Gonfalvo de Verfeo nomnado iendo en romeria cae{:í en un prado verde e bien senfido, de flores bien poblado, logar cobdü,:iaduero para omne cansado. GONZALO DE BERCEO

36

Tu pincel asombra, hechiza, ya en sus claros electriza, ya en sus sombras sintoniza... RUBÉN DARío 2.3.2. Rima gemela : la consecución de dos rimas semejantes : aa, bb, ce, dd, etc. ; es la que origina la estrofa llamada pareado : No hay sábado sin sol ni mocita sin amor. Refrán Ya lo ves las canciones que te consagro, en mi pecho han nacido por un milagro. Nada de ellas es mío, todo es don tuyo; por eso a tí de hinojos las restituyo. ¡Pobres hojas caídas de la arboleda, sin su verdor el alma desnuda queda! Pero no, que aún te deben mis desventuras otras más delicadas, otras más puras. FEDERICO BALART 2.3.3. Rima abrazada: Dos versos con rima gemela encuadrados entre dos versos que riman entre sí : abba, cddc, etc. : Tú le diste esa ardiente simetría de los labios, con brasa de tu hondura, y en dos enormes cauces de negrura, simas de infinitud, luz de tu día; DÁMASO ALONSO 2.3.4. Rima encadenada: dos pares de rimas que riman alternativamente : abab, cdcd etc. También re37

cibe las denominaciones de rima cruzada, rima entre­ lazada y rima alternada: Si Garcilaso volviera, yo sería su escudero; que buen caballero era. Mí traje de marinero se trocaría en guerrera ante el brillar de su acero; que buen caballero era. ¡Qué dulce oirle, guerrero, al borde de su estribera! En la mano mi sombrero; que buen caballero era. RAFAEL ALBERTI Estos son los cuatro patrones básicos en la distri­ bución de las rimas, pero, además, se pueden combi­ nar entre sí o con otra, y dar origen a modelos distin­ tos : aba, abbab, abaab, etc. Todas estas combinacio­ nes diferentes las veremos más adelante al tratar de la estrofa.

3.

t

EL COMPUTO SILÁBICO.

CLASES DE VERSOS SEGÚN EL NÚMERO DE SíLABAS

3.0. El metro, o número de sílabas que posee un erso, tiene importancia excepcional en la versifica­ ión regular o silábica, que es la mejor conocida y la bás usual a lo largo de toda nuestra métrica ; se fun­ . damenta, precisamente, en la agrupación de versos de \un número determinado de sílabas. \. A la versificación regular o silábica se contrapo�e la ersificación irregular o libre, en la que el número de �ílabas es totalmente indeterminado, pero que puede manifestarse bajo un cierto ritmo acentual (versifica­ rión rítmica) o bajo agrupaciones periódftas de 'ciertos grupos fónicos (versificación periódica). En este capí­ tulo trataremos de la primera.



3.1.

SÍLABAS MÉTRICAS

Al medir la cantidad total de un verso, hay que te­ ner en cuenta dos factores, : a) el número' de sílabas fo­ nológicas, que por ser un hecho de lengua, es constan­ te, y b) los fenómenos métricos : sinalefa, diéresis, si­ néresis y lugar del acento en la última palabra del ver­ so : son hechos de habla que adquieren valor métrico por voluntad del poeta, en orden a una superior fun­ ción expresiva. Las sílabas fonológicas y los fenómenos métricos ori­ ginan unas secuencias cuantitativas en el verso que 38

39

llamaremos sílabas métricas o tiempos métricos, ya que no siempre coinciden con la sílaba fonológica o real 1 . 3.2.

anterior, y la segunda con la posterior : «in-se-pa-ra-ble».

LA DIVISIÓN SILÁBICA EN ESPAÑOL

Fonológicamente, la división silábica en español realiza conforme a las siguientes normas :

1

1. Cuando una consonante se encuentra entre do vocales, la consonante se agrupa con la vocal SigUien te ; «ca-sa» , de-mo-ra» , etc.

2. Cuando dos consonantes se encuentran entr dos vocales, hay que tener en cuenta : a) son inseparables los grupos formados por cono sonantes bilabiales (p, b), labiodentales (f) y linguo� velares (k, g) más consonante líquida (1, r) : pr, pli br, bl, fr, fl, cr, d, gr, gl ; estos grupos forman sílaba con la vocal siguiente : «a-pro-piar» , a-plo mo» «a-bru-mafl l , «a-blan-dar» , « co-fra-dell , «a-flo-jarD, «la� I ere » , «a-da-mar» , «a-gru-par» , «si-glo» . Igualmente, son inseparables los grupos formado, por consonante linguodental (d, t) más consonante lí­ quida, r : tr, dr, que también forman sílaba con la vo­ cal siguiente : «cua-tro» , «cua-drOD. b) cualquier otro par de consonantes que se en­ cuentre entre dos vocales queda dividido de manera que la primera consonante forme sílaba con la vocal

!

a

1

-

,

Un verso como ¡Oh excelso murO! ¡Oh tOrres corona­ das! tiene trece sílabas fonológicas ; sin embargo , métri­ camente, es un endecasílabo , ya que cuatro de estas sila­ bas fonológicas constituyen, dos a dos, dos sinalefas, que métricamente se computan como dos silabas métricas o dos tiempos métricos: oh ex-cel-so-mu-ro oh-to-rres-co­ ro-na-das 9 silabas + 2 sin'iiÍefas 11 sila� métricas. 40

:

=

«ar-tis-taD,

Cuando tres o más consonantes se encuentran 3. entre dos vocales, puede ocurrir : a) que las dos últimas formen un grupo «conso­ nante + líquida», pr, br, etc. ; en este caso, el grupo consonántico permanece inseparable y forma sílaba con la vocal siguiente : «in-fla-marn, «con-tra-er , m-ple-a-dosll b) que las dos primeras formen el grupo conso­ nántico «nsll, también inseparable en estas circuns­ tancias ; el grupo «nSll forma sílaba con la vocal an­ terior : «cons-tarll, «cons-tru ir ll , «ins tau rar .

"e

n

.

-

- - n

4. El contacto entre dos vocales que no sean al­ tas, es decir, entre e, a, o, origina dos sílabas distin­ tas : «a é re-o , «pe-Ie arll,
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