Comunicacion e Informacion(Paoli Antonio J.)

August 15, 2017 | Author: Oscar Manuel Cruz Ramirez | Category: Society, Sociology, Communication, Science, Theory
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988-24-1284

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Comunicación e información

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Perspectivas teóricas í

J. Antonio Paoli

4

Casa abierta al tiempo UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA

Editorial Trillas México

iNTROduCClÓíS.

Este trabajo tiene dos objetivos:

1.a presentación y disposición en conjunto de COMUNICA CIÓN E INFORMACIÓN: PERSPECTIVAS TEÓRICAS son propiedad del editor. Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida o trasmitida, mediante ningún sistema o método, electrónico o mecánico (incluyendo el fotocopiado, la grabación, o cualquier sistema de recuperación y almacenamiento de información), sin consentimiento por escrito del editor Derechos reservados © 1983, Editorial Trillas, S. A. de C. V. Av. Rio Churubusco 385, Col. Pedro Maná Anaya, D.eleg. Benito Juárez, 03340, México, D. K Miembro,de la Cámara Nacional de la lndustria Objeto

Oponente

• Sujeto <

• Destinatario Ayudante

Hacia una definición del estructuralismo

3. Existen también dos fuerzas opuestas. Unas consisten en apoiv tar ayuda operando en el sentido del deseo o facilitando la comunicación; otras, por el contrario, consisten en crear obstáculos, oponiéndose a la realización del deseo o a la comunicación del objeto. De aquí, podemos distinguir dos actantes diferentes y opuestos: ayudantes y oponentes, que serán actantes circunstanciales y no los verdaderos actantes del espectáculo. ¡. El modelo actancial supone, desde luego, una descripción del universo en el cual se realiza la acción. Puede ser utilizado para aclararnos las fuerzas que operan en un relato o en una teoría, con lo cual podemos tener una visión sintética del conjunto. Las particularizaciones eventuales del modelo deberían, referirse, sobre todo, a la relación entre sujeto y objeto y manifestarse como una clase de variables constituidas por relaciones de significado, propias del conjunto. Greimas, para ejemplificar la operabilidad de su modelo, dice que " . . . la ideología marxista, al nivel del militante, podría ser distribuida, gracias al deseo de ayudar al hombre..." y utiliza así los elemen-, tos de su modelo en relación a esta teoría: < 1

Sujeto, Objeto Destinador Destinatario Oponente Ayudante

Greimas considera tres ejes, en la relación de este modelo: 1. Entre el sujeto que busca un fin o un objeto, se forma una tendencia guiada por el deseo del sujeto hacia el objeto, ya sea para él mismo, en cuyo caso se convierte también en destinatario, o para otro. Entre el sujeto y el objeto hay una relación teleológica. El sentido de la acción del sujeto, o la relación semántica, estará dada por el deseo. Entonces tendremos una primera categoría actancial ligada por el deseo y podremos definir un género por esta primera categoría. 2. Un segundo eje; lo forman el destinador y el destinatario; aquí el objeto es el intermediario de la comunicación entre ambos. La comunicación nos da una segunda categoría actancial. Podríamos caracterizar a un género también por el modo en que se realiza o no la comunicación entre los actantes. En una relación de conquista matrimonial, en la que no aparecen padres, podría darse que el mismo actor tuviera en sí dos actantes: él = sujeto + destinatario ella = objeto + destinador

Las dos categorías actanciales que hemos visto parecen construir un modelo simple, centrado en el objeto que es al mismo tiempo objeto de deseo y de comunicación.

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- Hombre - Sociedad sin clases — Historia — Humanidad - Clase burguesa - Clase obrera

,

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Cada uno de estos actantes tendría funciones específicas que cumplir y por lo mismo se darían relaciones entre sí. Describiendo estas relaciones de significado, describiríamos sincrónicamente una estructura. Este m é t o d o ha sido utilizado por algunos antropólogos y sociólogos para estudios de religiosidad popular. Nos puede $er muy útil para estructurar las relaciones de significación entre los elementos de un relato, teoría o relación social, al ofrecernos un modelo sintáctico como instrumento para observar e interpretar la realidad. 39

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Siguiendo este modelo estructural en México se han realizado algunos estudios: Ignacio Castillo escribió uno, llamado "San Pueblo" sobre un poblado del estado de Sn. Luis. El mismo modelo, junto con otros instrumentos teóricos, se han utilizado por un grupo de sociólogos de la Universidad Iberoamericana, dirigidos por Gilberto Giménez, para estudiar la religiosidad popular en el Santuario de Chalma, en el estado de México. 4 0

Cfr. Nicole Belmont. "Las creencias populares como relato mitológico". En el libro El proceso ideológico, de Eliceo Verón (Ed.). Editorial Tiempo Contemporáneo, Buenos Aires, 1973.

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Cap. 3. Hacia una definición del estructuralismo

• • Este modelo no nos explica el porqué de las cosas, simplemente nos muestra una estructura abstracta a la que se adaptan los relatos para significar. • E l modelo actancial de Greimas ha tenido la finalidad de introducirnos al concepto de modelo estructural. Aquí entenderemos el concepto como un conjunto de categorías abstractas, interrelacionadas unas con otras de cierta manera más o menos constante, que se especifica y nos ayuda a entender cómo es que las relaciones humanas significan, y, por tanto, cómo es que mueven a la acción dentro de esas estructuras de significación. • Veamos más detenidamente algunos conceptos básicos: , En el estructuralismo se utilizan modelos para estudiar la significación de la acción humana en su contexto. Las unidades interrelacionadas no se consideran como un conjunto de órganos, sino como formas significantes. De aquí que tenga una diferencia de enfoque totalmente distinta a la del estructural-funcionalismo. El estructuralismo ha derivado sus modelos de la lingüística estructural, a partir de Ferdinand de Saussure, y ha aportado muchos elementos a la teoría elaborada por este autor, en su libro Curso de lingüistica general. En ésta perspectiva, los estructuralistas, interesados en desarrollar modelos para el análisis lógico de los relatos que nos ayudan a explicarnos sus relaciones significantes, pretenden elaborar una lingüística que vaya más allá de la frase y, con ello, mostrarnos las estructuras a trav.és de las cuales, el relato se convierte en un medio de comunicación y sin las cuales no nos sería posible entenderlo. Estos modelos constituyen conjuntos de reglas combinatorias de los significantes que ,nos permiten evocar significados comunes, es decir, informarnos y comunicarnos. Trabajando en estos intentos, que constituyen ya un considerable acervo científico para el análisis de la comunicación humana, encon41

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Algunas obras accesibles sobre el tema:

• El análisis estructural del relato. Barthes, Greimas y otros. Editado por Tiempo Contemporáneo, "Colecc. Comunicaciones", Buenos Aires, 1970. '• Introducción a la literatura fantástica, de T. Todorov. En Tiempo Contemporáneo, "Colecc. Comunicaciones", Buenos Aires, 1974. • Figuras retóricas y estructuralismo. G. Genette. En Córdova, Ecuador, 1970. • Análisis estructural de la novela. N. Pizarro, Siglo XXI, Madrid, 1970. • Investigaciones retóricas II. Jean Cohén, Bremond y otros. Ed. Tiempc Contemporáneo, "Colecc. Comunicaciones", Buenos Aires. • Lo verosímil. Roland Barthes, J . Gritti, C. Metz y otros. Ed. Tiempo Contemporáneo, "Colecc. Comunicaciones", Buenos Aires. • Estudio estructural y tipológico del cuento. Meletinsky. Ed. Rodolfo Alonso, Editor, Buenos Aires, 1972.

Hacia una definición del estructuralismo

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tramos a personalidades tan creativas como Lévi-Strauss, R. Barthes, Greimas, C. Bremond, T. Todorov, G. Genette y otros, que han elaborado diversos modelos para el análisis estructural. El análisis estructural se ha aplicado también a otros medios de comunicación. Umberto Eco ha elaborado un modelo acerca de las posibles articulaciones del código cinematográfico. El señala.códigos o subcódigos del cine, discute los modos de la acción cinematográfica como un lenguaje y trata de definir sus articulaciones como una estructura que combina imágenes de distintos tipos correspondientes a los diversos códigos y que cuentan con varios modos de articulación. Eco toma como paradigma a la lingüística, y con ella infiere dos modos de articulaciones de los códigos del cine. Una, la relación vertical entre significante y significado: la figura que se ve (significante) nos remite a otra que podemos recordar y que está marcada por nuestra experiencia anterior (significado). Otra segunda articulación, derivada también de la lingüística estructural, es la que relaciona a los signos entre sí, en el contexto de una frase o de una foto; es aquello que nos hace ver en el fotograma que este señor con diez niños es su maestro y no su papá. Pero Umberto Eco oorisidera una tercera forma de articulación propia del cine, que'está en la secuencia de los fotogramas; nos hace ver nuevas relaciones q u e n o estaban en las articulaciones anteriores. Esto le da una dimensión más al cine sobre la lengua: "Los diferentes significados no se subsiguen a lo largo del eje sintagmático, sino que aparecen copresentes y reaccionan uno en relación con el otro haciendo aparecer varias connotaciones". En esta posición analítica se nos muestran diversos elementos, no como una suma sino como una totalidad, articulada en una estructura propia del cine. Este modelo estructural nos da razón de un conjunto sistemático de diferencias que nos permiten comprender mejor las partes de una película y la razón profunda de su unidad, a partir de la cual pueden desarrollarse otros análisis. 42

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b) Estructuralismo y lingüística. Decir estructura dentro del estructuralismo, es hablar de un conjunto organizado de elementos 4 4 2

Umberto Eco. "Acerca de las articulaciones del código cinematográfico". En Ideología y lenguaje cinematográfico. Editado por Comunicación 1, Madrid, 1969, pág. 137. En materia de cine, se han desarrollado diversos modelos estructurales. El artículo de Eco viene acompañado de 14 artículos que pretenden aportar elementos para modelos y cuestionar los ya existentes. Los autores son: Pasolini, Saltini, Metz, Barthes, Baldelli, Sychre, Kosak, Struska, della Volpe, Toti. Pueden consultarse otras obras sobre el tema: de Metz, Ensayos sobre la significación en el cine, Ed. Tiempo Contemporáneo, Buenos A¡res 1972; Análisis de laíimágenes, Metz, Eco y otros, en Tiempo Contemporáneo, Buenos Aires', 1973. Umberto Eco. Op. cit., pág. 168. , ;

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Hacia una definición del estructuralismo .

Cap. 3. Hacia una definición del estructuralismo

que dan una unidad que como tal se subordina a ciertas leyes o, si se prefiere, a ciertos criterios de relación. i Para Jean Piaget, "una estructura está formada, en verdad, por elementos, pero éstos se encuentran subordinados a leyes que caracterizan al sistema como tal; y dichas leyes llamadas de composición no se reducen a asociaciones acumulativas, sino que confieren al todo, propiedades de conjunto distintas de las de los elementos". La totalidad, teóricamente estructurada, deberá plantearse con algún criterio de relación. Así lo más importante del planteamiento científico no será la totalidad en cuestión, ni sus elementos aislados, sino sus relaciones, sus procedimientos de composición. Aquí todos nos formulamos una pregunta obvia: ¿Qué criterios de estructuración de sus modelos tiene el llamado "estructuralismo"? o ¿Qué relaciones estructurantes toman las teorías estructuralistas para interrelacionar sus elementos en un todo? Lévi-Strauss en el capítulo 2 de su Antropología estructural, dice: 44

Como hace y a veinte a ñ o s d e c í a Marcel Mauss: " L a s o c i o l o g í a habría avanzado mucho m á s por cierto de haber procedido en todos los casos imitando a los lingüistas". L a estrecha analogía del m é t o d o que existe en ambas disciplinas les impone un particular deber de c o l a b o r a c i ó n . 45

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implica la modificación de los demás; esto le da un carácter de sistema. En segundo lugar, todo modelo está formado de otros modelos perteneciente'; al sistema, que implican un conjunto de transformaciones; así el modelo más complejo depende de modelos más simples, que de alterarse, cambian en mayor o menor medida la totalidad.' En tercer lugar, el modelo más complejo, permitirá predecir de qué manera, reaccionará el sistema total, en caso de que uno de sus elementos se modifique; en esta perspectiva, el estructuralismo prevé o debería de prever, las posibles transformaciones estructurales y explicarlas de tal modo, que cuando e! modelo se aplique a la realidad social pueda darnos cuenta de los hechos observados. En cuarto lugar, el modelo responderá a la doble condición de utilizar sólo los hechos considerados por él y, con ello, dar cuenta de todos. Estas exigencias se orientan a construir modelos que, inspirados en la lingüística, formen un conjunto de diferencias para comprender a los hechos sociales como formas de significación y, por tanto, de comunicación. Eliceo Veron considera que "el análisis estructural se presenta... como el instrumento para comprender aquellos hechos que la existencia social ha 'impregnado de significación', según la expresión de Lévi-Strauss. Esta frase un tanto vaga puede ser traducida en una fórmula más precisa: el fenómeno de! sentido es la expresión misma del carácter social de la conducta". El análisis estructural no se orienta a relaciones de causalidad primordialmente, sino a relaciones lógicas que estructuran 'modelos de comunicación. Los hechos sociales pueden estudiarse com'o elementos de una estructura de significación, como elementos explicables por una lógica que estructura el sentido. ' . 50

La lingüística se convierte entonces en el paradigma, en la brújula que orienta las construcciones teóricas, aunque los diferentes científicos estructuralistas, se acerquen o se alejen de los modelos clásicos de la lingüística planteados por Saussure. Para Eliceo Veron, "un modelo estructural de procesos de comunicación..., enuncia las relaciones sin táctico-semánticas del sistema". Siguiendo a Morris y Carnap, Veron dice que el campo de la sintáctica está constituido por el estudio del código y las reglas de combinación para la composición de los mensajes; si el estudio incluye consideraciones acerca del referente, se trata de la semántica. Si el análisis también considera los restantes componentes del sistema de comunicación, como el receptor, los canales, los mensajes, el emisor, etc., forma entonces parte de la pragmática. Lévi-Strauss en su Antropología estructural dice que para que un modelo pueda ser considerado como estructura, debe satisfacer cuatro exigencias principales: una, consiste en que sus elementos están interrelacionados de tal manera, que la transformación de uno de ellos 46

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Jean Piaget. Estructuralismo, Ed. Proteo, Buenos Aires, 1971, pág. 12. Lévi-Strauss. Antropología estructural. Ed. Eudeba, Buenos Aires, 1968, pág. 29. Eliceo Veron. Conducta, estructura y comunicación, pág. 48. Morris. Signs, languageand behavior, Prentice Hall, New York, 1946. Carnap. Introduction to semantics, Harvard, University Press, Cambridge, 1946. Eliceo Veron. Op. cit.

c) Semiología. El estructuralismo, en tanto que desarrolla una teoría sociológica que pretende estudiar los hechos que la existencia social "ha impregnado de significación", se apoya en la ciencia semiológica, y ha colaborado grandemente a su desarrollo. Sin embargo, no podemos decir que estructuralismo y semiología sean la misma, cosa, ni que toda semiología sea estructuralista. < 51

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> •

Eliceo Veron. Op. cit, pág. 56v Para Pierre Guiraud, Saussure destaca la función social del sj^no y Peirce (norteamericano, contemporáneo de Saussure) su función lógica (a esta ciencia Peirce le llama semió-' tica). Peirce desarrolla sus ideas sobre esta nueva ciencia en su libro Phüosophical writings: "En realidad no hay coincidencias en lo que respecta al dominio de nuestra ciencia' -dice Guiraud-. Algunos de los más prudentes sólo la consideran como un estudio de los sistemas de comunicación por medio de señales no lingüísticas. Otros, con'Saussure, extienden la noción de signo y de código a formas de comunicaciones sociales tales como ritos/ceremonias, fórmulas de cortesía, etc. Finalmente, hay quienes consideran que las artes y las literaturas son modos de comunicación basados en el empleo de los sistemaste signos derivados también de una teoría general del signo." • Cfr. La semiología, de Pierre Guiraud. Siglo X X I , Buenos Aires, 1974, pág. 10. . s l

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Hacia una definición del estructuralismo

Cap. 3. Hacia una definición del estructuralismo

.' En el siguiente texto de Saussure, citado por muchos autores, podemos entender mejor a partir de qué ideas arranca la semiología estructuralista: Se puede, pues, concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida social... Nosotros la llamaremos s e m i o l o g í a (del grie• go sémeion "signo"). Ella nos enseñará en q u é consisten los signos y cuáles ' .son las leyes que los gobiernan. Puesto que todavía no existe acabadamente, no se puede decir q u é es lo que ella será; pero tiene derecho a la existencia y su lugar está determinado de antemano. L a lingüística no es más que una parte de esta ciencia general. Las leyes que la s e m i o l o g í a descubra serán aplicadas a la lingüística y así es como la lingüística se encontrará li. gada a un dominio bien definido en el conjunto de los hechos h u m a n o s . {

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La semiología, que ya ha empezado a desarrollarse, interpreta al matrimonio, las modas del vestir, del comer, del decorar, como conjuntos estructurados que significan y que se combinan con cierta regularidad para significar. Esta nueva ciencia pretende mostrarnos modelos para comprender esas estructuras de significación que podemos llamar lenguajes. Utilizamos estos lenguajes en nuestra actividad cotidiana y en nuestras relaciones sociales. Así lo que interesa al estructuralista es la relación que guarda entre sí todo el sistema y que implica una memoria organizada que posibilita la estructuración. • Sin embargo, los hechos sociales no deben tomarse solamente como lenguajes significantes, ya que en ese momento entraríamos al formalismo, a la ciencia que estudia sólo las formas. El matrimonio, lá economía, además de poderse estudiar como formas de significación, también cumplen funciones sociales que no se agotan en la estructuración del sentido, sino que posibilitan la existencia social y la perpetuación de la especie; y si hemos de considerar la totalidad, no podemos quedarnos en la rJura significación. De aquí que el estructuralismo no se agote en el análisis semiológico, pero sí es un elemento de gran importancia, que pretende construir sus modelos a partir de la lingüística Saussuriana. Aún. no hemos aclarado suficientemente cómo es que la lingüística, funge como un modelo que guía a otros modos de significación y nos ayudan a explicar los diversos lenguajes de la vida social. ., Roland Barthes, en su libro Elementos de semiología, pretende tomar de la lingüística "los conceptos analíticos que a priori consideramos idóneos, por su generalidad, para comenzar la investigación semiólógica". ' Barthes considera que, aunque el semiólogo trabaje muchas veces con elementos no lingüísticos, encontrará la lengua hablada como

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elemento mediador de significado. Y "para percibir lo que una sustancia significa, necesariamente hay que recurrir al trabajo de articulación llevado a cabo por la lengua: no hay sentido que no esté nombrado y el mundo de los significados no es más que el mundo del lenguaje". A partir de estas consideraciones, Barthes agrupa los elementos de la semiología en cuatro grandes apartados que tienen su origen en la lingüística estructural y en las teorías de la comunicación: lengua y habla, significado y significante, sintagma y sintema, denotación y connotación. Explicar estos términos en el sentido de la lingüística estructural, sería salimos del objetivo de este trabajo. Lo que pretendemos mostrar en términos generales es cómo construye teóricamente e investiga un estructuralista al hacer la ciencia de la comunicación. Para ello, vale la pena citar una vez más el libro de Barthes que nos ocupa: 54

L a investigación semiólógica se propone reconstruir el funcionamiento de los sistemas de significación diferentes de la lengua,' de acuerdo con el proyecto propio de toda actividad estructuralista: el proyecto de construir un simulacro de los objetos observados. 5

Lo que nos interesa subrayar aquí es precisamente que el estructuralismo construye estos simulacros o modelos estructurales. Ver que el estructuralismo pretende descubrir leyes de composición que confieren al todo propiedades de conjunto significante, distintas a las de sus elementos. El estructuralismo busca sistemas de diferencias que nos ayuden a explicar estructuras que llevan a formas de comunicación social. • d) Estructuralismo e historia. El estructuralismo, y en especial el de Lévi-Strauss, tiende a dejar de lado la historia: resulta'"tan fastidioso como inútil amontonar argumentos para demostrar que toda sociedad está en la historia, y que la sociedad cambia es evidente de suyo". » Está de acuerdo con el hecho de que hay cadenas, de acontecimientos, cuyos efectos se acumulan para producir cambios económicos y sociales. La concepción de los sujetos se forjan, de las relaciones entre naturaleza y cultura. Pero en la conclusión de La miel y las cenizas, en relación con . la transformación histórica, dice: 56

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•: ',,

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Saussuic. Curso de lingüística general, Ed. Losada, Buenos Aires, 1975, pág. 60. Elementos de semiología, Ed. Comunicación, "Serie B", Madrid, 1971, pág. 15.

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Ibid, pág. 14. Roland Barthes. Elementos de semiología, pág. 99. Lévi-Strauss en " E l pensamiento salvaje", citado por Maurice Godelier en su obra Economía, fetichismo y religión en las sociedades primitivas, Ed. Siglo XXI, Madrid, 1974, pág. 152. Godelier. Op. cit., pág. 152. 5 5

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Hacia una definición del estructuralismo

Cap. 3. Hacia una definición del estructuralismo E n la sociedad griega antigua "la m i t o l o g í a abdica en favor de la filosofía que emerge como la c o n d i c i ó n previa de la reflexión c i e n t í f i c a " escribe ( L é v i - S t r a u s s ) que ve en ello "una circunstancia histórica que nada significa, sino que se produjo en tal lugar y en tal momento". L a historia, pese a estar • sometida a esta ley de orden que organiza toda sociedad, queda, pues, privada de toda necesidad y el nacimiento de la filosofía y de la ciencia occidentales se reducen a simples accidentes. 58

Según Godelier, nos encontramos ante una posición parecida al empirismo funcionalista con respecto a la historia. La cuestión para el científico estructuralista será diseñar modelos estructurales de significación, y ver qué tan aplicables y generalizables son, para aplicarnos el carácter social de la conducta en una o varias sociedades. LéviStrauss llega a decir: A l historiador los cambios; el e t n ó l o g o las estructuras, y esto porque los cambios, los procesos, no son objetos analíticos, sino la forma particular en que la temporalidad es vivida por un sujeto. i 59

No es que Lévi-Strauss niegue la historia, sino que separa el análisis de las formas del análisis de las funciones y se dedica a presentarnos esas formas, sin negar las funciones articuladas en una sociedad concreta. Quedarnos en esta afirmación aclararía poco las cosas. A l parecer, al entrar al análisis de una estructura, no necesariamente nos estamos moviendo en una dimensión temporal. Para Greimas, "la estructura de un lenguaje cualquiera no conlleva para ella referencia temporal alguna y el término de sincronía sólo se conserva en ellas por t r a d i c i ó n " . Así, una estructura podemos considerarla ''anacrónica"; su descripción es la construcción de i -i modelo percibido en su lógica interna. Una estructura lingüística /os sirve para construir mensajes, lo cual ocurre i n un espacio histórico. Decimos, pues, que una lengua estructurada puede estar en cualquier momení o histórico, y desde luego modificarse hasta cierto punto por ello. Si separamos la estructura o el esquema de su uso, podemos decir que una estructura despliega ciertos usos, según el momento histórico. Así, entre los múltiples usos de una estructura, la historia condiciona algunos de ellos y limita otros. Pongamos u»? ejemplo: la lengua francesa tiene una estructura básica que puede cener diversos usos, escrituras diversas en momentos históricos distintos. Barthes muestra algunos de ellos: 60

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Godelier. Op. cit., pág. 153. Citas del libro de Lévi-Strauss: La miel y las cenizas. Godelier. Op. cit., pág. 154. Cita de: Los limites de la noción de estructura en etnología, Lévi-Strauss. Cfr. Greimas, el artículo: "Estructura e historia". En el libro Problemas del estructuralismo, varios autores. Ed. Siglo X X I , México, 1975, pág. 125. 5 9

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L a diversidad de los géneros y el movimiento de estilos dentro del dogma clásico son datos estéticos, no de estructura;... se trata de una escritura única, a la vez instrumental y ornamental, de la que dispuso la sociedad francesa durante el tiempo en que la i d e o l o g í a burguesa se hizo conquistadora y triunfante. Escritura instrumental, y a que la forma se s u p o n í a al servicio del fondo,... ornamental, y a que este instrumento se hallaba decorado por accidentes exteriores a su f u n c i ó n , . . . . 6 1

En cambio, la escritura de la revolución francesa toma un tinte de exageración a cada momento. " L o que hoy parece exageración era entonces la medida de la realidad". "La escritura revolucionaria fue como la entelequia de la leyenda revolucionaria: intimidaba e imponía una consagración cívica de la sangre". Barthes continúa poniendo ejemplos de usos diversos de la escritura respondiendo a circunstancias distintas, pero podemos decir que una lengua tiene su estructura básica, su "paradigma", su .almacén de recursos, que se actualizan y se combinan de un modo peculiar en cada momento histórico. Así una misma estructura tiene diyersos usos y da lugar, en otras palabras, a la realización'de diversas estructuras históricas diferentes. . ' . El estructuralismo, en esta perspectiva, no podemos decir que sea diacrónico o sincrónico, sino " a c r ó n i c o " y puede ayudar a explicar-' nos un momento histórico. Lo que el estructuralismo no ha hecho y , al decir de Greimas, en el momento actual parece no estar en condiciones de hacer, es una metodología del pasaje entre una estructura y otra. . Quizá con esta breve exposición se entienda mejor la afirmación de Lévi-Strauss, de que "al historiador los cambios; al etnólogo las estructuras". Para Greimas, Lévi-Strauss "sin renegar de la historia, como algu-. nos pretenden, y sobre todo sin abandonar el compromiso histórico, su investigación se propone, en definitiva, integrarlos en una tipología general de las estructuras de significación. A l poner en evidencia 'lógicas concretas', dio una idea precisa de la forma en que podrían concebirse los repertorios de elementos constitutivos de estas estructuras históricas de contenido, condición previa... de toda descripción de sus transformaciones". /' Entonces, entenderemos el estructuralismo comofm conjunto de modelos "acrónicos", que nos brindan elementos para interpretar los procesos de significación, en algunos momentos históricos.y que qui62

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pág. 60. 6 2

Cfr. Roland Barthes. El grado cero en la escritura. Siglo X X I , Buenos Aires, 1973, . • , R. Barthes. Op. cit., pág. 27. , , Greimas. Op. cit., pág. 130. Gr.;imas. Op. cit., pág. 132. %

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El proceso de la c o m u n i c a c i ó n '44

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C a p ¡ 3 . Hacia una definición del estructuralismo

zá, con el tiempo, nos llegue a brindar modelos de transformación entre una estructura y otra. ' t i

E L PROCESO DE L A COMUNICACIÓN ' Lévi-Strauss ha planteado tres tipos de estructuras para estudiar la sociedad en su libro "Antropología estructural": estructuras de grupo, estructuras de comunicación y estructuras de subordinación. Las primeras están constituidas en un ambiente que posibilita las relaciones sociales. Hay u n espacio y u n tiempo estructurados, que sirven como marco de referencia y en ese marco se piensan las relaciones sociales. Las estructuras de subordinación se constituyen por relaciones de dominio. Las estructuras de comunicación, que es lo que aquí nos interesa . fundamentalmente, operan en 3 niveles: comunicación de mujeres, ' comunicación de bienes y servicios y comunicación de mensajes. El matrimonio es susceptible de un análisis semiológico: pode, mos decir que al casarnos significamos algo para la sociedad. Las reglas del matrimonio pueden entenderse como reglas sintácticas que , nos limitan ciertas relaciones (las incestuosas, por ejemplo) y nos permiten otras, al mismo tiempo que significan algo. Así podemos ha• blar de relaciones semánticas y sintácticas. Se trata, entonces, de un modo de comunicación. El hombre y la mujer se consideran como ,'uh valor y como un signo, pero el matrimonio no se reduce, como el habla, a significar, sino que forma parte de los modos concretos de la vida social; al mismo tiempo, aparece ligada indisolublemente a la co"municación. De esta manera pueden tratarse también los sistemas de intercambio de bienes económicos: como elementos concretos para la vida social y al mismo tiempo como sistemas de comunicación. La acción humana no puede reducirse a su dimensión significante, sino que tiene también que considerarse como un proceso de significación, estrechamente vinculado a las otras estructuras que for, man su realidad. El análisis semiológico frecuentemente se hace difícil por esta .duplicidad: un coche sirve para transportarse y al mismo tiempo ' significa algo: estatus, eficiencia, riqueza, etc. Jean Baudrillard en su libro El sistema de los objetos nos da una larga interpretación de la significación de los objetos en la vida consumista del capitalismo contemporáneo. Para él, este sistema social nos presenta deseos que no realizamos, sino que simbolizamos realizar: " . . . hoy en día, todos los deseos, los proyectos, las exigencias, todas las pasiones y todas

las relaciones se abstraen (o se materializan) en signos y en objetos para ser comprados y consumidos". ' Así los diversos modos de significación de las relaciones sociales y de los objetos se estructuran en lenguajes diferentes según cada contexto social. Pero no se reducen solamente a significar, sino que tienen para sus usuarios una función práctica. Quienes tienen determinadas relaciones sociales y determinados objetos, la mayor parte de las veces, no son conscientes de sus significados y mucho menos de las estructuras significantes. La semiología, entonces, nos puede ser de gran utilidad para entender los procesos sociales como procesos de comunicación. Los lingüistas trabajan por presentarnos las reglas de nuestro lenguaje que nos permiten estructurar nuestras palabras y frases, dicho de otra manera, construir nuestros significantes y con ello evocar significados. Los significados para poder, ser comunes,'y con ello lograr la comunicación, tienen que estar referidos a estructuras de la realidad, que en algún grado sean comunes a emisor y'receptor. ¿Pero en qué nos ayuda el saber las reglas de la lengua q u é hablamos? Nos ayuda a comprender cómo es que podemos entendernos. Todo mensaje, incluido el codificado por la lengua, no tiene un significado in* trínseco, sino que está basado en reglas. La lingüística ha iniciado desde Saussure, un intento de manifestar esas reglas y el estructuralismo ha retomado ese intento de manifestar esas reglas, para cons truir sus modelos. 63

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El estructuralismo pretende reconstruir las reglas que dan significado a las acciones, a los objetos, a las palabras, en un proceso de comunicación social. Y el proceso es entendible gracias a la reconstrucción de los diversos códigos que se interrelacionan en un sistema. Aquí surge otra oposición con muchos exponentes del funcioxialismo que pretenden explicar las relaciones sociales a través de las .normas explícitas de los sujetos de la comunicación. Los estructuralistas prefieren distinguir entre normas y reglas. Las reglas son inconscientes, son el fundamento de las normas. El proceso de la comunicación está basado en las reglas y son las que, en último término, estructuran el sentido de las normas. Para los estructuralistas, la vida social es un complejo sistema de comunicación. En el matrimonio las personas significan algo, como hemos dicho, y en el habla los signos también significan algo, aunque el primero tiene otras funciones y lleva un ritmo más lento de comunicación y el otro tiene una función puramente significante y es de 6 5

El sistema de los objetos, Siglo XXI, México, 1975, pág. 225. Ver también: Crítica de la economía política del signo, ¡. Baudrillard, Siglo X X I , México, 1974. Los objetos, De A. Moles, P. Boudon, J . Baudrillard y otros. En Tiempo Contemporáneo, Buenos Aires, 1973.

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Cap. 3. Hacia una definición del estructuralismo

ritmo más rápido. En las relaciones económicas los bienes y los servicios no son personas, ni son solamente signos, pero sí son valores y además de su función de significar son algo más. Así, podemos hablar de este conjunto de elementos como de un proceso estructurado d e ' c o m u n i c a c i ó n social, donde las tres estructuras mencionadas se unifican en una estructura mayor, que forma un sistema de comunial y en una estructura mayor que forma un sistema social. Dentro de este proceso, el estructuralismo se ha preocupado de las estructuras significantes (llamados también "modelos mecánicos") y muy poco de las probabilidades estadísticas, con lo cual se vuelve a oponer al análisis funcionalista de la comunicación, que construye sus análisis mediante el m é t o d o probabilístico. Sin embargo, algunos autores prefieren hacer combinaciones entre los dos métodos. Eliceo Veron considera que el comportamiento lingüístico verbal encierra varios niveles de determinación señalables por los modelos. A nivel fonológico, la determinación es muy grande y decrece al nivel de las estructuras sintácticas, en las cuales el sujeto puede darse mayores libertades. Ante esto, Veron considera esencial observar que el "coeficiente de indeterminación" de la conducta comunicacional enunciada por los modelos es un valor relativo y no absoluto. "El fundamento de este coeficiente relativo de indeterminación de la conducta, con respecto a un cierto modelo del sistema de comunicación, es el hecho de que cualquier comportamiento comunicacional en una situación social concreta integra una multitud de sistemas semiológicos que operan simultáneamente. Toda conducta social resulta de la convergencia de una multitud de campos semánticos. De esto resulta que, para cualquier nivel de análisis en el. que nos coloquemos, se tratará siempre de combinar modelos mecánicos y estadísticos". 66

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Veron. Op. cit., pág. 61.

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HACIA UNA CIEFÍNÍCÍÓN del

MARXISMO EN COMUNICACIÓN TEORÍA Y PRÁCTICA El marxismo no puede entenderse como teoría pura, supone una praxis, ligada a una teoría construida con un m é t o d o rigurosamente científico que se opone al estructural funcionalismo y al estructuralismo. La teoría y la praxis se implican mutuamente, como partes de un solo movimiento, y una no puede comprenderse sin la otra. La teoría se entiende como praxis, y la praxis como el modo de confrontar la teoría con la realidad, a fin de transformarla. Por eso resulta inútil hablar de la teoría sin hablar, aunque sea a grandes rasgos, de las líneas generales de la praxis y sus objetivos. El marxismo se entiende como teoría de una clase social: la clase proletaria, en busca de la transformación de la realidad social, para suprimir la alienación y convertir las relaciones sociales en relaciones de comunidad y no de explotación. Se entiende alienación como la incapacidad del sujeto para reconocer sus aportes a una realidad que se le impone. Pongamos un ejemplo: los obreros-que trabajan, producen al entrar en relación con medios de producción (maquinaria, materias primas, capital en general). Su trabajo lo' capitalizan otros grupos de la sociedad y le devuelven en pago un salario que no equi-, vale a todo lo producido. La capitalización de su trabajo se utiliza para imponerle un orden social que reproduzca y anfplíe esas condiciones. Los medios de comunicación, la escuela, el ejército, son elementos que se orientan a reproducir ese estado de cosas. El obrero se siente ajeno a ese proceso aunque participa en él. En ese sentido está alienado, ajeno a la realidad. Las riquezas que él produce se convierten en fuerza social que le impone una posición de desventaja con respecto a otros grupos sociales. Pero no se le explica de ese modo, él mismo no lo ve así. La realidad se interpreta de otras maneras, los' 47

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Cap. 4. Hacia una definición del marxismo

sujetos tienden a ver este estado de cosas como "naturales", no como procesos creados por las acciones concretas de hombres concretos, ' sino como constantes que trascienden a los individuos. Así, los hombres reifican la realidad: se alienan. Esta alienación conviene a los intereses de los grupos dominantes, aunque éstos también reifican . la'realidad y, por ello, también están alienados. Sin embargo, a los 'desposeídos de los frutos de su trabajo no les conviene esta reifica,ción. A ellos, les conviene conocer los procesos del despojo y del encubrimiento consciente e inconsciente del suceder real; los falsos .conceptos impiden conocer la realidad para transformarla. Por eso Georg Eukács ha dicho que "es propio de'; la esencia del m é t o d o dialéctico el que en él los conceptos falsos, por su abstracta unilaterali'dad, lleguen a su s u p e r a c i ó n " . Y por todo esto decimos que se trata de una ciencia proletaria. 67

'•. a) Bases materiales de la ideología. Él marxismo supone una praxis para combatir la alienación y poner las fuerzas productivas al servicio de toda la sociedad. Para ello, han de develarse y denunciarse las ideologías que, aún de buena fe, encubren los auténticos procesos. Los individuos deben tomar conciencia de los verdaderos procesos y de sus encubrimientos, para combatir las relaciones sociales que generan la desigualdad al mantener a unos dueños de los medios de pro' ducción y a otros sólo dueños de su fuerza de trabajo. Este combate, con plena conciencia histórica de las posibilidades de triunfo y derrota, implica un proceso de revolución comunista. La comunicación social, en esta perspectiva, supone una teoría de la evolución histórica de la sociedad global, que es, al mismo tiempo, parte actuante de una práctica polítipa. Esta teoría nos presenta un método para develar los verdaderos procesos y denunciarlos. Parte del proceso social es el conjunto de opiniones más o menos estructurado que tiende a legitimar un orden de cosas y a imprimirle una tendencia. A este conjunto de opiniones lo llamamos ideología. Según Lucien Goldmann, "consiste en el hecho de que los hombres tienen con toda buena fe una tendencia a deformar sus pensamientos y sus acciones en el sentido que corresponde a los intereses del grupo social del que forman parte". En este pequeño escrito, describiremos a grandes rasgos, la concepción marxista, señalando, como hemos hecho con las corrientes 68

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6 7

G. Lukács. Prólogo a la primera edición de su libro Historia y conciencia de clase, Editorial Grijalbo, México, 1969, pág. X L I X . L . Goldmann. Marxismo, dialéctica y estructuralismo, Ediciones Caldcn, Buenos .Aires, 1968, pág. 25. Del mismo modo que en las corrientes anteriores, trato de plantear tendencias generales. Me he basado especialmente en planteamientos de Georg Lukács, L. Goldniann, y desde luego de Karl Marx.

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anteriores, investigaciones y teorías que ilustren los planteamientos. Las representaciones conscientes de los individups no brotan por generación espontánea, sino que dependen de los procesos sociales reales, que condicionan su percepción y a los cuales, a sy vez, vuelven a determinar: ' L a conciencia no puede ser nunca otra cosa que el ser consciente y el ser de los hombres es un proceso de vida r e a l . 70

Los individuos ven las cosas como se les aparecen en su contexto, histórico. Frecuentemente piensan que la conciencia es primero y ella organiza el ser social. Esto es falso. "No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia". En el análisis marxista: 71

No es parte de lo que los hombres dicen, se representan o imaginan, ni tampoco del hombre predicado, pensado, representado o imaginado, para llegar, partiendo de aquí, al hombre de carne y hueso; se parte del hombre que realmente actúa y, arrancando de su proceso de vida real, se expone t a m b i é n el desarrollo de los reflejos i d e o l ó g i c o s y de los ecos de este proceso de vida. T a m b i é n las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de los hombres son sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso e m p í r i c a m e n t e registrable y sujeto a condiciones materiales. L a moral, la religión, la metafísica y cualquier otra i d e o l o g í a y las formas de conciencia que a ellas corresponden pierden, así, la apariencia de su propia sustarítividad. No tienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su p r o d u c c i ó n material y su intercambio material cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los productos de pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que de termina la conciencia. :

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En esta perspectiva, el material elaborado por los filósofos y los escritores, en general, pierde su aparente a u t o n o m í a . Para el investigador marxista empieza entonces el trabajo de ordenar el material filosófico como conjuntos que reflejan los modos en que se les presenta la realidad social. Aquí la teoría marxista de la comunicación enfrenta un serio problema: ¿cómo abalizar los contextos sociales, para explicar los modos en que se presentan a los sujetos, generando significídos que retoman los intelectuales, los literatos o los programadores de los medios de comunicación, para presentárselos de un modo coherente a sus receptores?

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Marx y Engels. La ideología alemana, Ediciones de Cultura Popular, México, 1974,

pág. 26. 7 1

Ibid.

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Cap. 4. Hacia una definición del marxismo

T e o r í a y práctica '

Para Marx no puede eliminarse la dificultad metodológica de ordenar los materiales en relación a los contextos históricos mediante recetas. Ya que esas dificultades "derivan del estudio del proceso de vida real y de la acción de los individuos en cada é p o c a " . Marx señala un m é t o d o general a grandes rasgos en varias de sus obras, entre ellas, La miseria de la filosofía, La ideología alemana, Introducción a la contribución de la crítica de la economía política de 1857, método que retoman, exponen y aplican diversos autores entre otros: Lenin, Lukács, Goldmann, Gramsci, Luxemburgo. Algunos de ellos: Lukács, Goldmann y otros más, elaboran una sociología de la literatura, que constituye una verdadera teoría de la comunicación. La gran pregunta que debe resolver esta teoría de la comunicación está planteada dos párrafos arriba. A q u í trataremos de esbozar en líneas generales el m é t o d o y ejemplificarlo con investigaciones de estos autores. 73

b) La idea de totalidad. El materialismo dialéctico tiene como idea central la totalidad, entendida como el predominio del todo so, bre las partes. Dentro de un conjunto social, nada está aislado, nada es por sí mismo: la T. V . , el cine, la filosofía, el dinero, el derecho, etc., etc. Estos elementos, tan dispares aparentemente, están trabados en una sola totalidad y si son lo que parecen ser es por el contexto. La T. V . es un complejo circuito electrónico, pero está vinculado a un sistema que implica una política, un mercado, una legislación, etc., etc. Y sólo podemos entender lo que es, gracias a sus múltiples relaciones, y estas relaciones le dan su ser concreto en cualquier sociedad. Sin todas estas determinaciones la T. V . no es algo concreto. El derecho, la política, el trabajo, la familia aisladamente considerados, son abstracciones, son categorías simples. Hay que definir cada una de estas ideas, en lo que tienen de común en todas las sociedades en donde aparecen o, al menos, en un buen número de sociedades'diversas. Seleccionar las que son más importantes en la sociedad que n o s ocupa y la que es la más importante o la preponderante. Juzgar p o r qué es esa la preponderante. Entonces, hay que ver cómo esas categorías simples, abstractas, se van determinando las unas en relación con las otras, por las actividades y relaciones de los hombres concretos. Ver cómo unas se oponen a las otras y mutuamente se transforman. Este proceso contextual nos va dando un conjunto de relaciones concretas que determinan los modos de ser de las cosas. Entonces, estamos en posibilidad de analizar la T. V . , el cine, el periodismo,la novela, la filosofía, el derecho, en función a ese conjunto de determinaciones peculiares, que forman

una. totalidad cambiante dentro de una evolución histórica. Y no Yeremos la T. V. o la novela como un elemento aislado que funciona de tal manera, sino como un elemento inmerso en una realidad social, que lo hace funcionar así. Para Marx, "lo concreto es concreto, porque es la síntesis de muchas determinaciones, es decir, unidad de lo diverso". Mucho se ha dicho que para Marx y los marxistas la vida económica tiene un papel preponderante en la determinación de los procesos que conforman la totalidad. Ésta es una cuestión que debe matizarse. Indudablemente, Marx utiliza la producción, la distribución y él consumo, considerados cómo categorías abstractas, para estudiar las sucesivas determinaciones o inter-determinaciones del contexto. Toma categorías económicas como punto de partida metodológico. Con el objeto de aplicar el m é t o d o necesitamos categorías abstractas, para ver el modo en que se ligan a otras; mediante ello, se hacen concretas, esto es, determinantes y determinadas en un proceso evolutivo. La producción es una categoría abstracta-que encontramos en toda sociedad, por lo cual, podemos tomarla como punto de arranque para el estudio de cualquier sociedad, aunque, quizá no sea el elemento preponderante para la ordenación de la estructura. Entonces la labor del científico social será encontrar y describir, ese elemento en sus determinaciones principales^ dentro de la totalidad. Para Marx, como los individuos producen siempre en sociedad, "la producción de los individuos, socialmente determinada, es, naturalmente, el punto de partida". Cuando algunos "marxistas" elaboran un análisis de una realidad social o, específicamente, de su arte, sus modos de comunicación; y quieren centrarse en la economía como único punto, como determinante que explica los procesos globales, están falseando el m é t o d o de Marx, están yendo contra él, están eliminando la dialéctica.. Georg Lukács, se opone a los que cambian así el m é t o d o y pretende señalar lo propio del marxismo y su diferencia específica, cuando dice: 74

75

L o que diferencia definitivamente al marxismo de la ciencia "burguesa, no es la tesis de un predominio de los motivos e c o n ó m i c o s en la e x p l i c a c i ó n de la historia, sino el punto de vista de la totalidad. L a ^ a t e g o r í a de totalidad, el dominio omnilateral y determinante del todo sobre las partes es la ciencia del m é t o d o que Marx t o m ó de Hegel y transformó de manera original, para hacer de él el fundamento de una nueva ciencia... Y el elemento básicamente revolucionario de la ciencia proletaria no consiste s ó l o en contrapo7 4

Marx. Introducción a la critica de la economía política de 1857. Ediciones de Cultura Popular, México, 1974, pág. 258. Marx. Introducción a la critica de la economía política de ¡857, pág. 235. Las cursivas son c.el autor de obra (N. del a.). 7 5

7 3

Marx y Engels. Op. cit., pág. 27.

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Cap. 3. Hacia una definición del marxismo ner a la sociedad burguesa contenidos revolucionarios, sino también y ante todo en la esencia revolucionaria del m é t o d o mismo. E l dominio de la categoría de totalidad es el portador del principio revolucionario en la ciencia. 76

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o bien dando al capitalismo una forma tan superficial, desfigurada y mistificada, de modo que la crítica no se convierta en una lucha, sino en un parasitario conformarse con el sistema... y por el rodeo de esta crítica se deduce incluso una a c e p t a c i ó n . . , 7 9

La totalidad, descrita como proceso, nos revela los movimientos sociales reales, explicados por los aspectos preponderantes que, al enlazarse los unos con los otros, nos dan el concreto social. Entonces, el sistema de producción determinará y al mismo tiempo será determinado por los planteamientos ideológicos. Esta situación de determinaciones mutuas tienden a formar un "bloque histórico", para utilizar el lenguaje de Antonio Gramsci. Y cuando un sistema parece integrado, sus capas sociales tienden a pensar de modo tal, que todo el sistema se vea reforzado. Sus medios de comunicación, sus escuelas, su política, tienden a reforzar esta situación, a, crearla y recrearla, frente a las rupturas que amenazan desde dentro y fuera del sistema. Cuando se da este fenómeno, estamos ante una verdadera "hegemonía cultural"; la sociedad ha sido organizada en relación á los intereses de una- clase y tenderá a reforzarlos, a presentar ese estado de cosas como el camino adecuado aunque perfectible. La adhesión o no a la ideología, que legitima el sistema total en sus rasgos esenciales, tiende a'producir o no una crítica revolucionaria. Frecuentemente, el sistema hegemónico, tenderá a retomar esa crítica en sus propios términos, para legitimar aún más sus elementos esenciales. 1 7

De aquí que la teoría marxista de la comunicación pretenda como un objetivo muy importante, develar permanentemente la ideología y explicar las implicaciones que un contenido implica en el contexto. Las ideologías son como cemento para integrar el sistema. c) La ideología. En esta perspectiva Georg Lukács y otros muchos han elaborado diversas investigaciones y planteamientos teóricos, donde pretenden descubrir las ideologías, ubicándolas en su contexto histórico. En 1934, al escribir sobre "La ideología de los intelectuales alemanes, en el periodo imperialista", señala una evolución del irracionalismo. Con apariencia mística, los expresionistas plantean una apologética del capitalismo, aunque mediante una polémica que apaTenta ir contra él. Critican el presente, pero nunca contemplan las bases económicas de la sociedad y, por tanto, no pueden ver la totalidad. A l no verse la sociedad en su conjunto, no se baja a lo concreto: se mitologiza la realidad. 78

Así se critica en abstracto lo burgués. Los literatos naturalistas ' y sobre todo los expresionistas alemanes de principios de siglo, al criticar una abstracción de lo burgués, no sólo no ayudan a las clases oprimidas, sino que ofrecen más tarde al fascismo, un apoyo para introducirse en las masas de Alemania. Lukács había señalado en 1923 que "en cuestiones de marxismo la ortodoxia se refiere al m é t o d o " y el m é t o d o implica la reconstrucción de la totalidad, para estudiar la realidad concreta, y "esta relación de la conciencia con la realidad es lo que realmente posibilita una unidad de la teoría con la p r á c t i c a " . No debe extrañarnos que en las series de T. V . , en las películas, en los comics, en las novelas o fotonovelas, elaboradas por compañías capitalistas para las masas, se nos presenten problemas que parecen afectar al sistema capitalista. Lo que sí será difícil ver es que se considere una totalidad interre la donada en sus elementos esenciales y se niegue, con fundamento en esta interrelación, la validez de los elementos esenciales. Los distintos géneros literarios o audiovisuales tendrán modos diferentes de presentarse. Pero si sus productores han asimilado la ideología preponderante, tenderán a presentar problemas sobre elementos que no son claves en el sistema; y aun en el caso de que lleguen a mostrar problemas sobre elementos sustanciales, lo harán abstrayendo. Muy frecuentemente señalarán a un agente malo para el orden establecido; se le verá como algo que debe combatirse y que, finalmente, será derrotado, si no, sería altamente nocivo para todos. I 80

8 1

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En otra obra reciente, Ariel Dorfman afirma que: Toda obra subliteraria o producto cultural masivo que utilice la f i c c i ó n como fuente de entretenimiento y dominio emocional o intelectual se desarrolla siempre de una manera idéntica. Se plantea un problema central, lo que es posible denominar situación de crisis. Esto significa que algún ser o situación esta cuestionando ciertas leyes de funcionamiento del mundo. Pero lo fundamental, en la región de la i d e o l o g í a , es que ese hecho es calificado a u t o m á t i c a m e n t e como elemento perturbador, c r í t i c o , molesto. 83

. . . L a m i t o l o g i z a c i ó n de los problemas abre en parte el camino para que lo criticado no sea representado en modo alguno en relación con el capitalismo,

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/ i t í . , pág. 303. Ibid., pág. 308. Historia y conciencia de clase, Ed. Grijalbo, México, 1969, pág. 2. Ibid., pág. -3. Dorfman y Jofre. Superman y sus amigos del alma, Ed. Galerna. Buenos Aires, 1974, pág. 41. 8 0

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Historia y conciencia de clase, págs. 29 y 30. Gramsci. El materialismo histórico, Ed. Lautaro, Buenos Aires 1958. Lukács. Sociología de la literatura. Ediciones Península, Barcelona, 1968, cap. XIX.

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Cap. 4. Hacia una definición del marxismo

Aquí hay que hacer notar que las "leyes de funcionamiento del mundo" son las leyes del sistema, lo cual no se aclara y, por tanto, se mitologizan los problemas, se reifica la realidad al no mostrarse como una ley dentro de un contexto, sino como algo natural. Por otra "parte, el sujeto, que está imbuido de esa ideología y recibe un mensaje de este tipo, no se da cuenta de la reificación, retroalimenta su ideología y, en ese sentido, refuerza al sistema. Así, los comics y los medios de difusión en general se convierten en un arma política. Ayudan, en el sentido de Gramsci, a reforzar el bloque hegemónico dé la cultura dominante. La ideología es una parte del todo que determina y es determinada. No aplicar el m é t o d o de la totalidad dialéctica y genética es enmascarar tendencias reificantes y eso va contra la liberación de los hombres, en el sentido marxista. Dorfman continúa hablando sobre la crisis que presentan este tipo de medios, frente al cuestionamiento de "ciertas leyes de funcionamiento de ese mundo": "esa crisis va a ser derrotada en la obra, porque ha sido definida de antemano, desde un principio, como una contradicción que tiene salida en este mundo específico". Para el mundo del comic todo parece tener una feliz solución dentro de las leyes de este mundo. La historieta tiende a dar a los lectores una sensación de seguridad en esas leyes. El bloque hegemónico se consolida. Para el m é t o d o marxista, la comunicación no puede verse como un elemento aislado, está dentro del concreto social interrelacionado.

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4. El carácter histórico de todas las sucesivas interdeterminaciories: unas y otras se condicionan mutuamente en un proceso de tfansformación de la realidad. Se oponen mutuamente y sé eliminan como condicionamientos mutuos, para convertirse y con elloconvertir la realidad concreta, en otra cosa. Esto no es un proceso mecánico, sucede por la acción de los hombres en 'condiciones específicas. :

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Resumiendo: Si quisiéramos esbozar rasgos generales de la visión marxista de totalidad, tendremos que hablar quizá básicamente de cuatro postulados: 1. El carácter social y activo de la vida consciente: esto es, que las ideas no nacen solas, sino que están enraizadas en la vida social, de • la cual dependen y a la cual, a su vez, condicionan. 2. La unidad de pensamiento y acción: el empezar a aplicar el m é t o d o y a es u n a f o r m a de acción y toda práctica verdaderamente revoluc i o n a r i a n o puede separarse del m é t o d o , bajo riesgo de mitificar la realidad y, por ello mismo, hacerse antirrevolucionaria. 3% La unidad del sujeto y del objeto: los individuos con su teoría y su práctica no van a actuar sobre un objeto externo, ellos mismos son los objetos a transformar, al transformar el contexto social. 8 4

Cfr. Mattelart. Comunicación masiva y revolución socialista; La cultura como empresa transnacional; Para leer el Pato Dormid y Agresión desde el espacio. Eliceo Veron. El proceso ideológico; Comunicación de masas y Producción de ideología.

ESTRUCTURA SIGNIFICATIVA Y CONCIENCIA POSIBLE Ahora veremos dos conceptos básicos para la teoría marxista de la comunicación. Estos son: el concepto de estructura significativa y el de conciencia posible. \ a) El concepto de estructura significativa. Si retomamos los planteamientos anteriores, consideraremos a los medios de óomunicácion como una parte de la sociedad global, que condiciona y es condición •, nada por ella. Trasmitirá ideas, tomadas de la sociedad, de sus reía-\ ciones internas y de las relaciones que guarda con su medio ambiente. \ Estas ideas tenderán a reforzar algunas de esas relaciones y a eliminar otras. Se organizarán de tal modo, que tiendan a generar o a reforzar modos de concebir el mundo. A estas organizaciones las llamamos estructuras significativas. . , . ' El conjunto de valores y argumentos presentados por los medios de comunicación implican una finalidad: que la sociedad juzgue junto con ellos los hechos humanos. Algunos de estos hechos se'considerarán implícitamente buenos por los medios y otros malos. Pero ¿qué moral o derecho sirve de base a estos juicios? ¿Qué pruebas se presentan a los múltiples jueces que forman la sociedad?, Los códigos morales y las "pruebas" aceptadas por ellos constituyen estructuras significativas. Las estructuras significativas tienden a generar y a reforzar modos sociales de comportameinto. Pueden existir diversas estructuras significativas que convivan en una sociedad y.hasta en un individuo, reforzándose y oponiéndose. Antes de definir estructura significativa tratemos de poner un ejemplo. A l parecer, podemos hablar de la publicidad corrió una estructura significativa que complementa otras estructuras del, sistema y se opone a otras. El ligero esbozo que haremos de la publicidad' como estructura significativa, debe tomarse a título de hipótesis. La publicidad, a través de los medios masivos de comunicación, constantemente da juicios sobre múltiples cuestiones. Una de ellas és la moda. Hoy nos dicen que este vestido que hace bella a la mujer y,

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mañana, la misma marca de vestidos, por el mismo medio, nos afirma que es otro completamente distinto. Hoy nos señalan que los "muebles lecanos" son signo de tradición y distinción y mañana que no'; ahora los laqueados, después los de plástico son signo de la modernidad que distingue. • Si queremos descubrir los códigos que guían este lenguaje, partiendo del puro análisis de su coherencia interna, quizá nos perdamos en un mundo esquizofrénico. Tendremos que buscar un sentido mediante el cual concibamos todas estas oposiciones, en función a una finalidad común, y esta finalidad interrelacionada con otras circunstancias nos revelen la coherencia publicitaria, en tanto participa de una interdeterminación de factores, que constituyen una totalidad en evolución. Un elemento que nos puede ayudar a aclarar el sentido es la econo'mía. Es propio del capitalismo elaborar un número cada vez, mayor de mercancías, no sólo según el aumento de la población,, sino más ampliada aún, para obtener una reproducción ampliada de capital, mediante el trabajo asalariado, del cual la clase capitalista extrae plusv a l í a ; pero esta plusvalía no puede convertirse en ganancias, si no se .venden los productos. Ante esta situación social, empezamos a ver cierto sentido en el discurso publicitario de la moda, pero no porque ern sí sea coherente, sino porque tiene sentido para la totalidad del sistema. Por tanto, es necesario vender, es necesario convencer de que lo antes comprado ya no cumple su cometido.

Por otra parte necesitamos ver cuál es este cometido dentro del sistema. En relación al vestido y a los muebles, no sólo es cubrir la piel y tener utensilios. Es distinguirse, diferenciarse, hacerlo signo de estatus. Según Jean Baudrillard para hacer un objeto de consumo dentro de la sociedad capitalista, hay que quitarle sus determinaciones psíquicas como símbolo permanente de alguna relación; hay que liberarlo de sus determinaciones que lo identifican fundamentalmente como utensilio; hay que tender a quitar de la mente de los individuos que sus objetos usados pueden venderse, que son mercancías y convertirlos, principalmente, en signos distintivos, en signos de estatus. Sin embargo, esto no es posible hacerlo totalmente. Entonces será co• múmver una lógica de la mercancía o del valor de cambio, una lógica del símbolo permanente de una relación (como el anillo de boda), . una lógica del instrumento o del valor de uso. Pero sobre todas estas lógicas tenderá a preponderar una lógica del signo distintivo. _ Con el fin de poder entender este predominio, habrá que ver la evolución de este proceso que ha hecho que las cosas lleguen a ese .•estado, para determinados sectores de la población y no para otros, dependiendo de las circunstancias concretas, es decir, interdetermi8 5

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nantes Desde luego, estos procesos tienen múltiples matices que hacen muy complejo el análisis. Las relaciones humanas y la composición social requieren retomar lo que aparece a nuestras experiencias, para explicarnos el mundo, con el propósito de orientar nuestra acción y la dirección de los acontecimientos sociales. Para ello, se necesita presentar de cierta manera "la realidad"'y constituir esta "realidad" en prueba de nuestros juicios: "etique usa este perfume es un hombre de é x i t o " . El publicista sabe que la realidad no la perciben igual todos los grupos sociales, pero tiende a imponer esta estructura significativa de la distinción, con lo cual, mañana, el individuo podrá comprar otro nuevo artículo para distinguirse y, con ello, apoyar la compra de los productos de la reproducción ampliada de mercancías. Podemos decir que la publicidad es una ideología que tiende a dirigir a todos los sectores de la sociedad hacia los intereses de la clase capitalista, para lo cual utilizan ese modo de percepción de la realidad. Los publicistas, no son creadores que sacan las ideas de la nada, ni siquiera los grandes filósofos o los científicos. Sé diría que todos ellos son similares a Nathan, un literato que describe Balzac: "es el niás hábil cazador al vuelo de las ideas que caen sobre París,' o que París hace levantarse. Su fecundidad no es suya, sino de su época: vive de las circunstancias..." Pero el escritor, el publicista o el filósofo, no sólo retoman las circunstancias y los problemas de su época, para tender al equilibrio y reforzar una situación tal cual está. No, aun el publicista, al buscar compradores, está buscando cambiar en alguna forma las cosas. El filósofo al plantear un sistema ético, o simplemente "explicar" la realidad, ya está planteando un juicio transformador: pretende, cuando menos, que la gente piense más ordenadamente; esto es ya querer cambiar la realidad. Hasta el más conservador quiere cambiar las cosas, para que puedan conservarse mejor sus valores. Esto es una verdadera contradicción que mantiene a la sociedad en constante evolución. > ' 8 6

La sociología de la literatura ha mostrado c ó m o los autores están condicionados y condicionan la percepción de su realidad. Lukács señala cómo Balzac retoma grandes problemas de su época y pretende imprimirles una dirección, aunque siempre con realismo. Balzac desenmascara la caída de la nobleza frente al capitalismo y muestra también "por vez primera la trágica risa de escarnio sobre los más altos productos ideológicos del desarrollo burgués, la trágica disolución de los ideales burgueses por la fuerza de su propia base económica capitalista... de forma global y en su t o t a l i d a d " . . . "Los ex87

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Critica üc la economía política del signo, Ed. Siglo X X I , México, 1974.

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En la novela Una hija de Eva. Cfr. Lukács. Sociología de la literatura, pág. 331.

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plotados son ahora los periodistas y los escritores: sus capacidades se convierten en mercancía, en objeto de especulación del capitalismo literario. Pero son explotados y prostituidos por el capitalismo. Ellos mismos quieren ascender a explotadores o por lo menos a intermediarios de la e x p l o t a c i ó n " . Pierre Bourdieu nos dice: 88

"Para dar su objeto propio a la S o c i o l o g í a de la creación intelectual y para establecer, al mismo tiempo, sus l í m i t e s , es preciso percibir y plantear que la relación que un creador sostiene con su obra y, por ello, la obra misma se encuentran afectadas por el sistema de las relaciones sociales, en las cuales se realiza la creación como acto de c o m u n i c a c i ó n o, con m á s precisión, por la p o s i c i ó n del creador en la estructura del campo intelectual". 89

Los individuos está inmersos en estructuras significativas y conforme a ellas organizan sus concepciones del mundo y de las relaciones sociales. Sus prácticas concretas, son elementos para construir sus estructuras significativas, en un proceso de transformación permanente. Para entender una creación, hay que ubicarla en una organización de significados determinados y determinantes del contexto, lo cual constituye una estructura significativa. Para los marxistas es de gran importancia el estudio de las obras literarias, filosóficas, artísticas, publicitarias, en su contexto, de manera que se pueda desenmascarar sus tendencias y su razón de ser. Lucien Goldmann considera que "no sólo es imposible estudiar de manera válida' ciertos elementos de la obra fuera del conjunto del que forman parte, que es lo único que determina su naturaleza y su significación objetiva, sino también que la posibilidad' de dar cuenta de la necesidad de cada elemento respecto a la estructura significativa global, constituye la más segura guía del investigador". A veces, encontrar la estructura significativa preponderante, a la que se adhieren un conjunto de obras, es una tarea difícil. En una sociedad pluralista, donde convive una estructura publicitaria con otras diversas, no.s encontramos ante el problema de analizar a cuál se adhiere principalmente una obra. Necesitamos, entonces, definir con precisión los tipos de estructuras significativas. Con ello.'no sólo podríamos entender mejor los planteamientos filosóficos, literarios, jurídicos, publicitarios, sino señalar tendencias sociales, al mostrar como interactúan entre sí las estructuras significativas y sobre todo visualizar tendencias posibles. 90

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b) El concepto de conciencia posible. El límite de la conciencia posible de un grupo social podemos fijarlo en cuanto que, para aceptar un pensamiento, debe renunciar a sus intereses de clase. Para Goldmann "es el caso en que, para conseguir la trasmisión, el grupo en cuanto a grupo debe desaparecer o transformarse, hasta el punto de perder sus características sociales esenciales." \ • . i Se trata de un concepto fundamental para el estudio de la comuinicación en la vida social, simplemente porque nos señala qué tipo de significados no pueden evocarse en común, y aunque se llegarán a entender, serían violentamente rechazados. ' Hay diversos motivos por los cuales no puede comunicarse una idea. Veamos tres de éstos, que no son lo que hemos llamado límite de la conciencia posible. . . Uno es la falta de datos. Si yo no he tenido nunca Inexperiencia de conocer el mar, difícilmente puedo evocar en común una playa marina, y cuando me hablen de eso, no podrá comunicarme.' ¡ Otro motivo por el que no puede pasar la información es'la estructura psíquica del individuo, que puede deformar ciertos datos, o de plano es impermeable a otros. Un tercer motivo puede ser la fuerza de la costumbre, por'lo cual no acepta nuevos datos o formas de entender la realidad. Suce-. de, por ejemplo, con algunos científicos ubicados en cualquiera'de estas corrientes que hemos intentado describir, que no quieren conocer otras porque pondrían en duda la validez de sus investigaciones' anteriores. Pero el límite de la conciencia posible es algo distinto, a 'estos tres casos, aunque se complementa con ellos. Es el caso de que no ' puede aceptarse como verdadera cierta información, porque, ello implicaría desaparecer como grupo. No es sólo que falten datos o que el modo de informarlos sea distinto (esto, desde luego, puede ser cierto) sino que los procesos que forman la vida social se cambiarían a tal punto con la nueva manera de informarlos, que los sujetos inte• grantes del grupo social a que se dirige esta información, no pueden aceptarla; ya que de hacerlo, el equilibrio social que han logrado, informando de un modo determinado su realidad, se eliminaría. La conciencia posible no es un fenómeno directamente observable, sino una elaboración teórica, que nos ayuda a entender por qué la conciencia de un grupo social puede filtrar determinada información. El máximo de conciencia posible es el conjunto de ideas; o si se prefiere, las estructuras significativas que podrían tener los miefn9 1

92

ibid, pág. 333.

8 9

P. Bourdieu. "Campo intelectual y proyecto creador", en el libro Problemas del estructuralismo, pág. 135. 9 0

pag. 63.

Goldmann. Marxismo, estmcturalismo y dialéctica, Ed. Calden, Buenos Aires 1968

9 1

L . Goldmann: Importancia del concepto de conciencia posible paía'la comupicación. En El concepto de información en la ciencia contemporánea. Varios autores. Ed. Siglo XXI. México (1966), pág. 34. Véase Goldmann. Op. cit., págs. 33 y 34. ' 9 2

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Cap. 4. Hacia u n a d e f i n i c i ó n del marxismo

bros de una clase, si captaran los elementos preponderantes de la "totalidad social en la cual viven y tendieran a adaptarlos a sus intereses objetivos. ' Vamos a ejemplificar lo que acabamos de decir: la estructura significativa publicitaria que esbozamos a modo de hipótesis en el punto a), es un conjunto de categorías, racionalmente adecuada al proceso de reproducción ampliada de mercancías, ya que favorece su venta, sin la cual no tendría la clase capitalista la posibilidad, en su beneficio, de una reproducción ampliada de capital. Esta estructura significativa va de acuerdo a sus intereses de clase. Se adapta a sus prácticas utilitarias y, por. tanto, les es perfectamente posible y deseable acep'tarla. Sin embargo, una estructura significativa que postulara que todos deben tener igual acceso al consumo - y para esto todos deben '"ser trabajadores, y a la vez igualmente propietarios de los medios de p r o d u c c i ó n - no iría de acuerdo a sus prácticas utilitarias y no sería aceptable: estaría más allá de su límite de conciencia posible. ' Cuando un grupo obrero o campesino no ha logrado una con. ciencia de clase adecuada a sus intereses objetivos, tiene una falsa conciencia. Pero si en sus luchas concretas van viendo posibilidades ' objetivas y adecuadas a sus verdaderos intereses de clase, irá cambiando su conciencia real y empíricamente observable en un momento determinado, por su conciencia posible, racionalmente atribuible a sus prácticas utilitarias de clase. 93

' El estudio de las estructuras significativas de las diversas clases puede confrontarse con sus relaciones con el " t o d o " socioeconómico y 'comprqbarse qué tan adecuadas son las estructuras significativas de una clase, a sus intereses objetivos. En teoría, las clases dominantes tendrán estructuras significativas más adecuadas a sus intereses, y las clases dominadas estarán más lejanas a esta adecuación. Pero su conciencia posible, o sus posibilidades de conciencia, son cualitativamente diferentes: unos estarían dispuestos a aceptar ideas, que otros no están o no estarían dispuestos a aceptar. Ha sido un error tratar de entender qué son los intelectuales intrínsecamente, en vez de buscar bajo qué tipo de estructuras significativas trabajan, de qué manera vienen a reforzarla y en qué sentido se acercan o no a la conciencia posible que las prácticas utilitarias de una clase, en un momento histórico determinado, permiten desarrollar. A los sociólogos marxistas de la literatura les interesan especialmente las obras filosóficas, literarias y artísticas, porque se orientan a estar más cerca del máximo de conciencia posible de un grupo. Tienden a explotar al máximo sus estructuras significativas, 94

Estructura significativa y conciencia posible

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a globalizar, a integrar más elementos para que nos brinden una visión coherente del mundo. El concepto de estructura significativa viene a ayudarnos a comprender y explicar los modos de captar la realidad, lo cual es distinto a el máximo de conciencia posible que, como miembros de una clase, podemos tener. Contrastemos un poco más los conceptos. Lucien Goldmann nos dice: L a descripción de una estructura significativa y de sus enlaces internos es un f e n ó m e n o de c o m p r e n s i ó n . Pero el intento de describir la estructura m á s vasta... tiene un valor explicativo en relación con la estructura englobada. Si estudio los pensamientos de Pascal .como estructura significativa interna, procuro comprenderla; pero si después los inserto como una estructura parcial en una estructura m á s vasta, que es el movimiento jansenista, comprendo el jansenismo y explico por él los pensamientos de P a s c a l . 95

Este procedimiento lo ha desarrollado Goldmann, en su ya célebre investigación sobre la estructura significativa de lo que él llama "visión trágica", que constituye, entre otras cosas, la esencia del jansenismo extremista. Según dice en el prefacio, esto le ha permitido delimitar y comprender la esencia de diversas manifestaciones humanas de orden ideológico, teológico, filosófico y literario, y poner de manifiesto, entre todos estos hechos, un parentesco estructural. Así, el estudio de las estructuras significativas se dirige al esclarecimiento de los procesos para informar la realidad, no de modo parcial, sino globalmente. Y está más o menos de acuerdo con la conciencia posible de una clase. La semiología puede ayudarnos a describir las categorías fundamentales de una estructura significativa para comprenderla, y después explicarla al vincularla a su contexto social. El concepto de conciencia posible no es algo que pueda constatarse por observación directa del fenómeno, ni siquiera algo detectable por procedimientos semiológicos, sino un conjunto de categorías racionalmente adecuadas a los intereses objetivos de una clase. Una vez estudiados los diversos objetivos de los diversos conjuntos humanos, dentro de una formación social históricamente determinada, podemos especificar, mediante análisis semiológicos, qué estructuras significativas son más adecuadas a la conciencia posible, o a la conciencia atribuible a una clase social. El concepto de conciencia posible nos permite predecir si las clases pueden o no aceptar un conjunto de ideas y su aplicación práctica. Pero para poder predecirlo necesitamos saber qué tan racionalmente 96

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Lukács. Historia y concienciare clase, capítulo 3. Gramsci, Los intelectuales y la organización de la culture. Juan Pablos Editor México (1975).

9 5

9 4

Goldmann: La importancia del concepto de conciencia posible en comunicación,

pág. 38. 9 6

Lucien Goldmann: El hombre y lo absoluto. Ed. Península, Barcelona (1968). y

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Cap. 4. Hacia una definición del marxismo

adecuadas son ese conjunto de ideas a los intereses objetivos de cada clase, dentro de una formación social concreta e históricamente determinada. Por otra parte, hay que preguntarse qué tanta diferencia hay entre esa conciencia posible y la conciencia reai de cada clase. Esto nos llevará a definir, más o menos certeramente, la eficiencia histórica de la conciencia de clase, para consolidar, en lenguaje de Gramsci, un "bloque histórico".

5 SEIECCÍÓN dE

TEXTOS

INVESTIGACIÓN DE LA* COMUNICACIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS * Wilbur Schramm

Durante los últimos treinta años, un número cada vez mayor de intelectuales de los Estados Unidos se han interesado en el"estudio del proceso y de los efectos de la comunicación. La comunicación, naturalmente, no se ha convertido en una disciplina académica, como la física o la economía; pero sí ha alcanzado a ser un campo animado de investigación y teoría. Es una de las más activas encrucijadas en el estudio del comportamiento humano lo cual es comprensible, ya que la comunicación es un proceso -quizase/proceso- socialfuridamental. Sin la comunicación, no existirían los grupos humanos ,y las' sociedades. Difícilmente se puede teorizar o proyectar investigación en un campo cualquiera del comportamiento humano, sin hacer, algunas suposiciones acerca de la comunicación humana. La teoría y la investigación de la comunicación han atraído, por lo tanto, el interés de los psicólogos, sociólogos, antropólogos, políticos, científicos, economistas, matemáticos, historiadores ydingüis- • tas; y hombres de todas estas actividades y otras, Ufen contribuido , a una mejor comprensión de ésta ciencia. Ha sido una encrucijada académica por la cual han pasado muchos, pero pocos se han detenido. Ha habido psicólogos que han trabajado en los problemas de la' • comunicación durante cierto periodo y han regresado luego a p r o :

* Tomado del libro La ciencia de la comunicación co, 1972.

humana, Editorial Roble, Méxi-

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Cap. 5. Selección de textos

blemas más distintivamente psicológicos. Algunos matemáticos han producido una teoría de la información y luego han regresado a la teoría y a problemas más distintivamente matemáticos. Y así sucesivamente con las otras disciplinas: la comunicación ha sido un estudio • auxiliar, necesario para la comprensión del comportamiento humano y social y contributiva a otra teoría. Sin embargo, de las entradas y salidas de esta encrucijada académica y del número relativamente reducido de intelectuales que han dedicado sus carreras enteras y sus energías al estudio de la comunicación humana, ha surgido un acervo , impresionante de libros y artículos, algunos de los cuales aparecerán reflejados en los capítulos que siguen. Cuatro hombres han sido generalmente considerados como los "padres fundadores" de la investigación de la comunicación en los Estados Unidos. Dos de éstos eran psicólogos, uno sociólogo, el otro político científico. Dos de ellos, nacidos y educados en Europa, pero flue llegaron a este país en las fases iniciales de sus carreras. Uno de estos últimos fue Paul Lazarsfeld, sociólogo educado en Viena, que llegó a los Estados Unidos en 1932 y se interesó profundamente en las audiencias y efectos de los nuevos medios de comunicación colectiva. Cuando se inició en la investigación de esos , medios, las radiodifusoras y los publicistas de este país habían comenzado ya a medir las masas de oyentes con objeto de descubrir lo bien que trabajaba la radio, los auditorios que atraía y qué opinión tenían de los que oían. Para Lazarsfeld fue inmediatamente obvio que era igualmente fácil y mucho más importante usar las mediciones de auditorios para estudiar el propio auditorio que para estudiar el medio. Esto es, los programas que selecciona el público nos dicen algo acerca de este público, así como acerca de los programas. El siguiente paso consistía en descubrir por qué elegían los oyentes lo que elegían. Y luego, descubrir cómo usaban lo que obtenían de los medios de masas y qué efecto .tenían los medios sobre sus hábitos de votación, gustos y orientación general hacia la vida y la sociedad. Esta es la línea de investigación que persiguió Lazarsfeld -estudios de auditorios, estudios de votación, estudios de campañas, estudios de efectos de.los medios colectivos de comunicación y estudios de la influencia personal relacionada con la influencia de esos medios-. F u n d ó una de las instituciones más influyentes en investigación en este país —la Oficina de Investigación Social Aplicada de la Universidad de Columbia (Bureau of Applied Social Research)- y , durante más de /einte años, esa oficina ha continuado produciendo estudios de alta calidad y ha formado intelectuales jóvenes notables. Dos de los discípulos de Lazarsfeld, graduados de la Oficina y que actualmente son notables por derecho propio - e l Dr. Elihu Katz y

Investigación de la c o m u n i c a c i ó n

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el Dr. Joseph T. Klapper-, han cooperado con sus conferencias en esta serie, y el propio Dr. Lazarsfeld, en colaboración con su colega, el Dr. Herbert Menzel - o t r o de sus antiguos d i s c í p u l o s - , es el autor de una de las conferencias que publicamos. , El otro miembro de los "padres fundadores" nacido en Europa fue Kurt Lewin, el psicólogo de la escuela Gestalt, también educado en Viena, y también inmigrante a este país al principio de la década de 1930, quien ejerció una gran influencia sobre los estudiantes de la Universidad de Iowa y del Instituto de Tecnología de Massachu'setts (MIT). Lo que interesaba primordialmente a Lewin era la comunicación en grupos y el efecto de las presiones de grupo, normas de grupo y papeles de grupo sobre el comportamiento y actitudes de sus miembros. Era un experimentador extraordinariamente ingenioso y tenía la capacidad de atraer a los estudiantes imaginativos y brillantes. El movimiento de Dinámica de Grupo - s i a eso se le puede llamar un m o v i m i e n t o - en los Estados Unidos es la sombra de Lewin. La naturaleza de su influencia sobre la investigación de la comunicación se puede juzgar de la colaboración a esta serie debida al Dr. León Festinger, uno de sus discípulos, que han desarrollado la teoría de la disonancia cognoscitiva. Lewin murió prematuramente, pero su influencia sigue viviendo. Lazarsfeld es un sociólogo que se especializó en la investigación de público por medio de la encuesta, interesado en los efectos de los medios de masa y su relación con la influencia personal. Lewin era un psicólogo, especializado en experimentos, e interesado en el funcionamiento de los grupos humanos. Un tercer miembro de los "padres fundadores" fue Harold Lasswell, político científico, educado en la Universidad de Chicago, y por muchos años maestro en esa misma Universidad'y en Yale. No fue ni un investigador de público ni un experimentador; más bien su m é t o d o era analítico. Fue de los iniciadores del estudio 'de la propaganda, de los grandes análisis sistemáticos de la comunicación en. naciones y sociedades y en el estudio dé comunicadoreá políticos influyentes. Pero quizá será recordado por mayor tiempo en este campo debido a su desarrollo del análisis del contenido científico. El Dr.. Lasswell, desafortunadamente, no pudo aparecer en esta serie, pero se incluye una colaboración hecha por uno de sus discípulos, el Dr. Ithiel de Sola Pool, del M . I . T. El cuarto miembro del grupo fue Cari Kovland, educado en Yale como psicólogo. Antes de la Segunda Guerra Mundial, ya se había creado una reputación como psicólogo experimental. Llamado al programa de investigación del Ejército en 1942, se interesó profundamente en la comunicación y cambios de actitud. Cuando terminó la guerra, cambió en forma abrupta la dirección de su carrera, regresó a

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C a p . 5. S e l e c c i ó n de textos

Yale y organizó un programa de investigación sobre comunicación y cambios de actitud. Sus colegas y estudiantes en el programa eran algunos de los mejores psicólogos jóvenes que existen. El m é t o d o de Hovland era un m é t o d o cuidadoso, hermético, experimental, en el cual variaba un solo elemento cada vez, controlando los otros, y probando hipótesis tras hipótesis, estructurando lenta pero seguramente una teoría sistemática de la comunicación. Lo que, en efecto estaba haciendo era construir una retórica científica moderna. Muchos de los problemas que estudió eran tan viejos como la Retórica de Aristóteles. Estudiaba, por ejemplo, el efecto de tener un comunicador digno de crédito o prestigioso, un mensaje con un sentido o un doble sentido, exhortaciones de temor intenso contra exhortaciones de temor débil, m é t o d o s de "vacunación" de la gente contra la propaganda, y otros fenómenos por el estilo. Los libros que surgieron de su programa de investigación de Yale entre 1950 y 1961, representan la mayor contribución que haya hecho un solo hombre a la teoría de la comunicación. Basta recordar los títulos de algunos de estos libros; Experiments on Mass Communications, Communication and Persuasion, The Order of Presentation, Personality and Persuasibility, Attitude Organization and Change. Hovland murió en 1961 de cáncer, a la edad de cuarenta y ocho años; pero sus colegas y estudiantes continúan llevando adelante la tradición de su investigación sobre la comunicación. El Dr. Irving L. Janis, que sucedió a Hovland como director del programa de Yale, ha colaborado a esta serie y el Dr. Nathan Maccoby, que era colega de Hovland en el programa de investigación del Ejército, estudia en esta misma serie el tema que ocupó a Hovland toda su vida: la teoría acerca de la forma de cambiar las actitudes por medio de la comunicación. Estos cuatro caminos de influencias se encuentran aún visibles en la investigación de la comunicación en los Estados Unidos, pero cada vez más han tendido a refundirse. Los jóvenes investigadores en este campo tienden actualmente a ser eclécticos. Combinan los intereses de Hovland y Lewin o el m é t o d o de Lazarsfeld con los intereses de Lasswell, o bien forman alguna otra combinación. Pero algunas características de la investigación sobre comunicación en este país, serán evidentes para cualesquiera personas que provengan de otra tradición. En primer término, la investigación sobre comunicación en los Estados Unidos es cuantitativa, más bien que especulativa. Quienes la practican se encuentran interesados fundamentalmente en la teoría, pero sólo en una teoría que puedan probar —y quieren prob a r l a - . Así pues, esencialmente, son investigadores del comportamiento: tratan de encontrar algo acerca de por qué los humanos se comportan en la forma que lo hacen y cómo puede la comunicación hacer posible que vivan juntos más feliz y productivamente. Por lo

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tanto, no es de sorprender que numerosos investigadores de la comunicación se hayan ocupado últimamente en el problema de la forma en que las naciones del mundo puedan comunicarse eficientemente y cómo puede ayudarles la comunicación a comprenderse mejor entre sí y a vivir en paz. Otra característica del desarrollo de la investigación dé comunicación en los Estados Unidos ha sido la aparición de centros de investigación. Hemos mencionado ya la Oficina de Investigación Social Aplicada de Columbia y el Programa de Comunicación y'Cambio de Actitud de Yale. Además de éstos, existen actualmente centros de investigación de magnitud y productividad considerables, en Stanford, Illinois; M . I . T., Estado de Michigan, y Wisconsin, además de otros más pequeños en varias otras universidades. Pasemos ahora de esta breve revisión del desarrollo y el estado de la investigación de la comunicación en los Estados Unidos á la sustancia de la investigación misma. En el primer artículo, parece apropiado decir algo acerca de qué es lo que significa el término comunicación y cómo trabaja el proceso de comunicación. Me apresuro a decir que no estamos hablando simplemente acerca de comunicación de masas en la forma típica de los periódicos, la televisión, etc. En los estados Unidos, la investigación de comunicación trata de todas las formas en que se efectúa el intercambio de las ideas y en que éstas se comparten. Así, estamos hablando tanto de comunicación de masas como interpersonal. Tratamos de la palabra hablada, de la> señal, el gesto, la imagen, la exhibición, impresión, radiodifusión, película - t o d o s los signos y símbolos por medio de los cuales los humanos tratan de trasmitir significados y valor a otros humanos. El proceso es el mismo, independientemente de que las señales sean trasmitidas sobre una onda de televisión o cuchicheadas por un joven al oído de su amada. El medio de comunicación colectivo es simplemente un comunicador en el cual la relación de salida a entrada es muy grande. En algunos individuos -maestros, conferencistas, chismosos y murmuradores, por ejemplo-, la relación'de salida de comunicación a entrada es también relativamente elevada; pero, aun comparada con la de estos individuos, la relación entrada-salida de un medio de masas es enorme. Además, el medio*de masas es una organización de comunicación, un grupo de trabajo, de personas preparadas y organizadas, - p o r así decirlo, con una sola voz- para'exhibir una especie de personalidad corporativa. Pero, salvo por .el hecho de ser más complicado, lo que sucede en el caso del medio'de masa es precisamente paralelo a lo que sucede en un individuo comunicativo. Ambos seleccionan y descifran mensajes, cifran y trasmiten mensajes y provocan respuestas. t

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Cap. 5. Selección de textos

En su forma más simple, el proceso de comunicación consiste en un trasmisor, un mensaje y un receptor. El trasmisor y el receptor pueden incluso ser la misma persona, como sucede cuando un individuo piensa o habla consigo mismo. Pero el mensaje está en alguna etapa del proceso, separado tanto del trasmisor como del receptor. Llega un momento en que cualquiera que sea la cosa que comunicamos es simplemente una señal que contiene un significado para el trasmisor y que contiene para el receptor cualquier significado que él puede leer en la señal. Esto es, en alguna etapa del proceso de comunicación, el mensaje es simplemente tinta sobre papel (como en un libro impreso) o una serie de compresiones y rarefacciones en el aire (como en el caso de la palabra hablada) o bien ondas de luz reflejadas (como en la comunicación por imagen). Estas señales tienen splo los significados que, por convenio y experiencia, les damos nosotros. Por ejemplo, una palabra impresa •en un idioma que no conocemos, puede tener poco o ningún significado para nosotros. La mirada de la esposa al esposo puede tener un _ significado secreto, que solamente las dos personas involucradas pueden conocer. En cambio, una luz de tráfico roja tendrá el mismo significado para todos los conductores de automóviles, y un grito de terror es probable que tenga aproximadamente el mismo significado en cualquier parte. Este es uno de los principios básicos de la teoría general de la comunicación: que los signos pueden tener solamente el significado que ,1a experiencia del individuo le permita leer en ellos. Podemos elaborar un mensaje solamente con los signos que conocemos, y podemos > dar a esos signos solamente el significado que hemos aprendido con respecto a ellos. Podemos descifrar un mensaje solamente en función de los signos que conocemos y los significados que e n relación con ellos hemos aprendido. A esta colección de experiencias y significados le llamamos "marco de referencia", y decimos que una persona puede comunicarse solamente en función de su propio marco de referencia Por ejemplo, si un hombre primitivo no hubiera visto ni oído nunca un aeroplano, y apareciera súbitamente uno, tendría que interpretarlo solamente en función de experiencias que hubiese tenido con las cosas que vuelan. Probablemente pensaría que se trataba de un gran pájaro, y del piloto que era, quizás .una figura sobrenatural capaz de domar pájaros gigantescos. Una profesora norteamericana que ejercía su misión en África me contó que las primeras veces que pasaba lista en clase, los estudiantes se reían, y trató desesperadamente de aprender a pronunciar correctamente los nombres, porque pensó que se reían de su torpeza en la pronunciación de los mismos. Pero, aun después de que adquirió gran habilidad, se reían aún más. Finalmente, aprendió que se reían como muestra de amistad y placer

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por sus esfuerzos y por lo bien que lo estaba haciendo. En el cuadro de referencia de la maestra, la risa en ese punto significaba burla: en el cuadro de referencia de los alumnos, significaba algo distinto. Si recordamos qué diferentes son las experiencias de diferentes clases de gente y especialmente qué diferentes los marcos de referencia entre países alejados y con diferentes valores y culturas, podemos fácilmente comprender por qué es difícil la comunicación entre trasmisores y receptores y por qué ocurre con frecuencia la incomprensión. Aunque parezca simple, un mensaje es una cosa muy complicada. No solamente sus signos tienen significados diferentes para diferentes personas; tiene también dos clases diferentes de significados. U ñ o de éstos es el significado denotativo: el significado común o de diccionario, que será aproximadamente el mismo para todas Jas personas que usen el mismo diccionario o vayan a la misma escuela. El otro es connotativo: el significado emocional o evaluativo - q u é bueno, qué poderoso, qué activo y qué peligroso es algo. Esto varía notablemente entre los individuos y aun con el tiempo para un'mismo individuo. Es obvio que una hoz y un martillo tendrán una connotación diferente, aunque quizá la misma denotación, para un comunista y para un no comunista. Además, un mensaje tiene un significado superficial y también un significado latente. Cuando decimos "buenos d í a s " , generalmente no nos referimos al azul del cielo matinal o al brillo del sol; antes bien, estamos diciendo algo acerca de nuestra relación social respecto al receptor. Estamos diciendo en efecto: "seguimos siendo amigos" o "me alegro de verlo" o algo parecido. Muchos mensajes toman su significado importante del contexto de la relación del trasmisor y del receptor y por eso algunas veces es peligroso interpretar lo que se dice en función de lo que "significan" las palabras, sin considerar el significado latente. Otra característica de un mensaje es que habitualmente comprende varios mensajes paralelos. Por ejemplo, si el lector me oyera hablar, no estaría oyendo solamente fragmentos de lenguaje llamados palabras; estaría oyendo también las entonaciones o timbre que doy a las frases y notaría que las palabras que se pronuncian más fuertemente, por énfasis, así como las pausas. De mi acento, obtendría información acerca del lugar donde crecí. De la calidad de mi voz, alguna otra impresión de m í . Si me viese en televisión, obtendría aun otros mensajes paralelos de mis ademanes, de la ropa que uso, del hecho de que sonrío o frunzo el ceño, si tengo el aspecto grave o divertido. Puede decir el lector que esto está bien si la persona está hablándole; pero, ¿obtiene mensajes paralelos, como el descrito, por ejem-

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Cap. 5. S e l e c c i ó n de textos

pío. de una página escrita? Naturalmente que sí. Se ven signos en tinta que se interpretan como palabras. Pero estos signos tienen características propias. Diferentes apariencias de tipos escritos o impresos tienen connotaciones diferentes. Algunas de las formas aparecen graciosas; otras fuertes: otras, ásperas y directas; otras, rápidas y ligeras. El tamaño del tipo dice algo acerca de la importancia de lo que está leyendo. La calidad del papel dice algo. La cantidad de espacio en blanco establece diferencias en la forma que se interpreta la impresión. Si hay una imagen con el texto, ésta lleva un mensaje separado. Si hay un encabezado o título, ésta es una de las formas en las cuales casi toda la comunicación está clasificada para nosotros y por la cual obtenemos una idea previa de su significado. El punto que estoy tratando de establecer es, simplemente, que el efecto de un mensaje cualquiera depende de más de un solo canal; en realidad, de muchos canales y claves, que escuchamos o vemos simultáneamente. Y con cada mensaje viene una clave especialmente importante: el conocimiento de quien lo dijo, lo que nos ayuda a determinar si es de aceptar y si actuará en consecuencia. Consideremos ahora lo que sucede cuando se trasmite un mensaje. Supongamos que el mensaje ha sido compuesto y enviado y existe en la forma de tinta sobre papel, o de ondas de aire, o de algunos otros signos en los cuales el trasmisor ha tratado de comunicar ciertos significados. Debe señalarse que cada uno de nosotros está rodeado por muchos mensajes; más de lo que le es posible aceptar. La relación es, por lo menos, de cientos a uno; puede ser de millones a uno. Por lo tanto, la primera interrogación es: ¿habrá de prestar atención el receptor al mensaje? ¿escuchará la voz, o seleccionará la historia noticiosa para su lectura, o sintonizará su radio a una cierta estación, en un determinado momento? Esto se determina por la asequibilidad del mensaje y por la recompensa que promete. Un amante de la música puede viajar ochenta kilómetros para escuchar una gran orquesta sinfónica, en lugar defauedarse en casa para ver el juego de fútbol en su aparato de tejevisión. En cambio, un fanático de fútbol, al que se le presenta la elección de un juego a ochenta kilómetros y el mismo juego en la televisión de casa, probablemente tomaría el juego en televisión. Así pues, el primer obstáculo que debe vencer el mensaje es el de ser seleccionado entre todos los mensajes competidores. Si pasa esta prueba preliminar, puede ser aceptado o rechazado de la parte del receptor. Esto dependerá de la forma en que sea interpretado. Hemos dicho ya que un mensaje puede ser interpretado solamente en función déla experiencia con que cuenta el receptor - el marco de referencia- Pero no hemos dicho lo suficiente acerca de la forma en que un individuo almacena las experiencias de su vida. Desde la primera vez

Investigación ae.i.a c o m u n i c a c i ó n

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que adquiere conciencia de su propia individualidad, almacena las cosas que cree y a las que les asigna valor, y éstas se vuelven Cada vez más apreciadas e importantes para él. Irá a casi cualquier extremo para defender las creencias y valores relacionadas con su ego. Por ejemplo, rechazará un mensaje. Sin darse cuenta, malinterpretará un mensaje. Lo deformará. Un elemento notable de la investigación (los estudios de " M r . Biggott") mostró que las personas con fuertes prejuicios en un cierto tema interpretarían un ataque sobre su prejuicio exactamente en la forma opuesta en que se hubiera intentado; lo interpretaba como elogio y apoyo a sus puntos de vista. Así, la cuestión de aceptación o rechazo depende de la forma en que se ajuste el mensaje a los valores y creencias del trasmisor y de lo eficaz que sea en procurarse un lugar entre ellos. Parte de este proceso es racional y parte se encuentra debajo del nivel del pensamiento consciente. Pero existe todavía otro obstáculo que debe vencer el mensajej si ha de lograr algo con un individuo. Debe enfrentarse a la prueba dp las normas y creencias del grupo a que pertenece el receptor. Así como un individuo almacena sus creencias y valores, que se convierten en una parte de su personalidad y trata de defenderlos a toda costa, así llega a valorizar las afiliaciones a determinado grupo: su familia su grupo de iguales, su grupo de trabajo, organizaciones a las que desearía pertenecer, y así sucesivamente. Casi cualquier mensaje importante que reciba será pertinente con respecto a uno de estos grupos estimados. A esto le denominamos "grupo de referencia" para este tema particular. Si da valor a este grupo de referencia, tratará de comparar el mensaje con lo que el grupo cree y estima. Si está en desacuerdo con las normas del grupo, entonces será difícil que sea aceptado sin un cambio sustancial. Hay una gran diferencia, por lo tanto, en si un mensaje entra en un territorio antiguo y fuertemente defendido; si tiene que ver con un tema, sobre el cual el receptor y su grupo de referencia mantienen posiciones fuertes o un tema sobre el cual no ha habido aún ocasión de tomar una posición firme. En una esfera nueva, defendida débilmente, hay una buena probabilidad de que un mensaje bien hecho, logre lo que pretende. En una esfera en que las defensas son fuertes, probablemente logrará más, no tomando los muros por, asalto, sino aflojando uno o dos ladrillos. A esto le llamamos actitudes de "canalización" con lo cual queremos decir qir€ con frecuencia es más eficaz tomar las actitudes existentes y tratar de reorientarlas en forma suave que tratar de atacarlas de frente. Tal es lo que sucedió en el famoso incidente en el que Kate Smith vendió tantqs millones de dólares de bonos de guerra, en sus apariciones por radio. Los que planearon la radiodifusión aprovecharon las actitudes hacia el esfuerzo de guerra, ahorro y sacrificio civil, actitudes que estaban

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Cap. 5. S e l e c c i ó n de textos

Investigación de la comunicación '

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i, fuertemente mantenidas y favorables, fundamentalmente, a la señorita Smith y "canalizaron" éstas hacia la compra de bonos. Por otra parte, cuando el drama radiofónico de Orson Wells acerca de la in.vasión de Marte causó pánico, la gente que sufrió de ese pánico era aquella que no contaba con defensas efectivas. Para los que se sintieron afectados, se trata de una experiencia real; confiaban implícitamente en las "partes de noticias"; no tenían respuestas internas listas para una invasión de Marte y no estaban acostumbrados a cotejar las radiodifusiones contra otra prueba. Así pues, cuando la radiodifusión entró en este campo nuevo y relativamente indefenso aceptaron lo que oyeron y corrieron a los cerros. En un nuevo campo, por lo tanto, una comunicación bien hecha •procedente de una fuente fidedigna puede lograr cambios considerables. En un campo antiguo y bien definido es muy poco probable, que una comunicación logre un cambio pronunciado y abrupto a menos que sea acompañada por cambios igualmente considerables en la situación circundante. Por ejemplo, un soldado que prestara poca atención a un volante de rendición cuando su ejército esté intacto, puede leerlo cuidadosamente cuando su unidad se encuentra desintegrada y vencida. Y más de un convertido ha sido ayudado a cambiar radicalmente su creencia debido a la bienvenida dispensada por un nuevo grupo con ideas radicalmente diferentes. Cada una de éstas constituye un cambio en la situación, que hace a las diferentes acti• tudes y opiniones más fáciles de sostener. Pero el cambio de actitud por la comunicación es un tema muy complejo y otros varios artículos de esta serie, tratarán del mismo. Por lo tanto, permítaseme simplemente decir que, para lograr cualquier cosa de cierta importancia con un mensaje, el trasmisor debe lograr que el receptor lo elija y lo atienda, que lo acepte y que pueda pasar la censura y las normas opuestas de los grupos apreciados. • Permitas me llamar la atención del lector en este punto sobre un término qué probablemente se presentará en algunos de los artículos ulteriores de esta serie: "retroalimentación" ("feedback"). Por re' troalimentación, se entiende la información que proviene, en retroceso, del receptor al trasmisor, y le indica a éste cómo se desarrolla su • mensaje. Cuando yo hablo al lector y el lector mueve la cabeza en señal de asentimiento, me permite suponer que el mensaje está llegando y, probablemente, que es aceptado. Hay una gran cantidad de retroalimentación en la comunicación personal; muy poca en comunicación de medios de masas; ésta es una de las razones por la que es .,más fácil explicar algo o convencer a una persona, frente a frente. Hasta ahora, hemos estado examinando la unidad más simple de comunicación: la del grupo de dos personas, el trasmisor y el recep, tor. La comunicación dentro de una sociedad se compone de circui-

tos complicados y largas cadenas de trasmisores y receptores. Nada es más característico de la comunicación moderna que estas largas cadenas; por ejemplo, las cadenas que llevan las noticias-de un^ confín al otro del mundo. Una característica muy importante de estas cadenas es que toda persona en la cadena, excepto fa primera y la última, obra como una compuerta; esto es, puede pasar el mensaje, o no pasarlo, según decida. Puede dejar parte de él fuera o agregarle algo. Por lo tanto, tiene gran poder sobre el mensaje y sobre el conocimiento de los demás, después de él, en la cadena. Cuando conside ramos cuántas compuertas intervienen, por ejemplo, entre un evento noticioso en Asia y su publicación en un periódico en el'otro lado del mundo, deja de sorprendernos que ocurran algunas veces errores u omisiones. ¿Qué hace la comunicación en una sociedad? Mantiene las relaciones operantes entre individuos y entre grupos y naciones. Dirige el cambio y mantiene la tirantez a un nivel tolerable. Por lo tanto, siempre que hay un cambio inminente o problemas en la sociedad, hay mucha comunicación. Cuando un grupo descubre que tiene un miembro que se extravía, dirige la mayor parte de esa comunicación hacia él hasta que regresa al redil o hasta que se descubre que la causa está perdida. Cuando un país decide que debe industrializarse, incrementa su comunicación debido a que la gente debe estar informada y motivada. ' Imaginemos una tribu primitiva y cómo debe haber usado la comunicación. Colocaría un vigilante para advertir del peligro o de la oportunidad - q u i z á s de la aproximación de alguna tribu enemiga o de un rebaño de animales que habrían de ser cazados para obtener alimento. Celebraría consejo para tomar decisiones y ver que éstas se lleven a cabo. Tendría alguna forma de almacenar el conocimiento de la tribu y alguna forma de pasarlo a los niños y otros nuevos miembros; probablemente, los ancianos les enseñarían las costumbres tribales y la madre enseñaría a las niñas a cocinar y coser; el padre enseñaría a los niños a cazar y pelear. Entonces, tendrían diversiones - u n bardo, para narrar las viejas historias de la tribu, un trovador para entonar las canciones favoritas, danzantes para ejecutar las danzas rituales. Éstas no eran, naturalmente, todas las funciotfes de la comunicación de la tribu, pero eran las importantes. Es interesante notar que siguen siendo funciones importantes de comunicación en la sociedad. Necesitamos todavía información acerca de nuestro medio ambiente, aunque actualmente ésta provendrá con mayor probabilidad de los servicios de noticias, periódicos y radio. Necesitamos aun maquinaria de comunicación para adoptar decisiones -para alimentar la información, averiguar el estado de la opinión p ú b l i c a - y tratar de obtej

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La semiótica'

ner el necesario consenso para que las decisiones sean conocidas y unir a la gente en su apoyo. Ahora esto lo hacen los gobiernos constituidos valiéndose de diálogos en grupos y de los medios que controlan la opinión. Necesitamos todavía una forma de socializar a los nuevos miembros de la sociedad, aunque en la actualidad lo hacemos principalmente por medio de las escuelas. Y necesitamos aún la diversión comunicada, aunque mucha de ésta, también, ha sido transferida a los medios de masas. Fuera de todas estas necesidades formales de comunicación, sin embargo, tenemos aún otras necesidades. Una de éstas consiste sencillamente en mantener las relaciones diarias de los seres humanos que deben vivir en proximidad y que deben ajustarse a las necesidades y particularidades recíprocas y mantener una existencia razonablemente eficiente y grata. ¡Qué variedad tan amplia de comunicación incluye esto! Hacer el amor, prestar una taza de azúcar, decir "buenos días", jugar un juego, evitar que los hijos del vecino maltraten las flores del propio jardín. Mientras menos eficiente sea nuestra comunicación, por lo menos hasta cierto punto, menos efectivas y agradables es probable que sean estas relaciones. Y, en la misma forma que la relación interpersonal depende de la eficiencia de la comunicación, dependen también cosas mucho más vastas: el éxito de una campaña de propaganda, la adopción de un nuevo producto o práctica, el cambio de actitudes hacia los grupos minoritarios, la elección de un presidente, las relaciones entre naciones. Todos éstos son, por lo menos en parte, temas de la investigación de comunicación. La investigación de comunicación, en consecuencia, trata de cómo se puede ser efectivo en la comunicación, cómo ser comprendido, cómo ser claro, cómo usa la gtnte los medios efectivos de comunicación, c ó m o pueden entenderse entre sí las naciones, cómo puede usar la sociedad los medios de masa con la mayor ventaja y, en general, cómo trabaja el proceso básico de la comunicación.

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K a t z , E l i h u , y Lazarsfeld, Paul F . Personal influence. Glencoe, I I I : T h e Free Press, 1956. Klapper, Joseph The Effects of Mass Communication. Glencoe, I I I : T h e Free Press, 1960. Schramm Wilbur. Mass Communication. Urbana, I I I : University of Illinois Press, 1960 ( 2a. ed.). Schramm Wilbur. Process an Effects of Mass Communication. versity of Illinois Press, 1954.

Urbana, I I I : Uni-

LA S E M I Ó T I C A * Tzvetan Todorov Historia La semiótica (semiología) es la ciencia de los signos. Como los signos verbales siempre representaron un papel muy importante, la reflexión sobre los signos se confundió durante mucho tiempo con la reflexión sobre el lenguaje. Hay una teoría semiótica implícita en las especulaciones lingüísticas que la antigüedad nos ha legado': tanto en China como en la India, en Grecia como en Roma. Los modistas de la Edad Media también formulan ideas sobre el lenguaje que tienen un alcance simiótico. Pero sólo con Locke surgirá él nombre mismo de "semiótica". Durante todo este primer periodo, la semiótica no se distingue de la teoría general - o de la filosofía - del lenguaje. . La semiótica llega a ser una disciplina independiente con lá obra • del filósofo norteamericano Charles Sanders Peirce (1839-1914). Para, él, es un marco de referencia que incluyetodo otro estudió: "Nunca me ha sido posible emprender un estudio -sea cual fuere su ámbito: las matemáticas, la moral, la metafísica, la gravitación, la termodinámica, la óptica, la química, la anatomía comparada, la astronomía, los hombres y las mujeres, el whist, la psicología, la fonética, la economía, la historia de las ciencias, el vino, la m e t r o l o g í a - sin concebirlo como un estudio semiótico". De allí que los textos semióticos de Peirce sean tan variados como los objetos enumerados. Nunca dejó una obra coherente que resumiera las grandes líneas de su doctrina. Esto ha provocado durante mucho tiempo y aún ho^ cierto'desconocimiento de sus doctrinas, tanto más difíciles de captar puesto que cambiaron de año en a ñ o . La primera originalidad del sistema de Peirce consiste, en su definición del signo. He aquí una de sus formulaciones: "Un Signo * Tomado del Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje, de Oswaldo Ducrot y Tzvetan Todorov, Siglo X X I , Argentina Editores, Buenos Aires, 1976.

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Cap. 5. S e l e c c i ó n de textos

o Representamen, es un Primero que mantiene con su Segundo, llamado su Objeto, tan verdadera relación triádica que es capaz de determinar un Tercero, llamado su Interpretante, para que éste asuma la misma relación triádica con respecto al llamado Objeto que la existente entre el Signo y el Objeto." Para comprender esta definición debe recordarse que toda la experiencia humana se organiza, para Peirce, en tres niveles que él llama la Primeridad, la Secundaridad y la Terceridad y que corresponden, en líneas muy generales, a las cualidades sentidas, a la experiencia del esfuerzo y a los signos. A su vez, el signo es una de esas relaciones de tres términos: lo que provoca el proceso de eslabonamiento, su objeto y el efecto que el signo produce, es decir, el interpretante. En una aceptación vasta, el interpretante es, pues, el sentido del signo; en una acepción más estrecha, es la relación paradigmática entre un signo y otro: así, el interpretante es siempre un signo que tendrá su interpretante, etc.: hasta el infinito, en el caso de signos "perfectos". Podríamos ilustrar este proceso de conversión entre el signo y el interpretante mediante las relaciones que mantiene una palabra con 'los términos que, en el diccionario, la definen: sinónimos o paráfrasis, términos cuya definición podrá reformularse pero que siempre estará compuesta de palabras. " E l signo no es un signo si no puede traducirse en otro signo en el cual se desarrolla con mayor plenitud". Es preciso subrayar que esta concepción es ajena a todo psicologismo: la conversión del signo en interpretante(s) se produce en el sis' tema de signos, no en el espíritu de los usuarios (por consiguiente, .no deben tomarse en cuenta algunas fórmulas de Peirce, como él mismo lo sugiere, por lo demás: "He agregado 'sobre una persona' como para echarle un hueso al perro, porque desespero de hacer entender 'mi propia concepción, que es más vasta"). El segundo aspecto notable de la actividad semiótica de Peirce es sú clasificación de las variedades de signos. Ya hemos advertido que . la cifra tres representa aquí un papel fundamental (como el dos en Saussure); el número total de variedades que Peirce distingue es de sesenta y seis. Algunas de sus distinciones son hoy muy corrientes, como, por ejemplo, la del signo tipo y signo ocurrencia typey token, o legisign y sinsign. . Otra distinción conocida, pero con frecuencia mal interpretada, es la de icono, índice y símbolo. Estos tres niveles del signo todavía corresponden a l a gradación Primeridad, Secundaridad, Terceridad, y se definen de la siguiente manera: "Defino un Icono como un sig•no determinado por su objeto dinámico en virtud de la naturaleza 1

La semiótica

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interna. Defino un índice como un signo determinado por su objeto dinámico en virtud de la relación real que mantiene con él. Defino un Símbolo como un signo determinado por su objeto dinámico solamente en el sentido en que será interpretado." El símbolo se refiere a algo por la fuerza de una ley; es, por ejemplo, el caso de las palabras de la lengua. El índice es un signo que se encuentra en contigüidad con el objeto denotado, por ejemplo, la aparición de un síntoma de enfermedad, el descenso del barómetro, la veleta que indica la dirección del viento, el ademán de señalar. En la lengua, todo lo que proviene de la deixis es un índice: palabras tales como yo, tú, aquí, ahora, etc. (son, pues, "símbolos indicíales"). Por fin, el icono es lo que exhibe la misma cualidad, o la misma configuración de cualidades, que el objeto denotado, por ejemplo, una mancha negra por el color negro; las onomatopeyas; los diagramas que reproducen relaciones entre propiedades. Peirce esboza una subdivisión de los iconos en imágenes, diagramas y metáforas. Pero es fácil ver que en ningún caso puede asimilarse (como suele hacerse, erróneamente) la relación de icono a la de parecido entre dos significados (en términos retóricos, el icono es una sinécdoque, más que una metáfora: ¿puede decirse que la manc|ia negra se parece al color negro?). Es menos posible aún identificar la relación de índice con la de contigüidad entre dos significados (en el índice, la contigüidad existe entre el signo y el referente, no entre dos entidades de la misma naturaleza). Por lo demás, Peirce llama la atención contra tales identificadores. Casi al mismo tiempo, pero de manera totalmente independiente, la semiología es anunciada por Ferdinand de Saussure, cuya actitud es de lingüística, no de filósofo, y que necesita la semiología para inscribir en ella la lingüística. "La lengua es un sistema de signos que expresan ideas y, por lo tanto, comparable a la escritura, al alfabeto de los sordomudos, los ritos simbólicos, las formas de cortesía, las señales militares, etc. Es posible concebir así una ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida social: tal ciencia formaría parte de la psicología social y, por consiguiente, de la psicología general. La llamaremos semiología (del griego sanción, 'signo'). Esta ciencia nos enseñaría en qué consisten los signos, que leyes los rigen. Puesto que todavía no existe, no podemos decir c ¿ m o será; pero tiene derecho de existencia y su lugar está determinado de anteniano." El aporte directo de Saussure a la semiología no lingüística se limita casi a estas frases, que sin embargo han representado un pane! muy 2

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Son relaciones que suponen que ¡a definición de algo se realiza por su referencia opue*ta. Por ejemplo, TÚ, que sólo se define en relación a un YO; el TU y el \ O se puede aplicar a los dos sujetos del diálogo, según quien enuncie y quien escuche el enunciado. Suponen relaciones deícticas, que se definen por ser términos referentes. Los ..los polos de la relación se convierten así en índices. (N. del a.) ,

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La s e m i ó t i c a

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importante. A l mismo tiempo, sus definiciones del signo, del significante, del significado, aunque formuladas respecto del lenguaje verbal, han llamado la atención de todos los semiólogos. Una tercera fuente de la semiótica moderna es la obra del filósofo alemán Ernst Cassirer. En su monumental Filosofía de las formas simbólicas formula claramente: 1. la función más que instrumental del lenguaje, que no sirve para denominar una realidad preexistente sino para articularla, para conceptualizarla. Esta función de lo simbólico -entendido aquí en el sentido amplio de todo lo que tiene sentido (cfr.'por o p o s i c i ó n ) - distingue al hombre de los animales, que sólo poseen sistemas de recepción y de acción (de primeridad y de secun' daridad, habría dicho Peirce), y le vale el nombre de animal symbolicum; 2. el lenguaje verbal no es el único que disfruta de este privilegio; lo comparte con una serie de otros sistemas que constituyen la esfera de lo 'humano' y que son: el mito, la religión, el arte, la ciencia, la historia. Cada una de esas 'formas simbólicas' informa al mundo, sin reducirse a imitarlo. El mérito de Cassirer consiste en haberse interrogado sobre las leyes específicas que rigen los sistemas simbólicos y sobre su diferencia con las reglas de la lógica: los sentidos múltiples reemplazan aquí los conceptos generales; las figuras representativas, las clases; la insistencia en las ideas (por repetición, variación, etc.), la prueba... Obsérvese que la propuesta de Cassirer es un proyecto filosófico, más que una contribución científica. Cuarta fuente de la semiótica moderna: la lógica. Peirce había sido lógico, pero sus ideas en ese ámbito no habían gozado de mucha influencia en la época. Es preciso seguir otra filiación que parte de Frege (cuya distinción entre Sinn y Bedeutung es capital para la semiótica) y pasa por Russel y Carnap: este último construye un lenguaje ideal que pronto tendrá función de modelo para la semiótica. Es el lógico y filósofo norteamericano Charles Morris quien lo aprovecha en la década del treinta de este siglo. Morris formula claramente una serie de distinciones, por ejemplo, entre designatum y denotatum: "El designatum no es una cosa, sino una especie de objetos a una clase de objetos; ahora bien, una clase puede tener muchos elementos, o un solo elemento, o ningún elemento. Los denótala son los elementos de una clase." Morris distingue igualmente entre las dimensiones semántica, sintáctica y pragmática de un signo: es semántica la relación entre los signos y los designata o denotata; sintáctica, la relación 3

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Frege llama Bedeutung al referente de un signo y Sinn a su sentido, es decir un objeto (reterente o Bedeutung) puede tener varios sentidos (Sinn). Un mismo objeto puede representar, puede adoptarse como un signo en un contexto, y en otro, considerarse como un signo diferente. Por ejemplo, Hitler puede adoptarse como representante del gran estadista o como signo del autoritarismo y la antidemocracia. La materia que sustenta a los dos signos es la misma pero los sentidos son muy diferentes. (N. del A.)

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de los signos entre sí; pragmática, la relación entre los-signos y sus usuarios. (Las demás sugerencias de Morris no gozaron de' la misma popularidad.) ,, Debe señalarse otro esfuerzo por construir la semiótica en el l i bro de Eric Buyssens Los lenguajes y el discurso (1943), que se inspira en las categorías saussurianas. El autor se apoya por un lado en el lenguaje verbal y por el otro en diversos sistemas semiológicos no verbales (señales camineras, etc.) para establecer cierto numera d é nociones y distinciones (sema y acto sémico, semías intrínsecas y extrínsecas, semías directas y sustitutivas) que no exponemos aquí porque ningún otro autor las ha retomado. La inspiración de Buyssens es resueltamente funcionalista: un sistema está organizado por su propia sintaxis. Por la misma época, las obras de todos los representantes principales de lo que se llama la 'lingüística estructural' (Sapir, Trubetzkoy, Jakobson, Hjelmslev, Benveniste) toman en cuenta la perspectiva semiológica y procuran precisar cuál es el lugar del lenguaje en el seno de los demás sistemas de signos. :

Las artes y la literatura atraen particularmente lá atención de los primeros semiólogos. En un ensayo titulado " E l arte'como hecho semiológico", Jan Mukarovsky, uno de los miembros del Círculo Lingüístico de Praga, declara que el estudio de las artes debe convertirse en una de las partes de la semiótica e intenta definir la especificidad del signo estético: es un signo autónomo, que adquiere'importancia en sí mismo y no como mediador de significación. Pero junto a esta función estética, común a todas las artes, existe otra, que poseen las artes 'con tema' (literatura, pintura, escultura) y que es la del lenguaje verbal: es te función comunicativa. "Toda obra'de arte es'un signo a u t ó n o m o . Las obras de arte 'con tema' (literatura, pintura, escultura) tienen una segunda función semiológica, que es la comunicativa." Ch. Morris define el signo artístico a partir de una oposición basada en el icono: existen "dos clases principales de signos: los que son como aquello que denotan (es decir, los que poseen propiedades comunes con lo denotado) y los que no son como aquello que denotan. Puede llamárselos signos icónicos y signos no ¡cónicos".' Los signos estéticos son, habitualmente, signos icónicos. Una filósofa'norteamericana, Suzanne Langer, sigue un camino paralelo, inspirándose en Cassirer. A l insistir sobre la diferencia entre sisterrrf lingüístico y sistema de las artes (aunque ambos sean 'formas simbólicas'), S. Langer la ve simultáneamente en sus propiedades formales ('La'música'no es un lenguaje porque no tiene vocabulario') y en la naturaleza del signi4

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El Círculo de Praga, es una importante institución en el campo de la lingüística y la simiologia en general. Fundado en 1929, desarrolla la fonología a partir de.los,planteamientos de Trubetzkoy, que se ha ido modificando sustancialmente, por miembros destacados del Círculo, como Jakobson, Martinet y otros muchos. (N. del A.) ,

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ficado: "La música es una forma de significación... que, gracias a su estructura dramática, puede expresar formas de la experiencia vital para las cuales la lengua es particularmente inapropiada. Su índole (import) está constituida por los sentimientos, la vida, el movimiento y la e m o c i ó n . . . " . Después de la Segunda Guerra Mundial se hicieron esfuerzos para ' reunir y coordinar esas tradiciones diferentes, sobre todo en los Estados Unidos, la Unión Soviética y Francia. En Norteamérica, la descripción de los sistemas simbólicos no lingüísticos (los gestos, la "zoosemiòtica") sigue habitualmente los procedimientos de la lingüística descriptiva. En la URSS, a partir de la década del sesen•ta, se desarrolla una intensa actividad semiótica bajo el influjo de la cibernética y de la teoría de la información; los trabajos sobre los 'sistemas secundarios' (basados en el lenguaje pero no idénticos a él) son especialmente originales. En Francia, por impulso de Claude Lévi-Strauss, R. Barthesy A . , J. Greimas, la semiología se orientó sobre todo hacia el desarrollo de 'las formas sociales que funcionan "a la manera de un lenguaje" (sistema de parentesco, mitos, moda, etc.) y hacia el estudio del lenguaje ' literario. Por otra parte se desarrolló cierta crítica de las nociones • más fundamentales de la semiótica, crítica del signo y de los presu• puestos implicados por esta noción, como ha de verse más adelante. ' ' A partir de 1969 se publica la revista Semiótica, órgano de la Aso, ciación Internacional de Semiótica. 5

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objets", en Essais sur le langage, París, 1969; Ogden, C h . y Richards, J . A . El significado del significado, Buenos Aires, Paidós, 1964, Carnap, R . The Logical Syntax of Language, London New Y o r k , 1937; Morris, C h . W. Foundations of the Theory of Signs, Chicago, 1939; idem, Signos, lenguaje y conducta, Buenos Aires, Losada, 1963 ; Buyssens, E . Les Langages et les discours, Bruselas, 1943. S e m i ó t i c a y arte; Mukarovsky, J . " S é m i o l o g i e et littérature", Poétique, 1970, 3 ; Morris, C h . W? "Esthetics and Theory of Signs", The Journal of Unified Science, 1939, 1-3; Langer S. Feeling and Form, L o n d o n , 1953. L a semiótica en la U R S S : Simpozium po strukturnomu izucheniju znakovykh sistem, Moscú, 1962; Trydy po znakovvym sistemam (Semeiotike), Tartu: 2 ( 1 9 6 5 ) , 3 (1967), 4 (1969). L a semiótica en los Estados Unidos: Sebeok T . A . y otros (ed.) Approaches to semiotics, L a Haya, 1964; Sebeok, T . A . "AnimalCommunication", Science, 147, 1965, 1006-1014; Birdwhistle, R . L . Introducción to Kinesics, Washington, 1962. L a semiótica en Francia; Barthes, R . Mythologies, París, 1957: idem. El grado cero de la escritura/nuevos ensayos críticos, Buenos Aires, Siglo X X I , 1973; idem; Système de la mode, París, 1967; Greimas, A . J . ( é d . ) , Pratiques et langages gestuels (Langages, 10), Paris, 1968; Greimas, A . J . Du Sens, Paris, 1970; Prieto L . Mensajes y Señales, Barcelona, Seix Barrai, 1967; Kristewa J . Semeiotike, Paris, 1969; una crítica filosófica de este trabajo lo encontramos en Wahl, F . " L a filosofía antes y después del estructuralismo", en D u crot O. y otros, ¿Qué es el estructuralismo?, Buenos Aires, Losada, 1971.

LA A C T I V I D A D ESTRUCTURALISTA * Roland Barthes

BIBLIOGRAFÍA CITADA EN ESTE ARTÍCULO Orígenes de la semiótica moderna: Peirce, C h . S. Collected Papers, Cambridge, 1932 y ss.; idem, "Deux lettres a L a d y Welby sur la phanéroscopie et la semiologie", Revue de métaphysique et de morale, 1961, 4 págs. 3 9 8 - 4 2 3 ; Weiss, P , Burks, A . "Peirce's Sixty-Six Signs", The Journal ofPhilosophy, »' '1945, págs. 3 8 3 - 3 8 8 ; Burks, A . W. "Icon, Index. Symbol", Philosophy and Phenomenologicai Research, 1 9 4 9 , p á g s . 6 7 3 - 6 8 9 ; Dewey, J . "Peirce's Theory of Linguistic Signs, Thought and Meaning", The Journal ofPhilosophy, 1946, 4, págs. 85-95; de Saussure, F . Curso de linguistica general, Buenos Aires, Losada, 1945; Godei, R . Les Sources manuscrites du Cours de linguistique général, Cinebra, 1957 ; Cassirer, E . , La filosofia de las formas simbólicas, M é x i c o , Fondo de Cultura E c o n ó m i c a , 1971; idem, An Essay on • Man, New Haven, 1944; idem, " L e langage et la construction de Monde des 1

* La lingüística descriptiva, tiene su pumo de partida en el behaviorismo o conductismo, el cual acepta, al igual que la lingüística descriptiva que los fenómenos deben estudiarse según aparecen, en vez de estudiarlas por lia estructuras conceptuales. Para el descripcionis'ta, lo importante es la frecuencia de los usos liri¿üísticos. Esta escuela la inició Bloomfield. En México, una de las instituciones ma's importantes que sigue sus métodos, es el Instituto Lingüístico de Verano. (N. del A.)

¿Qué es el estructuralismo? No es una escuela n i siquiera un movimiento (al menos todavía no), pues la mayoría de los autores que suelen asociarse a ese término distan mucho de sentirse ligados entie sí por una solidaridad de doctrina o de combate. Apenas es un léxico: estructura es un término ya antiguo (de origen anatómico o gramático), hoy muy usado: todas las ciencias sociales recurren abundantemente a él, y el uso de la palabra no puede distinguir a nadie, a no ser que se polemice sobre el contenido que se le da; funciones, formas, signos y significaciones no son mucho más pertinentes; hoy en día son palabras de uso común a las que se solicita y de las q í e se obtiene todo lo que se quiere, en especial camuflar el viejo esquema determinista de la causa y del producto. Sin duda, hay que remontarse a emparejamientos como los de significan te-significado y sincronía-diacronía para aproximarse a lo que distingue al estructuralismo de otros, mo1

* Tomado del libro de R. Barthes: Ensayos críticos, Editorial Seix Banal, Barcelona 1973. Sens et usages du teme structure, Mouton í Co., La Haya, 1962. l

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dos de pensamiento; el primero porque remite al modelo lingüístico, de origen saussuriano, y que al lado de la economía, la lingüística es, en el estado actual de las cosas, la ciencia misma de la estructura; el segundo, de un modo más decisivo, porque parece implicar una cierta revisión de la noción de historia, en la medida en que la idea de sincronía (a pesar de que en Saussure éste sea un concepto sobre todo operatorio) acredita una cierta inmovilización del tiempo, y en que la de diacronía tiende a representar el proceso histórico como una pura sucesión de formas. Este último emparejamiento es tanto más distintivo cuanto parece que la principal resistencia al estructurálismo sea hoy de origen marxista y que se centre en torno a la noción de historia (y no de estructura); de todos modos es probablemente el recurso serio del léxico de la significación (y no a la palabra misma, que, paradójicamente, no es nada distintiva), en el que hay que ver en definitiva el signo hablado del estructurálismo: si vigilamos a quien emplee significante y significado, sincronía y diacronía, sabremos si la visión estructuralista está constituida. Ello es válido para el metalenguaje intelectual, que usa explícitamente conceptos metodológicos. Pero como el estructurálismo no es ni „una escuela ni un movimiento, no hay motivos para reducirlo a priori, ni siquiera de un modo problemático, el pensamiento cientí•fico, y es preferible tratar de buscar su descripción más amplia (si no la definición) en un nivel distinto al del lenguaje reflexivo. En efecto, puede presumirse que existen escritores, pintores, músicos, para •quienes un determinado ejercicio de la estructura (y ya no solament e su pensamiento) representa una experiencia distintiva, y que hay que situar a analistas y creadores bajo el signo común de lo que podría llamarse el hombre estructural, definido, no por. sus ideas o sus lenguajes, sino por su imaginación, o mejor aún, su imaginario, es decir, el modo con que vive mentalmente la estructura. Puede decirse pues que, en relación con todos sus usuarios, el estructurálismo es esencialmente una actividad, es decir la sucesión regulada de un cierto número de operaciones mentales:, podría hablarse de actividad estructuralista como se ha hablado de actividad surrealista (por otra parte quizás el surrealismo haya producido la primera experiencia de la literatura estructural, algún día habrá que volver a tratar este punto). Pero antes de ver cuáles son estas operaciones, hay que decir algo acerca de su f i n . El objetivo de toda actividad estructuralista, tanto si es reflexiva como poética, es reconstruir un "objeto", de modo que en esta reconstrucción se manifiesten las reglas de funcionamiento (las "funciones") de este objeto. La estructura es pues en el fondo un simulacro del objeto, pero un simulacro dirigido, interesado, puesto que el objeto imitado hace aparecer algo que permanecía invisible, ó , si se prefiere

L a actividad estructuralista.'

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así, ininteligible en el objeto natural. El hombre estructural toma lo real, lo descompone y luego vuelve a recomponerlo; en apariencia es muy poca cosa (lo que mueve a decir a algunos que el trabajo estructuralista es "insignificante, carente de interés, inútil, etc."). Sin embargo, desde otro punto de vista, esta poca cosa es decisiva; pues entre los dos objetos o los dos tiempos de la actividad estructuralista, se . produce algo nuevo, y esto nuevo es nada menos que ló inteligible general: el simulacro es el intelecto añadido al objeto, y esta adición tiene un valor antropológico, porque es el hombre mismo, su, historia, su situación, su libertad y la resistencia misma que la naturaleza opone a su espíritu. '•• Vemos pues por qué hay que hablar de actividad estructuralista: la creación o la reflexión no son aquí "impresión" original del mundo, sino fabricación verdadera de un mundo qne se asemeja al primero, no para copiarlo, sino para hacerlo inteligible.' Este es el motivo de que pueda decirse que el estructurálismo es esencialmente una actividad de imitación, y en este aspecto, propiamente hablando, no hay ninguna diferencia técnica entre el estructurálismo científico de una parte, y la literatura en concreto, el arte en general, de otra: ambos proceden de una mimesis fundada no en la analogía de las* sus-' tancias (como en el arte llamado realista) sino en la de las funciones (que Lévi-Strauss llama homología). Cuando Trubetzkby, reconstruye el objeto fonético bajo la forma de un sistema de variaciones, cuando Georges Dumézil elabora una mitología funcional, cuando Propp construye un cuento popular creado por estructuración de todos los cuentos eslavos que previamente ha descompuesto, cuando Claude Lévi-Strauss reencuentra el funcionamiento homoló'gico d é l o imaginario totémico, G. G. Granger las reglas formales del pensamiento económico o J. C. Gardin los rasgos pertinentes de los bronces prehistóricos, cuando J. P. Richard descompone el poema mallarmeáno en sus vibraciones distintivas, no hacen nada distinto de lo que hacen Mondrian, Boulez o Butor cuando ensamblan un determinado objeto, que se llamará precisamente composición, a través de'la manifestación regulada de determinadas unidades y de determinadas asociacio- •, nes de estas unidades. Poco importa que el primer objeto sometido a la actividad de simulacro venga dado por el mundo de un modo ya reunido en el caso del análisis estructural que sí ejerce sobre una lengua, una sociedad o una obra constituidas) o aún disperso (en el caso de la "composición" estructural), que este objeto primero proceda de la realidad social o de la realidad imaginaria: la naturaleza del objeto copiado no es lo que define un arte (prejuicio sin' embargo tenaz de todos los realistas), sino lo que el hombre le añade al reconstruirlo: la técnica es el ser mismo de toda creación. O sea, que -el ' estructurálismo existe de un modo distintivo, en relación a otros

La actividad estructuralista 84

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modos de análisis o de creación, en la medida en que los fines de la actividad- estructuralista se encuentran indisolublemente ligados a una técnica determinada: se recompone un objeto para hacer aparecer funciones, y, por decirlo así, es el camino el que hace la obra; éste es el motivo de que haya de hablar de actividad, más que de obra estructuralista. La actividad estructuralista comporta dos operaciones típicas: recorte y ensamblaje. Recortar el primer objeto, el que se da a la actividad de simulacro equivalente a encontrar en el fragmentos m ó viles cuya situación diferencial engendra un determinado sentido; el fragmento en sí carece de sentido, pero es tal que la menor variación aportada a su configuración produce un cambio del conjunto; un cuadrado de Mondrian, una serie de Pousseur, un versículo del Mobile. de Butor, el "mitema" en Lévi-Trauss, el fonema en los fonólogos, el "tema" en determinado crítico literario, todas estas 'unidades (sea cual sea su estructura íntima y su extensión, muy .diferentes según los casos) sólo tienen existencia significativa por sus fronteras: las que les separan de las otras unidades actuales del discurso (pero ése es un problema de ensamblaje), y también las que les distinguen de otras unidades virtuales, con las que forman una determinada clase que los lingüistas llaman paradigma. Esta noción de paradigma parece ser esencial para comprender lo que es la visión estructuralista: el paradigma es una reserva, tan limitada como ' sea posible, de objetos (de unidades), fuera de la cual se llama, por un acto de cita, al objeto o unidad que se quiere dotar de un sentido actual. Lo que caracteriza al objeto paradigmático es que, respecto a los demás objetos de su clase, está en una cierta relación de afinidad y de desemejanza: dos unidades del mismo paradigma deben parecerse un poco para que la diferencia que las separa tenga la evidencia de un resplandor: es preciso que s y z tengan a un tiempo un rasgo común (la dentalidad) y un rasgo distintivo (la presencia o 'la ausencia de sonoridad) para que en francés no atribuyamos el •mismo sentido a poisson (pescado) y a poison (veneno); es preciso que los cuadrados de Mondrian sean a un tiempo afínes por su forma de cuadrados y desemejantes por la proporción y el color; es preciso que los automóviles norteamericanos (en Mobile de Butor) sean incesantemente inspeccionados del mismo modo, pero también que difieran cada vez por la marca y el color; es preciso que los episodios del mito de Edipo (en el análisis de Lévi-Strauss) sean a un tiempo idénticos y variados, para que todos estos discursos y estas obras sean inteligibles. La operación del recorte produce así un primer estado disperso del simulacro, pero las unidades de la estructura en modo

' alguno son anárquicas: antes de ser distribuidas y encerradas en la Continuidad de la composición, cada una forma con su propia reser-

va virtual un organismo inteligente, sometido a un principio motor soberano: el de la menor diferencia. Una vez propuestas las unidades, el hombre estructural debe descubrirles o fijarles reglas de asociación: ésta es la actividad'del ensamblaje, que sucede a la actividad de llamada. Como es sabido, la sintaxis de las artes y de los discursos es extremadamente variada; pero lo que encontramos en toda obra de proyecto estructural es la sumisión a obligaciones regulares, cuyo formalismo, impropiamente incriminado, importa mucho menos que la estabilidad; pues l'o que se produce en este estadio segundo de la actividad de simulacro es una especie de combate contra el azar; ésta es la causa de que las obligaciones de recurrencia de las unidades tengan un valor casi demiúrgico: por el retorno regular de las unidades y de las asociaciones de unidades, la obra parece construida, es decir, dotada de sentido. Los lingüistas llaman a estas reglas de combinación formas y sería muy interesante mantener este empleo riguroso de una palabra demasiado empleada: la forma, se ha dicho, es lo que permite a, la contigüidad de las unidades no aparecer como un puro efecto del azar: la obra de arte es lo que el hombre arranca al azar. Ello quizá permita comprender, de una parte, por qué las obras llamadas no figurativas son, a pesar de todo, obras en el mayor grado, ya que el pensamiento humano no se inscribe en la analogía de las copias y de los modelos, sino en la regularidad de los conjuntos, y, de otra parte, por qué estas mismas obras se muestran precisamente como fortuitas y por ello mismo inútiles a los que no advierten en ellas ninguna forma: ante un cuadro abstracto, Kruschef indiscutiblemente se equivoca al no ver más que el rastro de una cola de asno paseada por la tela; al menos sabe a su manera que ei arte es una cierta conquista al azar (olvida que toda regla se aprende, tanto si se quiere aplicarla como descifrarla). El simulacro así edificado no devuelve el mundo tal como lo ha tomado, y la importancia del estructurálismo reside ahí. En primer lugar, manifiesta una categoría nueva- del objeto, que no es ni lo real ni lo racional, sino lo funcional, vinculándose así a todo un complejo científico que se está desarrollando en torno a investigaciones sobre la información. En segundo lugar y sobre todo, saca a plena luz el proceso propiamente humano por el cual los hombres dan sentido a las cosas. ¿Es esto algo nuevo? En cierta medicfa, sí; evidentemente en ninguna época el mundo ha cesado de buscar el sentido de lo quese le da y de lo que produce; lo que es nuevo es un pensamiento (o una "poética") que busca, más que asignar sentidos plenos a los objetos que descubre, saber cómo el sentido' es posible, a qué precio y según qué vías. Incluso podría decirse que el objeto del estructurálismo no es el hombre rico de ciertos sentidos, sino el hombre fabricador de sentidos, como si en modo alguno fuese el contenido de los •

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L a imaginación dei,signo

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sentidos lo que agotase los fines semánticos de la humanidad, sino únicamente el acto por el que se producen estos sentidos, variantes históricas, contingentes. Homo significans: éste sería el nuevo hombre de la investigación estructural. Según decía Hegel, el antiguo griego s^ asombraba de lo natural de la naturaleza; le prestaba incesantemente o í d o , interrogaba el sentido de las fuentes, de las montañas, de los bosques, de las tempestades; sin saber lo que todos estos objetos le decían de un modo concreto, advertía en el orden vegetal o cósmico un inmenso temblor del sentido, al que dio el nombre de un dios: Pan. Desde entonces a hoy, la naturaleza ha cambiado, se ha convertido en social: todo lo que se ha dado al hombre es ya humano, hasta el bosque y el río que cruzamos cuando viajamos. Pero ante esta naturaleza social que es sencillamente la cultura, el hombre estructural no es distinto del antiguo griego: también él presta o í d o a lo natural de la cultura, y percibe sin cesaren ella, más que sentidos estables, terminados, "verdaderos", el temblor de una máquina inmensa que es la humanidad- procediendo incansablemente a una creación del sentido, sin la cual ya no sería humana. Y es debido a que esta fabricación del sentido es a sus ojos más esencial que los sentidos mismos, debido a que la función es extensiva a las obras, que el estructuralismo se hace a sí mismo actividad y remite a una misma identidad el ejercicio de la obra y la obra misma: una composición serial o un análisis de Lévi-Strauss sólo con objetos en tanto que han sido hechos: su estado presente es su acto pasado: son habiendo sido hechos; el artista, el analista, rehace el camino del sentido, no tiene que designarlo: su función, para volver al ejemplo de Hegel, es una manteia; como el divino antiguo, dice el lugar del sentido, pero no lo nombra. Y debido a que la literatura, en concreto, es un arte de la adivinación, es a la vez inteligible e interrogante, hablante y silenciosa, comprometida en el mundo por el camino del sentido que rehace con él, pero liberada de los sentidos contingentes que el mundo elabora: respuesta a quien la consume, y sin embargo siempre pregunta a la naturaleza, respuesta que interroga y pregunta que responde. 2

¿ P o m o , pues, el. hombre estructural puede aceptar la acusación de irrealismo que a veces se le dirige? ¿Acaso las formas no están en el .mundo, no son responsables? Lo que ha habido de revolucionario en Brecht, ¿es verdaderamente el marxismo? ¿No ha sido más bien la decisión de vincular al marxismo, en el teatro, el lugar de un reflector, o el desgaste de una prenda de ropa? El estructuralismo no retira la historia del mundo: trata de ligar a la historia, no sólo contenidos (lo cual se ha hecho m i l veces), sino también formas, no sólo lo

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material, sino también lo inteligible, no sólo lo ideológico, sino también lo estético. Y precisamente porque todo pensamiento sobre lo • inteligible histórico es también participación en este inteligible, sin duda al hombre estructural le importa poco el durar: sabe que el estructuralismo es también una determinada forma del mundo, que cambiará con el mundo; y del mismo modo que prueba su validez (pero no su verdad) en su capacidad para hablarlos antiguos lenguajes del mundo de una manera nueva, sabe que bastará que surja de la historia un nuevo lenguaje que le hable a su vez, para que su tarea haya terminado. Lettres Nouvelles, 1963.

L A IMAGINACIÓN D E L SIGNO * Roland Barthes Todo signo incluye o implica tres relaciones. Én primer lugar, una relación interior, la que une su significante a su significado; luego, dos relaciones exteriores: la primera es virtual, une el signo a una reserva específica de otros signos, de la que se le separa para insertarlo en el discurso; la segunda es actual, une el signo a los otros.signos del enunciado que le preceden o le suceden. El primer tipo.de relación aparece claramente en lo que suele llamarse un sínibolo; por ejemplo, la cruz "simboliza" el cristianismo, el muro de los Federados "simboliza" la Commune, el rojo "simboliza" la prohibición, de pasar; llamaremos pues a esta primera relación, relación simbólica, aunque no sólo aparezca en los símbolos sino también én' los signos (que son, hablando aproximadamente, símbolos puramente convencionales). El segundo plano de relación implica la existencia, para cada signo, de una reserva o "memoria" organizada de forrnas'de la que se distingue gracias a la menor diferencia necesaria y suficiente para operar un cambio de sentido; en "lupum", el elemento-wm (que es un signo, y más concretamente un morfema) sólo manifiesta su sentido de acusativo, en tanto' que se opone al resto (virtual) de la declinación (-us, -i, -o, etc.); el rojo sólo significa k prohibición, en' cuanto se opone sistemáticamente al verde y al ámbar (es obvio que si no hubiera más color que ,el rojo, el rojo se opondría, a pesar de todo, a la ausencia de color); este plano de relación es pues el del sistema, llamado a veces paradigma; llamaremos pues este segundo tipo * Tomado del libro de R. Barthes: Ensayos críticos, Editorial Seix Barral, Barcelona,

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Leçons sur la philosophie de l'historié, Vrin, 1946, pág. 212.

1973.

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dé relación, relación paradigmática. Según el tercer plano de relación, el signo ya no se sitúa en relación a sus "hermanos" (virtuales), sino en relación a sus "vecinos" (actuales); en homo homini lupus, 'lupus mantiene ciertas relaciones con homo y homini;en la indumentaria, los elementos de un atuendo se asocian según determinadas re• glas: ponerse un jersey, una chaqueta de cuero es crear entre estas dos piezas una asociación pasajera pero significante, análoga a la que une las palabras de una frase; este plano de asociación es el plano del sintagma, y llamaremos a la tercera relación relación sintagmática. Ahora bien, parece que cuando nos interesamos por el fenómeno significante (y este interés puede proceder de horizontes muy diferentes) nos veamos irresistiblemente impulsados a centrar este interés en una de estas tres relaciones, más que en las otras dos. Tan pronto "vemos" el signo bajo su aspecto simbólico, como bajo su aspecto paradigmático, como bajo su aspecto sintagmático; a veces es por*ignorancia pura y simple de las relaciones vecinas: el simbolismo durante mucho tiempo ha sido ciego a las relaciones formales del signo; incluso'cuando las tres relaciones han sido advertidas (en lingüística, por ejemplo), cada cual (o cada escuela) tiende a fundar su análisis en una sola de las dimensiones del signo: hay desbordamiento, de una visión sobre el conjunto del fenómeno significante, de modo que parece ser que puede hablarse de conciencias semiológicas diferentes (se trata, desde luego, de la conciencia del analista, no de la del usuario del signo). Ahora bien, de una parte, la elección de una relación dominante implica en cada ocasión una determinada ideología; y por otra parte diríase, que a cada concienqia del signo (simbólica, paradigmática o sintagmática), o, al menos por la primera de un lado, y las otras dos del otro, corresponde un determinado momento de la reflexión, ya sea individual, ya colectiva. El estructuralismo, en concreto, puede definirse históricamente como el paso de la conciencia simbólica a la conciencia paradigmática: hay una historia del signo, que es la historia de sus "conciencias". La conciencia simbólica ve el signo en su dimensión profunda, podríamos casi decir: geológica, puesto que para ella, el escaloñamiento del significado y del significante es lo que constituye el símbolo; tiene conciencia de una especie de relación vertical entre la cruz y el cristianismo: el cristianismo está bajo la cruz, como una masa profunda de creencias, de valores y de prácticas, más o menos disciplinada al nivel de su forma. La verticalidad de la relación comporta dos consecuencias: de una parte, la relación vertical tiende a parecer solitaria: el símbolo parece mantenerse erguido en el mundo, e incluso cuando se afirma su multiplicidad es bajo la forma de un "bosque", es decir, de una yuxtaposición anárquica de relaciones profundas, que sólo se comunican, por así decirlo, por sus raíces (los significados); y

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de otra parte, esta relación vertical aparece forzosamente como una relación analógica: la forma se parece (más o menos, pero siempre un poco) al contenido, como si a fin de cuentas estuviera producida por él, de modo que la conciencia simbólica quizás a veces encubre un determinismo mal liquidado: hay pues privilegio masivo de la semejanza (incluso cuando se insiste en el carácter inadecuado del signo). La conciencia simbólica ha dominado la sociología de ios símbolos, y, desde luego, una parte del sicoanálisis naciente, a pesar de que el propio Freud haya reconocido el carácter inexplicable (no analógico) de determinados símbolos; por otra parte ésa es la época en la que reina la palabra misma de símbolo; durante todo ese tiempo, el símbolo dispone de un prestigio mítico, el de la "riqueza": el símbolo es rico, y éste es el motivo, se dice, de que no puede reducírsele^ un "simple signo" (hoy podemos dudar de la "simplicidad" del signo): en él la forma está incesantemente desbordada por la fuerza y el movimiento del contenido: lo que ocurre es que, de hecho, para la conciencia simbólica, el símbolo es, más que una forma (codificada) de comunicación, sobre todo un instrumento (afectivo) de participación. La palabra símbolo hoy ha envejecido un poco; suele reemplazársela por signo o significación. Este deslizamiento terminológico traduce un cierto agotamiento de la conciencia simbólica, sobre todo en lo concerniente el carácter analógico del significante y del significado; a pesar de todo esta conciencia sigue siendo típica, mientras la mirada analítica no se interesa (sea por ignorarlas o por oponerse a ellas) por las relaciones formales de los signos entre sí, pues la conciencia simbólica es esencialmente negación de la forma; en el singo, lo que le interesa es el significado: para ella,' el significante nunca es más que un determinado. • Desde el momento en que las formas de dos signos se comparan, o al menos se ven de un modo algo comparativo, se da la aparición de una cierta conciencia paradigmática. Incluso al nivel del s í m b o lo clásico, que es el menos desligado de los signos, si se presenta la ocasión de advertir la variación de dos formas simbólicas, las otras dimensiones del signo se descubren repentinamente; éste es por ejerm pío el caso de la oposición entre Cruz Roja y Media Luna Roja: de una parte, Cruz y Media Luna dejan de mantener una relación soli- • taria con su significado respectivo (cristianismo e islamismo), todo se incluye en un sintagma estereotipado; y de otra parte forman entre sí un juego de términos distintivos, cada uno de los cuales corresponde a un significado diferente: ha nacido el paradigma. La conciencia paradigmática define pues el sentido, no como el simple encuentro dé un . significante y de un significado, sino, según la bella expresión de Merleau-Ponty, como una verdadera "modulación de coexistencia"; sustituye a la relación bilateral de la conciencia simbólica (incluso cuando :

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C a p . 5. S e l e c c i ó n de textos

esta relación está multiplicada), una relación (al menos) cuadrilateral, o más exactamente homonológica. La conciencia paradigmática es lo que ha permitido a Lévi-Strauss (entre otros resultados) renovar el problema totémico: mientras la conciencia simbólica busca en vano los caracteres "plenos", más o menos analógicos, que unen un significante (el tótem) a un significado (el clan), la conciencia paradigmática establece una homología (la expresión es de Lévi-Strauss) entre la relación de dos totems y la de dos clanes (aquí no se discute la cuestión de saber si el paradigma es forzosamente binario). Naturalmente, al retener del significado sólo su papel demostrativo (designa el significante y permite descubrir los términos d é l a oposición), la conciencia paradigmática tiende a vaciarlo: pero no por ello vacía la significación. Evidentemente es la conciencia paradigmática la que ha permitido (o expresado) el desarrollo extraordinario de la fonología, ciencia de los paradigmas ejemplares (señalado/no señalado): ella es la que, a través de la obra de Lévi-Strauss, define el umbral estructuralista. La conciencia sintagmática es conciencia de las relaciones que unen los signos entre sí al nivel del discuráo mismo, es decir, esencialmente obligaciones, tolerancias y libertades de asociación del signo. Esta conciencia ha marcado dos trabajos lingüísticos de la escuela de Yale, y, fuera de la lingüística, las investigaciones de la escuela formalista rusa, especialmente las de Propp en el dominio de cuento popular eslavo (debido a lo cual puede esperarse que ilumine un día el análisis de los grandes "relatos" contemporáneos, desde el "suceso" a la novela popular). Pero sin duda ésta no es la única orientación de la conciencia sintagmática; de las tres conciencias, sin duda es ésta la que puede mejor prescindir del significado: más que una conciencia semántica es una conciencia estructural; sin duda éste es el motivo de que sea la que más se acerca a la práctica: ella es la que permite mejor imaginar conjuntos oeracionales,' dispatchings, clasificaciones complejas: la conciencia paradigmática ha permitido el fecundo retorno del decimalismo al binarismo, pero es la conciencia sintagmática la que permite verdaderamente concebir los "programas" cibernéticos, del mismo modo que permitió a Propp y a Lévi-Strauss reconstruir las "series" míticas. Quizás un día sea posible reemprender la descripción de estas conciencias semánticas, tratar de vincularlas a una historia; quizás un día pueda hacerse la semiología de los semiólogos, el análisis estructural de los estructuralistas. Lo que aquí queríamos simplemente decires que hay probablemente una verdadera imaginación del signo; el signo no es tan sólo el objeto de un conocimiento particular, sino también el objeto de una visión, análoga a la de las esferas celestes en el Sueño de Escipión, o próxima a las representaciones moleculares de que se

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sirven los químicos; el semiólogo ve al signo moverse en el campo de la significación, enumera sus valencias, traza su configuración: para, él el signo es una idea sensible. En las tres conciencias (aún pasablemente técnicas) que acabamos de tratar, hay pues que suponer un ensanchamiento hacia tipos de imaginación mucho más amplios, que podríamos encontrar movilizados en otros muchos objetos distintos del signo. La conciencia simbólica implica una imaginación' de la profundidad; vive el mundo como la relación de una forma superficial y de un Abgrund multiforme, masivo, poderoso, y la imagen se remata cóñ una dinámica muy fuerte: la relación de la forma y del contenido está incesantemente impulsada por el tiempo (la historia), la superestructura desbordada por la infraestructura sin que nunca pueda llegar a captarse la estructura misma. La conciencia paradigmática, por el contrario, es una imaginación formal; ve el significado ligado, como de perfil, a algunos significantes virtuales, de los que es a un tiempo próximo y distinto; ya no ve (o ve menos) el signo en su profundidad, lo ve en su perspectiva; la dinámica vinculada a esta visión es la de una llamada: el signo es citado fuera de una reserva terminada,, ordenada, y esta llamada es el acto soberano de la significación: imaginación de agrimensor, de geómetra, de propietario del mundo, én el que se encuentra a gusto, puesto que el hombre, para significar, sólo, tiene que elegir entre lo que se le presenta ya preestructurado, ya sea por su cerebro (en la hipótesis binarista) ya sea por la finitud material de las formas. La imaginación sintagmática ya no ve (o ve menos) el signo en su perspectiva, sino que lo prevé en su extensión: sus vínculos antecedentes o consecuentes, los puentes que lanza hacia otros signos; se trata de una imaginación "estemática", la de la cadena o dé la red. Lá dinámica de la imagen es también aquí la de un ensamblamiento de partes móviles, sustitutivas, cuya combinación produce sentido, o más. generalmente un objeto nuevo; se trata pues de una imaginación propiamente fabricativa, o también funcional (el término es felizmente ambiguo, puesto que remite a la vez a la idea de una relación variable y a la de un uso). Tales son (quizá) las tres imaginaciones del signo. Sin duda es posible vincular a cada una de ellas un determinado número de creaciones diferentes, en los órdenes más variados, pues nada de lo que se construye hoy en el mundo escapa al sentido. Para segtiir en el orden de la creación intelectual (reciente), entre las obras de la imaginación profunda (simbólica), se podrá citar la crítica biográfica o histórica, la sociología de las "visiones", la novela realista o introspectiva, y de una manera general, las artes o los lenguajes "expresivos", postulando un significado soberano, extraído ya sea de una interioridad, ya de una historia. La imaginación formal (o paradigmática) implica

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Cap. 5. Selección de textos El concepto de estructura significativa

una atención aguda a la variación de una serie de elementos recurrentes; se vinculará pues a ese tipo de imaginación el sueño y los relatos oníricos, las obras fuertemente temáticas y aquellas cuya estética implica el juego de ciertas conmutaciones (las novelas de Robbe-Grillet, por ejemplo). La imaginación funcional (o sintagmática) alimenta finalmente todas las obras cuya fabricación, por ensamblaje de elementos discontinuos y móviles, constituye el espectáculo mismo: la •poesía, el teatro épico, la música serial y las composiciones estructurales, de Mondrian a Butor. Arguments,

1962.

EL CONCEPTO DE ESTRUCTURA SIGNIFICATIVA EN HISTORIA DE L A CULTURA * Lucien Goldmann

En el estudio de los hechos humanos en general y más precisamente de las obras filosóficas, literarias o artísticas (en lo sucesivo las , designaremos con el término global de "cultura") nos parece que la diferencia esencial respecto a las ciencias fisicoquímicas y quizás a ciertos dominios parciales de las ciencias humanas (lingüística, etc.) reside en una finalidad interna de estos hechos, o si se les mira desde el ángulo de la investigación, en que se necesita, para estudiarlos, es-' pecificar el concepto general de "estructura" agregándole el calificativo de "significativa". Las obras válidas en los dominios que acabamos de enumerar se caracterizan, en efecto, por la existencia de una coherencia interna de un conjunto de relaciones necesarias entre los diferentes elementos que las constituyen y, en las más importantes de entre ellas, entre el contenido y la forma de suerte que no sólo es imposible estudiar de manera válida ciertos elementos de la obra fuera del conjunto del que forman parte y que es lo único que determina su naturaleza y su significación objetivas, sino también que la posibilidad de dar cuenta de lá necesidad de cada elemento respecto a la estructura significativa global constituye la más segura guía del investigador. Hemos dicho además: a) que esta estructuración interna de las grandes obras filosóficas, literarias y artísticas viene del hecho de que expresan al nivel * Tomado del libro de L . Goldmann: Marxismo, estructwalismo y dialéctica, Ediciones Calden, Buenos Aires, 1968.

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de una coherencia muy avanzada actitudes globales del hombre ante los problemas fundamentales que plantean las relaciones interhumanas y las relaciones entre los hombres y la naturaleza, actitudes globales (las hemos llamado "visiones del mundo") que son de número limitado, aunque sea imposible hacer su inventario o su tipología antes de poseer un número suficiente de estudios monográficos; b) que la actualización de ésta o aquella visión del mundo en cier' tas épocas precisas resulta de ¡a situación concreta en la que se encuentran los diferentes grupos humanos en el curso de la historia, y por último; c) que la coherencia estructural no es uhá'realidad estática sino una virtualidad dinámica en el interior de los grupos, una estructura significativa hacia la cual tienden el pensamiento, la afectividad y el comportamiento de los individuos, estructura que la mayoría de ellos no realiza sino excepcionalmente en ciertas situaciones privilegiadas, pero que puede ser. alcanzada por individuos particulares en dominios limitados cuando coinciden con las tendencias del grupo y las llevan a su última coherencia. (Es el caso de ciertos jefes políticos o religiosos, de los grandes escritores, de los grandes artistas o de los grandes pensadores filosóficos.) La interdependencia de los elementos constitutivos de una obra no hace sino expresar en su dominio propio la interdependencia, en el interior de una y la misma visión del mundo, de las respuestas a los diferentes problemas fundamentales planteados por las relaciones interhumanas y las relaciones entre los hombres y la naturaleza. Dicho esto, quisiéramos en este estudio considerar uno de los principales problemas metodológicos que se plantea a una investigación inspirada en estas comprobaciones. En la historia de la cultura el problema de la estructura se plantea, en efecto, en varios niveles de los cuales sólo consideraremos aquí los dos más importantes. Es evidente que un estudio serio de las grandes obras debe ante todo sacar a la luz su coherencia interna, es decir, su estructura propia. Además, no hay aquí nada nuevo pues implícita o explícitamente este principio ha servido de guía a gran número de historiadores. Ya Pascal en el siglo x v n sabía que: No puede hacerse una buena f i s o n o m í a sino concillando todas nuestras contrariedades y no basta seguir una sucesión de cualidades concordantes sin conciliar los contrarios. Para atender todos los trozos contrarios. Así, para entender las Escrituras, hay que tener un sentido en el cual todos los trozos contrarios se concilian. No basta tener uno que convenga in-

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Cap. 5. S e l e c c i ó n de textos cluso a varios trozos concordantes sino tener uno que concilie los trozos incluso contrarios. Todo autor tiene .un sentido en el cual todos los trozos contrarios se conciban o no tienen ningún sentido (Fr. 684).

No vamos, pues, a insistir en un m é t o d o de trabajo ya conocido y aplicado desde hace mucho; a lo sumo nos permitiremos mencionar que el concepto de estructura coherente y significativa tiene, en la historia de la filosofía, de la literatura y del arte, una función a la vez teórica y normativa en la medida en que es, por una parte, el principal instrumento de comprensión de la naturaleza y de la significación de la obra, y por otra parte, el criterio mismo que nos permite juzgar su valor respectivamente filosófico, literario o estético. En efecto, en la medida en que expresa una visión coherente del mundo en el plano del concepto, de la imagen verbal o sensible, es cuando la obra es filosófica, literaria o estéticamente válida y es en la medida en que logra despejar la visión que ella expresa que uno puede comprenderla e interpretarla de manera objetiva. (Además, ésta es la razón por la cual la interpretación de una obra es inseparable de la aclaración de su valor o de su no valor filosófico o estético). Queda, no obstante, que el carácter a la vez teórico y normativo del concepto de estructura significativa en historia de la cultura plantea un problema cuya elucidación nos llevará a otro nivel, mucho menos conocido y menos usual, de la utilización de este concepto en el dominio que estudiamos. En efecto, aunque el papel teórico del concepto de estructura en ciencias humanas, guardando su especificidad propia en cada dominio de la investigación, no representa, sin embargo, algo cualitativamente diferente respecto a las ciencias de la naturaleza, en cambio, su función normativa no podría explicarse sino por la existencia de una finalidad común el objeto y al sujeto del estudio que son el uno y el otro sectores de la realidad humana y social. En las ciencias naturales el sabio busca probablemente un máximo de inteligibilidad: no se le ocurrirá, sin embargo, hacer de ello una norma aplicable al objeto de su estudio. Supone al comienzo, con razón, la existencia de un m í n i m o de inteligibilidad sin el cual la ciencia, y con ella la vida, serían imposibles. Más aún, apuesta en su investigación al hecho de que la inteligibilidad del mundo natural sobrepasa en mucho este mínimo y se acerca a una inteligibilidad total. No obstante, su labor consiste en primer lugar en adaptar sus teorías a la realidad y no se ve un astrónomo afirmando en el plano no nativo que los planetas deberían tener una trayectoria circular o que todos deberían tener igual número de satélites. Inversamente, cuando se trata de ciencias humanas y sobre todo de la historia de la cultura, el principal concepto de inteligibilidad,

El concepto de estructura significativa •

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el de estructura significativa, representa a la vez una realidad y una norma precisamente porque define a la vez el motor real-y el fin hacia el cual tiende esa totalidad que es la sociedad humana, totalidad de la que forman parte a la vez la obra a examinar y el investigador que la estudia. No podría suponerse que la naturaleza evoluciona progresivamente hacia estructuras legales, geométricas o causales, mientras que la hipótesis de una historia dominada por tendencias hacia estructuras significativas y coherentes cada vez más vastas hasta una sociedad finalmente transparente, compuesta únicamente de tales estructuras es una de las principales hipótesis positivas en el estudio de las realidades humanas. , . Esto explica por qué el historiador de las obras que constituyen la cultura, o más exactamente las culturas, no podría contentarse con emplear el concepto de estructura significativa al nivel de la'interpretación inmanente de éstas. Y esto, en primer lugar, porque semejante interpretación no podría en todo caso dar resultados satisfactorios sino para las grandes obras maestras filosóficas, literarias o artísticas, es decir, para las creaciones que han realizado en su dominio bropio una estructura casi coherente que el historiador podría despejar con rigor, por un azar excepcional, limitándose al estudio de la obra, y, én segundo lugar, porque aun en estos casos privilegiados la obra forma parte de todo un conjunto de estructuras significativas más vastas cuya .aclaración facilita en todo caso enormemente el trabajo del investigador. En teoría podría negarse toda posibilidad de despejar por ejemplo, la estructura interna de los Pensamientos de Pascal o del teatro de Ráeme con ayuda del estudio exclusivo de los textos, estudio que llegaría a una comprensión adecuada de su significación. En realidad, sin embargo, tal éxito no podría ser sino el resultado de una inteligencia o de una suerte excepcionales, a las que una metodología científica no podría limitarse en ningún caso. Tal vez lo mejor sería ilustrar esto con ayuda de un ejemplo concreto. Apelando a nuestra propia experiencia nos parece que jamás habríamos llegado a los resultados que hemos logrado enmuestro estudio de los textos de Pascal y de Racine si no nos hubiéramos ayudado con la investigación de estas estructuras signifíctftivas más vastas que han sido las diferentes corrientes jansenistas, el jansenismo en su conjunto, las clases sociales en el tiempo de Luis X I I y de Luis X I V y sus antagonismos en el plano económico, social y político. Los Pensamientos'de Pascal, piezas como Británico, Berenice, Fedro y Atalía son probablemente obras más o menos rigurosamente estructuradas y coherentes. Sería difícil, no obstante, decir lo mismo de las otras piezas racinianas y también de todos los fragmentos

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de los Pensamientos, tomados en particular. P o í otra parte, Los provinciales expresan una visión del mundo diferente de la de los Pensamientos. En el punto de partida de la investigación, el historiador que se encuentra ante ese conjunto de textos se ve de repente frente a dos dificultades principales: a) cómo distinguir lo que en cada uno de estos escritos es esencial, es decir, lo que forma parte de la estructura coherente, de lo que es secundario, es decir, de lo que se encuentra en la obra por una de las innumerables razones distintas a la de la necesidad interna; b) aun suponiendo - s i n que lo concedamos- que un estudio inmanente del texto pueda llegar a separar por métodos intuitivos los elementos esenciales de los elementos secundarios, queda todavía el problema no menos difícil del deslinde en el interior de estos elementos esenciales entre los que pertenecen a la misma estructura significativa o a estructuras significativas emparentadas, y los elementos, también esenciales, pero pertenecientes a estructuras más o menos diferentes de las primeras. Así, Berenice y Británico son dos expresiones complementarias de una y la misma visión del mundo, más precisamente de uno y el mismo tipo de la visión trágica, pero Fedro expresa ya otro tipo de visión trágica que se emparenta con los Pensamientos. En cuanto a Atalía o a Los provinciales, expresan, cada una, una visión dramática, pero, no obstante, emparentada con la visión trágica por su sitio en el interior . de esta estructura signi-icativa global que podría llamarse la ideología jansenista. •' Se vé sin dificultad alguna que desde el punto de vista práctico se necesitaría una inteligencia y una intuición sobrehumanas para poder despejar todo este conjunto de relaciones estructurales (cuya expresión es esencial para la comprensión de las obras en cuestión) por el mero estudio de los textos, por más profundo y prolongado que éste sea. En cambio, el problema se hace si no sumamente simple, al menos de un orden de dificultad análogo al que los investigadores encuentran diariamente en cualquier dominio de la investigación científica, desde el momento en que uno no se contenta con estudiar los textos •sino que aplici los mismos principios de investigación de estructuras globales significativas a totalidades más vastas de las cuales sólo constituyen un elemento parcial. En el caso citado hemos llegado muy , pronto' al primer resultado decisivo el día en que, tratando de incor-

porar los escritos de Racine y de Pascal en el conjunto del pensamiento y del movimiento jansenistas, lo cual no era nada nuevo (habiendo tratado ya de hacerlo la mayoría de los historiadores antes que noso tros), nos hemos preguntado cuál era la estructura significativa - l a esencia- de lo que solía llamarse, sin saber muy bien en qué consistía, el jansenismo. Desde luego, aquí no podría tratarse de hacer una detallada expo- , sición histórica de nuestra investigación. Contentémonos con decir que pudimos despejar muy rápidamente un tema central del jansenismo, "el rechazo del mundo y de la sociedad", tema cuya realidad dinámica finalizó en una estructuración interna de ese movimiento en cuatro corrientes: moderado, centrista, y dos corrientes extremistas de forma diferente, corrientes en las cuales los historiadores durante •mucho tiempo no habían visto más que una sola - l a corriente cent r i s t a - y sólo recientemente (gracias a los trabajos del señor Orcibal) una segunda - l a corriente moderada. :

Pero, entre las obras que nos interesan, solamente Los provinciales, Esther, y hasta cierto punto Atah'a se vinculaban a la corriente centrista y ninguna se vinculaba a la corriente moderada, lo que explica las dificultades encontradas por la mayoría de los historiadores de la filosofía, de la religión y de la literatura para dar cuenta del jansenismo de los Pensamientos y del teatro Racine. Ahora bien, es aquí donde la historia de nuestro trabajo nos parece metodológicamente interesante, pues, la existencia en el teatro' de Racine y en los Pensamientos de Pascal de posiciones respecto a la vida social y estatal y respecto a los problemas (lógica de la contradicción y moral del conflicto de los deberes), completamente diferentes de la encontrada en los sectores conocidos y explorados del jansenismo, es lo que nos llevó a formular la hipótesis de la existencia de por lo menos otra corriente desconocida para los historiadores en el interior de ese movimiento. Y el descubrimiento de los textos de Barcos es lo- que después aclaró no sólo toda una serie de problemas de losjmás controvertidos de la historia del jansenismo y de la vida de Pascal sino que también nos permitió ver,- casi de un solo golpe, la estructura interna de las obras literarias y filosóficas que queríamos estudiar. Citemos una sola ilustración concreta: los historiadores discutían desde hacía tres siglos sobre el problema de la actitud de Pascal hacia la Iglesia durante los últimos meses de su vida, y sobre la posibilidad de conciliar los dos testimonios aparentemente contradictorios del Escrito que rehusaba toda firma del Formulario; así como la confesión de Beurier al que Pascal había afirmado, dos años antes, que se sometería a todas las decisiones de la Iglesia (la cual precisamente, había exigido la firma del Formulario).

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É! concepto de estructura significativa

El descubrimiento del hecho de que Barcos y sus partidiarios defendían una posición rigurosamente coherente que implicaba a ¡a vez la sumisión a la decisión de firmar el Formulario y la negativa del firmarlo, no sólo ha permitido aclarar el problema de los últimos años de Pascal sino hacer patente la estructura interna del teatro de Racine y de los Pensamientos. Basta pensar en la situación análoga de Andrómaca que debe permanecer fiel a Héctor y salvar la vida de Astianax o bien en Tito que debe permanecer como emperador y no separarse de Berenice, cuando cada una de estas exigencias parece contradecir a la otra. Se ve hasta qué punto la búsqueda de estructuras significativas en el plano de la historia de los movimientos ideológicos, sociales, políticos y económicos puede tener, y generalmente tiene, una importancia capital cuando se trata de despejar la coherencia y la estructura interna de las obras literarias, artísticas o filosóficas que se vinculan a estos movimientos. En el fondo, se trata allí de la aplicación concreta-de dos principios generales que nos parece deben regir todo estudio serio en el dominio de las ciencias históricas, a saber: a) todo hecho humano se inserta en cierto número de estructuras significativas globales cuya aclaración es lo único que permite conocer la naturaleza y la significación objetivas de dicho hecho; b) para deslindar en la realidad un conjunto de hechos que constituyen tal estructura significativa, y para separar en el dato empírico bruto lo esencial de lo accidental, es indispensable insertar estos hechos mal conocidos todavía en otra estructura más vasta que los abarca (por ejemplo, los escritos de Pascal y de Racine en el conjunto jansenista) sin olvidar nunca, no obstante que los conocimientos provisorios que se tiene de los hechos de donde se ha partido son - e n la medida precisamente en que constituyen un elemento de la estructura más vasta- uno de los puntos de apoyo más importantes para despejar esta última. (Los escritos de Pascal y de Racine como puntos de partida para la hipótesis de la existencia de un jansenismo extremista y el descubrimiento de éste como medio esencial de comprender estas obras). Para terminar este estudio nos queda por abordar un problema en el cual nuestros lectores seguramente ya han pensado. Si se trata de insertar las obras en una totalidad significativa más vasta, siendo esta inserción lo único que nos permite despejar su estructura y su significación ¿por qué recurrir a la totalidad tan alejada de los movi-

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mientos intelectuales, sociales y económicos y no, como lo han hecho, explícita o implícitamente, la mayoría de los historiadores queno se han limitado a los textos, a esta totalidad significativa mucho más próxima y en apariencia mucho más ligada a la obra que es la' biografía y la psicología de su autor? La respuesta, aparentemente paradójica pero en realidad rigurosamente fundada, es simple: por razones no de principio sino de posibilidad práctica, de eficacia en el trabajo de investigación. Es cierto que el teatro de Racine y los Pensamientos de Pascal no están ligados al movimiento jansenista sino a través de las individualidades de sus autores y que un estudio ideal en ningún caso podría saltar un peldaño intermedio de tal importancia. Desgraciadamente, en la práctica, no poseemos ningún medio sólido y positivo de reconstruir la psicología de un individuo. La mayoría de las tentativas de ese género, y prácticamente todas, son construcciones más o menos inteligentes e ingeniosas que tienen, sin embargo, poca relación con la ciencia positiva. En el estado actual de las ciencias humanas, la interpretación de la obra determina mucho más la imagen que uno se hace del autor que a la inversa. ' • Por eso, nos parece que en el estado actual del pensamiento cíentífico en ciencias humanas puede formularse el balance siguiente: 1. El concepto de estructura significativa constituye el principal instrumento de investigación y de comprensión de la mayoría de los hechos humanos pasados y presentes. Empleamos conscientemente el término " m a y o r í a " dado que ciertos sectores de la realidad social parecen deber limitarse al concepto de estructura y no de estructura significativa. 2. En cada análisis concreto la aclaración de la estructura significativa específica que rige los hechos que quieren estudiarse tropieza primero con dos problemas que son a la vez los primeros y.los mas' difíciles de resolver: el deslinde del objeto, o si se quiere,'del sector de la realidad que corresponde a ese sector, de lo esencial y de lo accidental. 3. El más importante paso científico para resolver estos problemas reside en la inserción de las estructuras significativas buscadas, aun antes de que sean enteramente despejadas, en estructuras más vastas de las cuales constituyen elementos parciales, p & o que supone un vaivén permanente de la parte al todo e inversamente., ' 4. Si el concepto de estructura significativa tiene importancia primordial en el conjunto de las ciencias históricas y sociales, esta importancia es particularmente reforzada en el dominio de festos hechos culturales que son las obras filosóficas, literarias y artísticas a las cuales caracteriza precisamente la coincidencia no solamen-

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te virtual sino real con esas estructuras significativas rigurosamente coherentes que son las visiones del mundo. 5. Por eso, tanto la crítica literaria como la historia de la filosofía, del arte y de la literatura no podrán superar el nivel de la reflexión más o menos inteligente y original para adquirir un estatuto realmente positivo sino en la medida en que tomen una orientación estructuralista que trate de poner en relación las obras que estudian con las estructuras fundamentales de la realidad histórica y social. 6. Dado el carácter por el momento particularmente insuficiente de nuestros conocimientos psicológicos, un estudio semejante debe situarse hoy, en primer lugar, en los dos planos del análisis inmanente de la obra y de la inserción de ésta en las estructuras históricas • y sociológicas de las cuales forma parte. En cuanto a la estructura intermedia, constituida por la biografía y la psicología del filósofo, del artista o del escritor, aunque en ningún caso se podría eliminarla de antemano, no puede constituir por el momento más que un instrumento secundario de investigación a emplear con mucha desconfianza y el máximo de espíritu crítico. 7. Siendo incomparablemente mayor el número de situaciones históricas y de obras literarias, filosóficas y artísticas que el de las visiones del mundo que les corresponde (lo cual, entre otras cosas, explica los renacimientos) tales investigaciones deberán orientarse naturalmente hacia la elaboración de una tipología de las visiones del mundo que constituiría en el plano de la investigación un inapreciable instrumento de trabajo. No sería cuestión, no obstante, establecer desde ahora una tal tipología sobre bases psicológicas (como lo ha ensayado, por ejemplo, K!arl Jaspers). Tales tentativas pertenecen al dominio dé la "reflexión brillante" que tanto daño ha hecho a la ciencia y que ya sería tiempo de superar. Como todo m é t o d o científico serio, el estructuralismo no es una llave universal, sino un m é t o d o de trabajo que exige largas y pacientes investigaciones empíricas y que debe ser perfeccionado y. ajustado en el curso de éstas. Sin duda hay una dialéctica de las relaciones entre las investigaciones empíricas y las ideas generales; no hay que olvidar, no obstante, demasiado fácilmente la prioridad de las primeras y su función indispensable en todo trabajo científico digno de ese nombre.

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B A L Z A C : L A S ILUSIONES PERDIDAS * Georg Lukács Escrito en 1935 De:

"Verlorene Illusionen"en:

Balzac und der

französische Realismus, Berlin 1952 (inv. Berlin 1953), págs. 46-54.

Con la presente obra -completada en la cumbre de su madurez literaria ( 1 8 4 3 ) - Balzac crea un nuevo tipo de novela, que se convertiría en una obra de significación decisiva para todo el desarrollo del siglo xix: el tipo de la novela de la desilusión, la novela en que se describe cómo las suposiciones falsas pero necesariamente aparecidas de los hombres acerca del mundo, quedan destruidas necesariamente por la fuerza brutal de la vida capitalista. Como es natural, la destrucción de ilusiones ya aparece en la novela moderna con anterioridad a Balzac. La primera gran novela Don Quijote, ya es una historia de las "ilusiones perdidas". Peio en el caso de Cervantes, la incipiente sociedad burguesa destruye las últimas ilusiones feudales, mientras que en Balzac, las suposiciones que la sociedad burguesa crea necesariamente sobre el hombre, la sociedad, el arte, etc., y los más altos productos ideológicos del desarrollo burgués revolucionario se demuestran como meras ilusiones frente a la realidad del desarrollo burgués revolucionario, frente a la realidad de la economía capitalista. También la novela del siglo xvin destruye algunas ilusiones. Pero dicha destrucción se dirige en parte contra algunos restos feudales que aún subsistían en el pensar y. en el sentir de los hombres, y en parte unas suposiciones infundadas, de bajo nivel e insuficientemente fundadas en la realidad, son superadas por una concepción más amplia y más imbuida de realidad desde el mismo punto de vista. Por vez primera la trágica risa de escarnio sobre los más altos productos ideológicos del desarrollo burgués, la trágica disolución de los ideales burgueses por la fuerza de su propia base económica, capitalista, es configurada en la presente novela de Balzac de forma global y en su totalidad. Únicamente la inmortal obra maestra de Diderot El sobrino de Rameau puede ser considerada como antecedente ideológico de üusionefperdidas. Balzac no es en modo alguno el único que en este periodo se ocupa del problema que tratamos. Le precedieron en el camino Rojo y Negro, de Stendhal, La confesión de un hijo del siglo, de Müsset, etc. El tema flotaba en el aire; no por moda literaria, sino a consecuencia

* Tomado deí libro de Lukács: Sociología de la literatura, complicación de escritos del autor, publicado por Ediciones Península, Barcelona, 1968. '

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del desarrollo social de Francia, del país ejemplar para el crecimiento político de la burguesía. El gran periodo heroico de la revolución francesa y de Napoleón había cultivado, despertado y movilizado todas las energías dormidas de la clase burguesa. El periodo heroico dio a la mejor parte de la clase burguesa la posibilidad de aplicar los ideales heroicos de forma directa sobre la vida, de vivir y morir heroicamente conforme.a dichos ideales. Con la caída de Napoleón, con la Restauración y también con la Revolución de Julio, finaliza el periodo heroico, los ideales se convierten en ornamentos y decoraciones superficiales de la vida real: el camino para el desarrollo de capitalismo, despejado por la Revolución y Napoleón, se ensancha en una carretera principal de desarrollo, cómoda y accesible a todos. Los heroicos pioneros se ven obligados a retirarse y dejar sitio a los beneficiarios del desarrollo y a los especuladores. "En su sobria realidad la sociedad burguesa se había creado sus verdaderos representantes y portavoces con sus Syas, Cousins, Royer-Collards, Benjamín Constants y Guizots, sus verdaderos jefes militares se sentaban tras la mesa de oficina y la cabeza grasienta de Luis X V I I I era su cabeza política" (Marx). El auge de los ideales, el necesario producto del periodo heroico precedente, se ha hecho socialmente superfluo; los portadores de estos ideales, la joven generación crecida en las tradiciones del periodo heroico tuvieron que desclasificarse por necesidad. 1

La historia de la necesaria perdición, de la desaparición en la nada de las energías despertadas por la Revolución y el periodo napoleónico, constituye el tema común de las novelas de desilución de esta época, su acusación común contra la prosaica miserabilidad de la Restauración y de la Monarquía de Julio. Aunque políticamente es monárquico y legitimista, Balzac ve con gran claridad ese carácter del periodo de la Restauración. En nuestra novela dice: "No hay nada que acuse tanto al ilotismo al que la Restauración ha condenado a nuestra juventud. Los jóvenes, que no sabían cómo emplear sus fuerzas, las utilizaron no sólo en el periodismo, en las confabulaciones políticas, en la literatura y en el arte, sino que las gastaban también en excesos más e x t r a ñ o s . . . Cuando trabajaban, exigían poder y placer; como artistas pedían tesoros, como ociosos pedían apasionadas excitaciones; de una manera o de otra exigían un lugar que la política les negó. Balzac se refiere, con sus grandes y pequeños contemporáneos, al conocimiento y configuración de esta situación, de esta tragedia de una generación entera. Pero con todo su aspecto común, Ilusiones perdidas se alza a una altura histórica aislada dentro de la producción literaria de la Francia de aquel tiempo,.porque Balzac no se detiene en el conocimiento y 'Marx.Karl. Der achtzehnte Brumaire..., loe. cit., pág. 12. (Ed.)

Balzac: las ilusiones

perdidas

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configuración de las situaciones sociales trágicas o tragicómicas esbozadas aquí. Ve y va más allá. Ve que el fin del periodo heroico del desarrollo burgués de Francia significa al mismo tiempo el comienzo del gran auge del capitalismo francés. En casi todas sus novelas, Balzac narra el auge capitalista, la transformación de la primitiva artesanía en moderno capitalismo, el desmesurado crecimiento de la ciudad y el campo debido al capital impetuosamente creciente, la desaparición de todas las formas sociales y las ideologías tradicionales'ante el victorioso avance del capitalismo. Dentro de este proceso, Ilusiones perdidas constituye la epopeya tragicómica de la capitalización del espíritu. La conversión de la literatura (y con ella de cualquier ideología) en mercancía, constituye el tema de esta novela y la realización total de esta capitalización del espíritu incluye la tragedia total de la generación posnapoleónica, dentro de una conexión social más profundamente captada de como pudiera haberlo hecho el mejor contemporáneo de Balzac. Balzac desarrolla este proceso de la conversión de la literatura en mercancía en su totalidad completamente desarrollada: todo se convierte en mercancía, desde la producción de papel hasta la convicción, el pensamiento y las sensaciones de los escritores. Y Balzac no se contenta con la constatación general de las consecuencias ideológicas de este dominio del capitalismo, sino que en todos los campos (periódico, teatro, editorial, etc.), pone al descubierto el proceso concreto de la capitalización en todas las etapas y determinantes. " ¿ Q u é es la fama?" se pregunta el editor Dauriat. " M i l doscientos francos para unos artículos y tres mil francos para banquetest.." y expone sus principios en la forma siguiente: "No me contento con poner en juego dos m i l francos para un libro para ganar sólo lo mismo; especulo con la literatura, publico cuarenta volúmenes'con una edición de diez mil cada u n o . . . M i poder y l o s a r t í c u l o s . q u e v e n d o , dan lugar a un negocio de trescientos m i l francos en vez de los miserables dos mil. El manuscrito que compro por cien m i l francos es más barato que el del autor desconocido a quien pago seiscientos francos". A l igual que el editor, piensa el escritor: "¿Verdaderamente cree en lo que escribe? - p r e g u n t ó con sorna Vernou Lucien'-. Pero nosotros somos comerciantes en palabras y vivimos de nuestro comercio .. Los artículos que hoy se leen para ser oMdados mañana, no tienen otro significado a mis ojos que el ser pagados". • Los explotadores son ahora los periodistas y los escritores; sus'capacidades se convierten en mercancía, en objeto de especulación del capitalismo literario. Pero son explotados y prostituidos por el capitalismo. Ellos mismos quieren ascender a explotadores o por 1Q menos a intermediarios de la explotación. Antes.de que Lucien de Rubemprés entrase en el periodismo, su colega y mentor, Lousteau ledaunps

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consejos de comportamiento: "En resumen, querido, en la literatura el secreto del éxito no es el trabajo, sino la explotación del trabajo ajeno. Los propietarios del periódico son empresarios y nosotros somos simples peones. Por esto cuando más mediano sea un hombre, más rápidamente llega a la meta; ha de estar dispuesto a tragarse sapos si se lo piden, aceptarlo todo, y adular las pequeñas pasiones de los sultanes de la literatura... Hoy su conciencia aún le hace a usted riguroso, pero mañana se arrastrará bajo aquellos que le quitan a usted el éxito, que con una palabra podrían darle a usted la vida, pero que no la pronunciarán; porque, créame, el escritor de moda es más altanero y duro contra los nuevos que el más sanguinario editor. Allá donde el editor sólo ve una pérdida, el autor teme un contrincante: aquél sólo le rechaza, pero éste le aniquila". Esta amplitud de contenido del tema, la capitalización de la l i ' teratura desde la producción del papel hasta el sentimiento lírico, determina, como siempre en Balzac, la forma artística de la composición. La amistad entre David Séchard y Lucien Rubemprés, las destruidas ilusiones de su común juventud entusiasta, el entrelazamiento • de sus diferencias de carácter, determinan los grandes rasgos de la •acción. El genio de Balzac ya queda de manifiesto en este esquema ' básico de la composición. Crea personajes, en los que se expresa por .una parte la tensión interna del tema como pasión humana, como aspiración individual: David Séchard inventa un nuevo y barato procedimiento para la fabricación del papel y es estafado por los capitalistas, mientras que Lucien lleva la lírica más sutil al mercado del capitalismo parisiense. Por otra parte se expresa de una forma humanamente plástica y en oposición a los dos caracteres anteriores, el máximo contraste de las posibilidades: reaccionar ante la capitaliza' ción con todas sus asquerosidades. David Séchard es un estoico puri. 'taño, halla su más completa encarnación en la hipersensitiva manía del goce, el epicureismo desenfrenado y refinado de la generación p osr e voiu cionaria. El modo de composición de Balzac no resulta nunca pedante ni tiene nunca el seco aspecto "científico" de sus seguidores. La pre.sentación de los problemas materiales siempre tiene lugar en él en indivisible unión orgánica con las consecuencias de las pasiones individuales de sus héroes. Y a pesar de ello, tras esta composición que en apariencia sólo parte de lo individual siempre existe un profundo conocimiento de las relaciones sociales, una valoración más exacta délas tendencias sociales de desarrollo que tras el pedante aspecto "cientí' fico" de los realistas posteriores. Balzac compone de manera tal que el destino de Lucien, y con ello la mercantilización de la literatura, aparecen en el centro de la acción, mientras que la capitalización del sustrato material de la literatura, la explotación capitalista del progre-

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so técnico sólo constituye un colofón episódico. Este tipo de composición, que en apariencia invierte la relación aparentemente lógica y objetiva de base material y superestructura material no sólo es de una gran sabiduría artística sino también crítico social. En el aspecto artístico, por ef hecho de que la variedad en el cambiante destino de la lucha de Lucien por la fama, ofrece unas posibilidades completamente diferentes para la presentación de una totalidad multicolor y movida, que la mezquina y picara lucha de los capitalistas provincianos que estafan con éxito al inventor Séchard; en el aspecto crítico y social, por el hecho de que en el destino de Lucien es valorada toda la cuestión de la destrucción de la cultura por el capitalismo. El resignado Séchard siente exactamente que en lo esencial se trata de aprovechamiento material de su invención y que el hecho de haber sido estafado sólo significa una desgracia personal. En el derrumbamiento de Lucien se configura simultáneamente el rebajamiento y la prostitución de la literatura por el capitalismo. El contraste entre ambos personajes principales expresa felizmente las dos tendencias centrales de la reacción ideológica a la mercantilización de la ideología. La conducta de Séchard es la de la resignación. La resignación desempeña un papel muy grande en la literatura burguesa del siglo xrx. El Goethe maduro es uno de los primeros en fijar este aspecto como signo del nuevo periodo del desarrollo burgués. En sus novelas didáctico-utópicas, Balzac camina por lo general por la senda que trazó Goethe: las personas, que han renunciado o tuvieron que renunciar a su felicidad personal, son las únicas en la sociedad burguesa que persiguen fines sociales y no egoístas. Ahora bien, la resignación de Séchard tiene un encanto algo distinto: abandona la lucha, renuncia a imponer cualquier meta y quiere vivir en paz y soledad su felicidad personal. El que quiera mantenerse puro, ha de retirarse del manejo del capitalismo: esto quiere decir Séchard cuando "cultiva su jardín", sin ninguna ironía, sin espíritu voltairiano. Lucien en cambio, se lanza a la vida de París; quiere imponer allá los derechos y la fuerza de la literatura pura. La lucha le convierte en uno de los numerosos personajes de aquellos jóvenes posnapoleónicós que en el periodo de la Restauración sucumben y desaparecen espiritualmente o bien se alzan por adaptación a la sociedad de la época, que se ha convertido en no heroica; uno entre los Julien Sorel, Rastignac, de Marsay, Blondet, etc., pero Lucien ocupa entre ellos una posición muy particular. Balzac logra aquí con gran sensibilidad y valentía el nuevo tipo específicamente burgués del literato:'el escritor, como arpa de Eolo para los distintos vientos y tormentas de la sociedad, un manojo de nervios supersensible, inconstante y desorientado; un tipo de literato que sólo aparece esporádicamente en este periodo, pero que será típico para el desarrollo posterior de la poesía

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burguesa (desde Verlaine hasta Rilke); como tipo, el contraste diametral al escritor que Balzac mismo exige de la literatura, cuyo prototipo configura en la presente novela como autorretrato, en la figura de D'Arthez. Pero esta esencia de Lucien no encierra sólo una verdad extraordinariamente típica, sino que al mismo tiempo da la mejor base de acción para el desarrollo completo de las contradicciones en la capitalización de la literatura. La contradicción interna entre las facultades literarias de Lucien y su inconstancia humana le convierte en el objeto apropiado de juego de todas las tendencias literarias y políticas aprovechadas por el capitalismo dentro de la literatura. Y esta mezcla de inconstancia y anhelo de pureza, de una vida honrada y al mismo tiempo de un desmesurado pero vacilante egoísmo y un sensible deseo de goce, determina la posibilidad de su resplandeciente subida, de su rápida autoprostitución y su definitiva derrota vergonzosa., Balzac no moraliza nunca sobre sus héroes, configura la dialéctica objetiva de su auge o decadencia y siempre motiva ambas cosas a partir de la totalidad de los personajes en un efecto de cambio con la totalidad de las circunstancias objetivas y no de la valoración aislada de unas propiedades "buenas" y "malas". Rastignac, que se impone, no es más inmoral que Lucien, pero otra mezcla de talento y de moralización le convierte en un inteligente aprovechador de la misma realidad, ante la cual Lucien fracasa tanto interna como externamente, a pesar de su maquiavelismo ingenuamente inmoral. El mordaz aforismo de Balzac en su novela corta Melmoth, de que los hombres o bien son cajeros o defraudadores, es decir honrados tontos o rufianes queda'demostrado en unas variaciones infinitamente graduadas dentro de esta epopeya tragicómica de la i .telectualizaciór del espíritu. Así pues, el principio últir o de esta novela que lo une todo, es el mismo proceso social. El av, nce y la victoria del capitalismo constituyen la acción propiamente cicha. El derrumbamiento individual de Lucien recibe la última verdid por el hecho de que el derrumbamiento es el típico destino del escritor puro, del auténtico talento literario en eS capitalismo desarrollado. Pero a pesar de ello tampoco aquí la composición de. Balzac es abstractamente objetiva; no se trata de una novela del "objeto", de un "sector" de la sociedad como en los escritores posteriores, aunque Balzac presenta con la más refinada dirección ce la acción todos los momentos de la capitalización de la literatura, lermitiendo que sólo dichos momentos del capita• lismo actúen sob. e el escenario. Dicho aspecto "socialmente c o m ú n " no aparece minea de forma directa en un primer plano. Los personajes en Balz ic no son nunca "meras figuras", que expresan determinadas facetas de la realidad social al escribir. La totalidad de las determinantes sociales se expresa de forma irregular, complicada, enredada, contradictoria en el conjunto de pasiones personales y su-

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cesos casuales. La determinación de los hombres y las situaciones individuales se realiza cada vez a partir de la totalidad de las fuerzas socialmente determinadoras, nunca de una forma simple y directa. De esta forma, esta novela tan profundamente general es, a la vez y de forma inseparable, la novela de un hombre único y particular, Lucien de Rubremprés actúa -aparentemente— de forma autónoma contra las fuerzas internas y externas que retrasan su encumbramiento, que - a l parecer- favorecen o impiden su camino por unas circunstancias o pasiones personales y casuales, pero que siempre surgen de forma diferente del mismo ser social que determina sus aspiraciones. Dicha unidad diversa constituye lo particular en la grande'za literaria de Balzac. Es igualmente la expresión poética para la grandeza y la exactitud de sus opiniones sobre el movimiento de la sociedad. • En contraste con numerosos grandes novelistas, Balzac no tiene ninguna "maquinaria" (piénsese en la torre de Wilhelm Meisters L'ehrjahre). Porque cada "rueda dentada" de la " m á q u i n a " de su acción es un hombre vivo completamente perfecto, con intereses, pasiones, aspectos trágicos y cómicos, etc., específicamente propios. Un ejem'ento de este complejo general de ser y conciencia le pone en relación con el complejo de acción de la novela, pero partiendo enteramente de sus propias tendencias vitales. Ahora bien, puesto que esta conexión nace orgánicamente de los intereses y las pasiones del personaje, es vivo y necesario. La necesidad interna propia y amplia, convierte a l ' personaje en parte integrante de la conducción de la acción. Dicha concepción de las figuras de,Balzac determina al mismo tiempo la. necesidad de su proyección externa de la acción. Por muy amplias que estén construidas las acciones de Balzac, se mueven en ellas tal cantidad de masas de figuras —y por cierto de personajes qué poseen • esta plenitud polifacética de la v i d a - , que en la acción misma-sólo pueden expresarse plenamente unas pocas al mismo tiempo. Esta aparente carencia en la composición novelística de Balzac, sobre ia que descansa por otra parte su plenitud vital, hace que la forma necesaria sea el ciclo. Los personajes típicos y de importancia, que en las respectivas novelas sólo son capaces de desarrollar dé forma episódica unas facetas aisladas de su ser, se proyectan hacia fuera, exigen unas configuraciones donde la acción y el tema eslfcn escogidos de tal modo que sean precisamente ellos los que se hallen en el centro para poder desarrollar la totalidad de sus posibilidades y propiedades. (Piénsese en figuras como Blondet, Rastignac, Natham, Michel Chréstien, etc.). De esta forma la conexión cíclica está condicionada por la necesidad de la configuración de los personajes, por lo que nunca provoca una pedantería áspera como la mayoría de los ciclos^ incluso de los escritores más famosos. Porque las partes del C Í C J Q no están

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determinadas nunca por los hombres y sus determinantes externamente significativas, esto es, n i por meros periodos ni límites objetivos. ' • ' Así pues, en Balzac lo general es siempre concreto, real, y lleno dé ser. Se basa ante todo en la profunda concepción de lo típico en cada uno de los personajes. En la profundidad que, por una parte, no hace empalidecer lo individual, que no lo suprime, sino que, por el contrario, lo subraya y con ere tiza y que, por otra parte, enreda mucho las relaciones entre cada figura individual y el ambiente social del que' es producto, dentro y contra el cual actúa, pero permitiéndole manifestarse de forma clara y visible. Pero ni lo típico del personaje ni su relación con el ambiente social puede quedar reducido a un esquema. Un personaje característico completo actúa dentro de una realidad social concretamente diversa: siempre se trata de la totalidad del desarrollo social que está en conexión con la totalidad de un' personaje característico. La genialidad del don inventivo de Balzac consiste precisamente en tal selección y movimiento de los personajes, que, en cada ocasión, se encuentra en el centro de la acción aquella figura cuyas propiedades individuales son más adecuadas para ilustrar con la mayor variedad la faceta decisiva del proceso social en tiara conexión con el proceso total. De este modo, las partes del ciclo- se independizan y se vivifican como historias de unos destinos individuales'.' Sin embargo, esa individualidad proyecta siempre la ' luz de lo socialmente típico, de lo socialmente general, que por otra parte sólo puede ser separado de la individualidad de forma conceptual y por un análisis posterior. En la obra misma, ambos se encuentran indivisiblemente unidos, como el fuego se halla unido al calor que emana; así ocurre en Ilusiones perdidas con la unión entre el carácter de Lucien y la capitalización de la literatura. 1

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN D E MASAS: LA IDEOLOGÍA D E L A PRENSA L I B E R A L EN C H I L E * A. Mattelart, M. Mattelart, M. Piccini

I La ideología -escribe Adam Schaff- designa "las opiniones referentes a los problemas del objetivo deseado en el desarrollo social; opiniones que se forman sobre la base de determinados intereses de «clase, a cuya defensa contribuyen". 1

' .* Tomado de Cuadernos de la realidad nacional, número 3, Santiago de Chile, 1970. Adam Schaff. "Marxisme et sociologie de la connaissance", en L'homme et la société, Ediciones Anthropos, París, número 10, pág. 139.

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Los medios de c o m u n i c a c i ó n de masas

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Esta definición que nos indica la génesis de la ideología (las opiniones referentes a los problemas sociales, moldeadas en el sentido de los intereses de una clase social), así como la función que ella cumple (estas opiniones sirven para defender dichos intereses), es la que adoptaremos para situar la perspectiva global de nuestro estudio. A diferencia de la óptica empirista, que se detiene en el análisis simplemente estadístico del contenido manifiesto que trasmite el mensaje del medio de comunicación de masas, lo que nos interesa principalmente a nosotros, es el contenido latente de estos mensajes. El medio de comunicación de masas es contemplado aquí como el soporte de un conjunto de mensajes implícitos y estructurados, expresión del sistema de valores de una clase social determinada; sistema que defiende los intereses de dicha clase social y da origen a comportamientos prescritos, frente a tal o cual problema social. Con el fin de señalar el nivel ideológico de los discursos humanos, 'materializados en diarios, revistas, films, emisiones de televisión, etc., Barthes habla de las "connotaciones" del lenguaje; leguaje secundario, por oposición a las "denotaciones" o lenguaje primario (corriente y "objetivo"). Greimas, por su parte, prefiere la expresión "nivel m í t i c o " . En una palabra, el análisis ideológico del contenido del medio de comunicación, trata de percibir el "sistema de los significados segundos". 2

Por consiguiente, el problema de solución más difícil en el estudio de los contenidos latentes, consiste en identificar las estructuras que dan coherencia al mensaje y, en último análisis, organizan en un sistema el cuadro interpretativo de los medios de comunicación de'masas, a propósito de los fenómenos sociales. La insuficiencia del análisis del contenido manifiesto, deriva precisamente de que el empirismo, desembocando forzosamente en la "asociación a t o m í s t i c a " de unidades nocionales, está imposibilitado para descubrir el principio que preside a la organización del discurso y, por tanto, de unificar sus diferentes elementos. De ahí sü carácter simplemente descriptivo y su alergia a la explicación. En este sentido, la lectura ideológica permite Jescodificar el sentido que tienen los mensajes, los cuales, a primer vista, pueden parecer banales, como, por ejemplo, los contenidos en las crónicas o emisiones acerca de la dietética, la moda, las crítfcas literarias, pinematográficas o teatrales; o los más clásicos, y a veces más explícitos, 3

2

J. B. Fages. Le structuralisme en procés. Ediciones Privat. Tcrulousse, 1968, pág. 46; A. J. Greimas, Semantique structurale, Ediciones Larouse, París, 1966. Ver tamHién el conjunto de los libros de Roland Barthes, a los cuales nos referimos a lo largo de todo nuestro trabajo, especialmente: Mytholigcs, 1958: Systéme dclamode, 1967; Le degréféro de ¡'escriture, 1953. Según expresión de Jean Piaget, en Le structuralisme, PUF, París,*] 968. 3

Cap. 5. Selección de textos

La mitología

contenidos en los editoriales de los periódicos, de la radio o de la televisión. Todo lenguaje analizado a través del filtro de la ideología, aparece preñado de sentido ideológico, ya que revela la filigrana de una sociedad aprehendida en su totalidad, así como la inmanencia de los intereses que dicha sociedad protege. Desde este punto de vista, los mensajes implícitos revelados en las revistas románticas o en los seminarios juveniles, pueden ejercer una funciqfai mucho más "represiva" (en el sentido mercusiano de la palabra) en los estratos sociales sometidos intensamente a ellos, que la propaganda política más sutil. Por definición, esta última es más explícita y descubre la finalidad de su discruso al expresarse, llegando bajo una sola dimensión al auditorio ya advertido. Los primeros, al contrario, encuentran desprevenido al auditorio en la mayoría de los casos y cubren todos los sectores de las representaciones. De este modo, el mensaje implícito puede invadir libremente el campo de su subconsciente. Los medios de comunicación de masas que consideramos en nuestro estudio, pertenecen a la esfera de una ideología de clase dominante, y constituyen los soportes de la ideología llamada genéricamente burguesa. Por tanto, reflejarán "la visión del mundo" ("un punto de vista coherente y unitario acerca del conjunto de la realidad", según palabras de L . Goldmann), que tiene esta clase y que ella desea hacer aceptar como la única razonable, la única objetiva y, por consiguiente, la única universal. En la medida en que esta clase monopoliza los medios de producción y domina la estructura del poder de la información, será su visión particular del mundo, la que tenderá a imponerse como visión general de este mismo mundo. Pues, como dice Marx: "Los pensamientos de la clase dominante son también, en todas las épocas, los pensamientos dominantes; en otras palabras la clase que es potencia material dominante en la sociedad, es también la potencia espiritual". Nuestro objetivo principal ha de ser, pues, el de establecer la manera c ó m o la clase dominante eleva - p o r medio del periódico o la revista - su verdad y sus intereses, al rango de verdad y de intereses universales; su concepto del bien y del mal, al rango de las categorías morales atemporales del bien y del mal. En sentido más operacional, la ideología burguesa puede ser considerada - en el medjo de comunicación de masas- como un conjunto de mecanismos de reducción de los fenómenos y de los procesos sociales a la escala del sistema de valores de la clase dominante. No nos interesan las "mentiras de la prensa liberal", sino los mecanismos de su mistificación. .La categoría moral de la "mentira", que algunos utilizan para juzgar tal o cual diario, depende todavía demasiado del concepto mo4

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L . Goldman: Recherches dialectiques, Ediciones Gallimard, París, 1959, pág. 46. K. Marx y F . Fngcls: L'Ideologie Allemende, Ediciones Sociales, París, 1968, pág. 74.

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ral impuesto por la burguesía, para ser capaz de poner, al. desnudo las falacias de la ideología burguesa. Solamente la desarticulación de los significados segundos o, en otras palabras, de la racionalidad burguesa, como sistema total de interpretación de la realidad, puede darnos a conocer los resortes ocultos de su empresa de persuación, llevada a cabo en el periódico o la revista. Empresa que, repitiendo las palabras de Marx, logra hacernos ver a los hombres y sus relaciones, con la cabeza hacia abajo, como una cámara oscura.

L A MITOLOGÍA Los mecanismos reductores de la realidad, a los que hemos aludido, pueden agruparse bajo el nombre de mitos, y constituyen la mitología burguesa. El mito, en esta ideología, cumple una función determinada: sitiar a las fuerzas capaces de contrariar o desenmascararla impostura de la clase dominante y su sistema. Cumple esta función explicando la realidad por medio de los mismos principios que sirven de cimientos al sistema. El mito no oculta la realidad del fenómeno, no niega las cosas (la negación y el rechazo del hecho empírico, sería más bien actitud propia de una prensa oscurantista); hace, por el contrarió,desaparecer el sentido indicativo de una realidad social que dicho fenómeno podría tener, asignando a este fenómeno una explicación que oculta las contradicciones del sistema. En último análisis, esta explicación aparente no traspasa nunca el nivel de la constatación, ya que jamás trasciende el sistema social existente. Como escribe Barthes„el mito vacía de lo real los fenómenos sociales, deja al sistema inocente: lo purifica. En cierto modo, priva a estos fenómenos de su sentido histórico y los integra a la "naturaleza de las cosas". Por ejemplo, dando una explicación coherente con el sistema de valores de la burguesía a la rebelión juvenil, el mito permite dar a lo insólito'(el emerger de una fuerza de protesta) un rostro conocido o cognoscible; en upa palabra "banaliza" la información. El público - a u d i t o r , ' lector o espectador- al recibir el fenómeno "rebelión juvenil" explicado (o mejor, constatado) con los instrumentos del sistema, por el medio de comunicación de masas, lo encontrará "natural" y no tratará,de interpretarlo como fenómeno que pone al descubierto las crisis que afee; tan a las estructuras de la sociedad existente y la p í n e n ' e n tela de juicio. Así por ejemplo, el beatnik o el hippie, vaciados de su contenido de oposición a los valores ético sexuales de la sociedad imperialista quedan asimilados a una corriente poética o a un grupo que cultiva la holganza. El mito, 'pues, domestica la realidad, la anexa 6

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Ver Roland Barthes: Mythologies, Ediciones de Scuil, París, 1958.

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Cap. 5. Selección de textos

en provecho de una pseudorrealidad: la realidad impuesta por el sistema, la cual no es "real", sino admitiendo las bases sobre las cuales se halla edificada la ideología burguesa (la clase dominante como parámetro de objetividad y universalidad). A nuestro parecer, y tomando en cuenta su modo de operar, así cqmo' los efectos que tienen sobre el sistema, los mecanismos 'de reducción'a los que aludimos, deben considerarse desde dos puntos'de vista: 1. la recuperación y 2. la dilución. Podemos hablar de 'estrategia de recuperación, cuando el procedimiento empleado por el medio de comunicación de masas, para privar de cebo al fenómeno social, viene a alimentar la dinámica del sistema social que lo absorbe. Uno de los ejemplos más clásicos que tendremos ocasión de estudiar en lo sucesivo, es el conjunto de las estrategias empleadas, para recuperar la protesta política de la juventud, estrategias por medio de las cuales la clase dominante, promoviendo su noción del orden! asegura para si el control del proceso represivo. Por el contrario, nos encontramos en presencia de una estrategia-de dilución, cuando el medio de comunicación social prive al fenómeno de su sentido conflictivo y lo integre en el background o fondo de representaciones estereotipadas. Uno de los casos más típi'cos es el de la íotonovda, en la cual, el llamado "orden del corazón" disuelve lo social. En otro registro, reteniendo solamente ciertos símbolos formales de hippie (por ejemplo las flores sicodélicas) la prensa diluye la finalidad de protesta ético sexual de una parte de la sociedad tecnocrática. Sería erróneo creer que los administradores del mito se encuentran solamente en la clase llamada dominante, o grupo que monopóliza el poder económico y el poder de la información. El medio liberal de comunicación de masas, no es el único vehículo de propagación para los mitos. En realidad éste no hace otra cosa que ratificarlos, reactualizarlos diariamente; o sea, en cierto modo, expresarlos y comunicarlos, haciéndolos aflorar a la superficie de la sociedad. La sociedad -moldeada por la clase dominante- en la que se inscribe 'nuestra actividad social e individual, es una sociedad construida de acuerdo al "proyecto" burgués y, como tal, se halla marcada por la ..mitología destinada a racionalizar y justificar las instituciones ins• tauradas por esta clase. Los "pensamientos dominantes", en efecto, se institucionalizan; se encarnan en instituciones que, a imagen de esos pensamientos, reflejan el concepto de la clase dominante respecto a las instituciones capaces de conferir a su sistema todas las garantías de estabilidad y de armonía en las relaciones sociales, ambas cosas vitales para la protección de sus intereses económicos. El orden social, presentado como orden natural, independiente de los intereses de clase y

La milotogía

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elaborado - c o n gran refuerzo de doctrinas morales y jurídico polít i c a s - para defender valores llamados universales (libertad, democracia, justicia, etc.), es en realidad un orden burgués cuyo origen' se ha perdido de vista y que impregna todas las representaciones colectivas. Los componentes mismos de la idiosincrasia nacional (otro concepto al parecer unificante) son' la imagen formada por la clase dominante acerca de lo que debe ser el patrimonio idiosincrásico del país. Esta inmanencia de la burguesía al nivel de todas las instituciones de la sociedad, multiplica considerablemente los efectos de la función conativa (o función persuasiv;¡ del auditorio) que tiene el medio de comunicación libera!. En la medida en que el destinatario del mensaje trasmitido, se halle ya inmerso en una institucionajidad burguesa reflejada en el soporte del mensaje, la interacción receptormensaje, tiene todas las probabilidades de consolidar las representaciones colectivas que legitiman (y al mismo tiempo son creadas por ella) las estructuras de la sociedad existente. L a estrategia de persuaden del auditorio., se halla edificada en cierto modo sobre un argumento ad hominem por lo cual, se confunde a! auditor o al lector, oponiéndole sus propias palabras o sus propios actos. El poder dei medio liberal se halla así reforzado por una infraestructura menta! que este medio endosa, a veces subrepticiamente, pero siempre de •manera eficaz. Porque, aunque el receptor "ideologizado" muestre clara desconfianza hacia la zona política de la ideología burguesa "y hacia las correspondientes representaciones de esa prensa, por ejemplo, queda amplio margen de zonas aparentemente neutras, que e! consenso general admite como naturales, es decir, incontaminadas e incontaminables por ios intereses de clai-e. Ahora bien, son estas zonas intermedias, en apariencia sin peso ideológico, las que-configuran los rasgos de la personalidad burguesa y pactan a fin de cuentas con la determinación política de la clase dominante. A la inversa, muchos aspectos de la prensa de izquierda muestran penetración de la ideología burguesa que los ha hecho formar filas -demasiado rápidamente - en el registro "neutro" de los dominios o de los procedimientos que son reflejo más sutil del orden burgués. (Véase por ejemplo, la estrategia de reducción aplicada por parte de esta prensa a los grupos extremistas). ^ Precisamente porque este orden burgués está internalizado en cada individuo, es decir, que penetra sus costumbres, sus gustos, sus reflejos, independientemente del estrato social del que forman paite, adquiere este estatus de universalidad y es promovido al rango de orden natural. Para convencerse, basta referirse, a título de ejem7

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Citemos a Barthes: "Practicadas nacionalmente, las normas burguesas son vividas como leyes evidentes de un orden social: cuando más propaga sus representaciones la clase burguesa, más se nacionalizan estas representaciones. E l hecho burgués se absorbe en un

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Cap. 5. S e l e c c i ó n de textos

pío, a un acontecimiento que hubiera podido quedar en el rango de sucesos. Se trata de la agresión a un periodista de Concepción. Este acontecimiento permitió calibrar hasta qué punto se produce, en primera instancia, un consenso que es solamente entre representaciones colectivas. El análisis semántico de las declaraciones que siguieron directamente al atentado -demasiado precipitadas, por otra part e - y hechas por los diversos sectores, indican una línea de continuidad entre las representaciones de los sectores, cualquiera que sea su determinación política. El consenso de la indignación se realiza en nombre de valores llamados universales, pero que, en realidad, no son sino valores apoyados sobre realidades burguesas y que sirven para mantenerlas. La indignación nacional se produce con mayor facilidad por ser el hecho original de naturaleza moral, cosa que para muchos y de manera paradojal, es un dominio axiológicarnente neutro. Es interesante hacer notar que todas las declaraciones se creían obligadas -desde las primeras palabras y para no romper el consenso e incurrir en las iras de un auditorio indignado- a condenar la inmoralidad del atentado. Todos caen en la trampa cuando la esfera de esta moral gira en tomo a lo sexual. (El sexo ¿no es una categoría biológica, natural, y por tanto sin implicaciones ideológicas?). }Y la puerta está abierta para que una condenación tan rápida, .en nombre de principios morales, degenere en defensa de las libertades llamadas democráticas: libertad de prensa, condenación de la violencia, etc. Es el principio burgués de la defensa de la libertad de prensa que, como veremos, no es en realidad sino la defensa de la propiedad de los medios de comunicación social, por grupos monopolistas que, mientras estigmatizan la inmoralidad de un grupo político, presunto autor de un atentado, silencia la inmoralidad de la prensa amarilla, representada por la víctima de la agresión. Sólo después de reponerse y en un acto reflexivo - m o t i v a d o por la violación de la a u t o n o m í a universitaria fuera de algunas personas que lo hicieron en los primeros días, apareció el hecho cargado de un "significado segundo" a los ojos de otros sectores. Más adelante se nos presentará la ocasión de volver sobre este tema.

LAS R E P R E S E N T A C I O N E S C O L E C T I V A S

Las representaciones colectivas

colectiva asimilada por los individuos, llega a constituir un sistema • de autorrepresión y de autocensura que la convierte en uno dé los instrumentos más eficaces de la dominación social. ¿Por qué? 1. El orden burgués promovido al rango de orden natural, puede ser administrado por clases que no sean la clase dominante-. Como el único poder real es el poder sobre las fuerzas de producción, la burguesía hegemónica puede consentir en conceder delegaciones de poder político, ya que en las representaciones colectivas o .manera de concebir el orden, la justicia, la represión; o lo que son o deben ser el arte, la cultura, la educación, etc., la presencia burguesa se Halla latente y asegura el consenso fundamental. Por medio de la representación colectiva indiscernible de su experiencia vivida, dominado se convierte a sí mismo en agente de su alienación . Por este motivo, las burguesías manifiestan absoluto sentido de contingencia respecto de la forma política de dominación, y pueden sentirse tan conformes con una democracia formal, como con un régimen dictatorial ilustrado. (Sus llamadas a la sedición se encuentran con demasiada frecuencia en la prensa liberal, para que nos engañemos sobre este punto). El nudo gordiano de los fracasos (o de sus victorias a lo Pirro) de los regímenes reformistas, se halla precisamente ahí:' las estrategias neocapitalistas de desarrollo -agrupadas generalmente bajo el nombre de desarrollismo - al emprender reformas parciales, como la, reforma agraria, no ven la importancia de estas representaciones colectivas y, creyendo en su evolución mecánica, veri que sus esfuerzos son recuperados por el orden burgués, el cual crea entonces para el campesino emancipado, el ideal de la nueva clase media rural y el acceso a la sociedad de consumo. La importancia del medio de comunicación de masas aparece aquí como v i t a l . El mensaje reformista 8

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Althusser precisa el significado de la "experiencia vivida" en los términos siguientes: "La ideología es sin duda, un sistema de representaciones; pero estas representaciones, en su mayoría, son imágenes y a veces conceptos; pero, sobre todo, se impenen como estructuras a la inmensa mayoría de los hombres, sin pasar por sus conciencias. Son objetos culturales percibidos -aceptados- soportados, que actúan funcionalmente sobre los hombres, mediante un proceso que les escapa. Estos hombres "viven" su ideología como ef cartesiano' "veía o no veía" (si no la fijaba) la luna a doscientos pasos: en absoluto como una forma de conciencia, sino como un objeto de su "mundo mismo". La revolución teórica de Marx, Siglo XXI, México, 1967, cap. /. 9

Mientras los individuos y los diversos grupos sociales no logran diferenciar - p o r medio de un esfuerzo de desmistificación- sus representaciones y el orden que les ha dado origen, la representación

Gramsci, para designar la fuerza unitaria de la ideología, hablaba de ésta en términos metafóricos, utilizando la palabra cemento, destinado a consolidar el edificio social. (Ideología: "Concepción del mundo que se manifiesta implícitamente en el arte, en el derecho, en la actividad económica, en todas las manifestaciones de la vida individual y colectiva. En otras palabras el problema que se presenta es conservar la unidad ideológica en ^odo el conglomerado social, el cual, precisamente, se ve cimentado y unificado por esta ideología determinada"). Gramsci A., Oeuvres choises, Ediciones Sociales, París, 1959, pág. 22. A título de ejemplo, durante una encuesta realizada a comienzos de 19j69 entre campesinos de la provincia de Colchagua, una zona especialmente afectada por la R. A., el 5496 de los campesinos escuchaba la radioemisora Agricultura, administrada por terratenientes. 1 0

L n o X con mayor seguridad".

Mythologies. Op. at., pag. 249.

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Cap. 5. S e l e c c i ó n de textos

Las representaciones colectivas

trasmitido en las campañas de concientización desarrolladas por los organismos oficiales, entra en conflicto con el mensaje tecnocrático del medio de comunicación social, monopolizado por la clase dominante (fenómeno agravado en la misma medida en que la reforma agraria es sólo un fenómeno parcial y no masivo; y en la medida, además, en que dicha reforma no corresponde a cambios paralelos de las estructuras urbanas en la industria, en la banca, etc.). Es muy significativo que la sociología burguesa, al tratar los fenómenos de anomía en los países del Tercer Mundo - d e esa ausencia de concordancia entre la experiencia cotidiana y las normas que sirven dé cuadro a esta experiencia y debieran regularla- centre siempre su análisis causal en los cuellos de botellas provocados por las modificaciones de las estructuras asociadas a la modernización de la economía. Pero'el problema principal no' radica en estos inconvenientes, n i puede explicarse de manera total y satisfactoria por la fórmula mágica de la transición. Las contradicciones que producen en la personalidad del campesino recién emancipado, no son otra cosa que la proyección de las contradicciones de la sociedad burguesa, que deja subsistir institucionalmente el mecanismo de las políticas y de las teorías desarrollistas.. En efecto, es muy probable que esta anomía no sea un gollete de éstrangulamiento pasajero, una discontinuidad transitoria, sino un rasgo persistente, característico de la esencia misma de la sociedad burguesa, en estado puro o "remozado" por la tentativa reformista. '•Una vez más, esta observación nos muestra claramente cuan aprisionada se halla la sociología burguesa dentro del cepo del statu quo; hasta qué punto se encuentra desprovista de las categorías conceptuales más elementales cuando se trata, no ya de legitimar las estructuras de la sociedad existente y de integrar el individuo en esta sociedad "modificada", sino de transformarla radicalmente, sustituyendo los principios sobre los cuales se encuentra edificada, es decir, tratando de suprimir la fuente de los antagonismos sociales y la reificación burguesa del hombre. 2. La permanencia de estas representaciones burguesas colectivas, vividas como naturales, escinde la personalidad del hombre revolucionario e instala en él una personalidad conflictiva. "La forma cultural burguesa nos separa, contra nosotros mismos, desdé dentro de nosotros mismos... La burguesía está én nosotros como un obstáculo para comprender y realizar el proceso revolucionario..." Dualismo que "divide al hombre en sensibilidad propia y racionalidad externa, que abre un abismo entre lo subjetivo y lo objetivo". Siendo 11

1 1

L.Rozitchner: "La izquierda sin sujeto", en: Pensamiento Crítico, La Habana, enero 1968, pág. 162. Este mismo autor añade: "Las soluciones capitalistas mantienen la persistencia en el desequilibrio y la desintegración... las soluciones ratificadas por la cultura burguesa, adecuadas a sus categorías de ordenamiento y de acción, son las que mantienen

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imposible la marginalidad absoluta, la autoalienación del individuo que vive las contradicciones de la sociedad burguesa, llega a ser una regla de supervivencia que lo inmuniza preventivamente contra otras representaciones. Esto explica el hiato inmenso que se abre entre la determinación política y las representaciones éticas y estéticas, marcadas por la racionalidad burguesa, en la personalidad del hombre de izquierda. De a h í la escisión entre las actitudes de determinación política y las que se observan frente a las instituciones burguesas. Esta incongruencia entre las actitudes, ha sido estudiada ya e m p í r i c a m e n t e . Recordemos solamente este caso flagrante, .que instala la contradicción en la personalidad de los jóvenes revolucionarios: la incoherencia entre las actitudes de radicalización política y é l concepto de la mujer y de la familia, calcado sobre el modelo más puro de familismo burgués. Es de temer que, en el dominio de la imagen d é l a culera, la autoalienación sea tanto más fuerte cuanto más haya neutralizado este dominio la burguesía, elitizándolo. 15

Los representantes de la sociedad burguesa explican este maniqueísmo de la personalidad, que aisla la determinación política de las representaciones, por el asincronismo en la evolución de la personalidad, de la cultura y de la sociedad, asincronismo inherente a las sociedades en tránsito de una fase tradicional a otra moderna. Las categorías tradicionalismo-modernismo tienen nuevamente, a su parecer, la virtud mágica de poder explicarlo todo; pero en realidad no explican nada fundamental. No hacen más que introducir en la explicación.un nuevo maniqueísmo que desideologiza el sentido de la personalidad conflictiva. Hemos aludido ya el hecho de que las nociones moderno y tradicional, no son valorativamente neutras. Con anterioridad a la elección de estas categorías, existe una elección ideológica referente al tipo de sociedad en la cual dichas categorías, al insertarse en ella, 13

-en vez de resolverlos- estos desequilibrios. El individuo sometido al sistema de producción capitalista -producción de objetos y de ideas- encuentra preformados en la culturi que recibe - e n sí mismo- aquellos modelos de solución que vuelven nuevamente a sumirlo en el conflicto y acondcnarlo a la frustración y a la falta de salida", pág. 155. Los estudiantes de la Revolución de Mayo en Francia, respondían a quienes les reprochaban confusión en las ideas, no saber lo que querían: "Si el objetivo consiste en dar nacimiento a "verdaderas relaciones humanas", la cuestión no es partir de dichas relaciones; en primer lugar porque no existen y, además porque nuestra imaginación alienada no nos permite entreverlas, sin que esta imaginación sea alienante ella misma como lo es todo idealismo. La nueva sociedad no debe ser imaginada, sino creada. Es preciso crearla c imaginarla al mismo tiempo en un proceso activo de dcsalienación, proceso que no debe confundirse con el desconocimiento pasivo, que sería la alienación suprema". Consúltese C. Lalive d'Epinay: "Apuntes sobre el fenómeno estudiantil europeo" en Cuadernos de la Realidad Nacional, Santiago, número 2, enero, 1970. , J

A. y M. Mattelart: Juventud chilena: rebeldía y conformismo. Editorial Universitaria, Santiago de Chile, en prensa. 1 3

Véase, acerca del carácter bipolar de esta teoría las críticas hechas en este sentido por C . W. Mills; en: L'imagination sociologique, Ediciones l'rancois Maspero, París, 1967.

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Cap. 5. Selección de textos

adquieren reaiidad histórica. Concebido originalmente como tipo ideal que facilita las tareas del análisis de las sociedades, lo moderno ha llegado a ser un modelo teleológico de estratificación social y de cultura, sinónimo de una sociedad de abundancia, en la que domina lo tecnológico que celebra el crepúsculo de las ideologías. Nada más ambiguo, por ejemplo, que definir el "modernismo" de las actitudes respecto ai estatus de la mujer. El concepto mismo de emancipación femenina - e x p r e s i ó n de ese famoso modernismo- varía totalmente según se mire a la luz de la racionalidad burguesa, o a través del lente desmistificador de la racionalidad marxista. Para la primera, la redistribución de los papeles en el interior de la familia y de la sociedad, desemboca fatalmente en la degeneración feminista, donde los papeles del hombre y de la mujer asumen una nueva definición a expensas del antagonismo, y donde se proyecta el principio individualista sobre el cual se halla construida la sociedad burguesa, principio que aisla a la mujer de los demás grupos sociales. Para la segunda, la igualdad de los sexos no es sinónimo de asimilación ni tampoco aisla el grupo femenino del resto de los grupos sociales, sino que hace de él un elemento de presión tendiente a lograr la transformación de las estructuras y mentalidades de la sociedad. Por otra parte, la actitud considerada moderna para la mujer de clase media superior, en una sociedad de estratificación rígida, no puede inscribirse en el registro de la modernidad sino de manera muy relativa. Mientras la mujer realiza su emancipación, o sea, trabaja, estudia, etc., a costa de la explotación de otras clases, por la permanencia de servicios domésticos; y mientras la distribución de papeles no sea paralela, porque el marido no está obligado a redefinir su papel, es difícil afirmar que existen actitudes decididamente modernas. Este ejemplo hace ver claramente la necesidad de considerar la dimensión ideológica, si no se quiere hacer servir el modelo bipolar de la transición a cualquier fin que sea precisamente el rechazo total del cambio social. Estas pocas observaciones parecen adquirir importancia, por cuanto, como tendremos ocasión de verlo más adelante, el medio de comunicación de masas liberal, pretende también por su parte - i g u a l que la sociología burguesa- imponer la neutralidad social de la tradición y de la modernización. Estas observaciones son también fundamentales para situar el trabajo desmistificador que define el análisis de la ideología implícita: se trata de descubrir las contradicciones del sistema burgués en todos los niveles de la producción social (económico, político, jurídico, moral) y su proyección en los individuos. En esta empresa, el examen de los mensajes trasmitidos por el medio de comunicación de masas, es solamente uno de los numerosos aspectos

El estereotipo social.

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del trabajo para descubrir esos "núcleos de obstrucción racional"',' que la burguesía ha instalado en la sociedad y en los individuos. Mirado desde este punto de vista, podemos caracterizar el modo de operar del periódico y de la revista liberales, como la búsqueda de una justificación y racionalización de las contradicciones inherentes a la forma de producción capitalista. Por otra parte, veremos - a medida que las fuerzas sociales .que enjuician al sistema emprendan acciones más y más opúestas'a la institucionalidad burguesa que los recursos arguméntales utilizados por el diario, la revista etc..., serán cada vez más draconianos y desenmascararán progresivamente la red implícita de la ideología burguesa. Se presenciará una escala de violencias y de protestas que variarán de acuerdo a su carácter más o menos revelador de las contradicciones de la sociedad, y a cada fase corresponderán estrategias de recuperación de la reivindicación, que se escalonarán conforme al grado de desquiciamiento que esta protesta cause a dicha institucionalidad.

EL ESTEREOTIPO SOCIAL Último punto importante, antes de cerrar esta exposición de la ideología: la relación entre esta última y los estereotipos. La ideología burguesa, tal como la hemos definido anteriormente, puede caracterizarse diciendo que es el establecimiento de Una racionalidad en el cuadro de un sistema social determinado. La ideología se halla, pues, relacionada con la formación de conceptos que tienden a presentar categorías de pensamiento lógico (lógico en la medida en que se aceptan los presupuestos epistemológicos sobre los cuales se halla edificada la ideología). Globalmente su modo de aprehensión de la realidad, se realiza por medio de proceso cognoscitivo que se conforma al criterio de objetividad que da coherencia interna al sistema conceptual. Los conocimientos - v i s i ó n del m u n d o - que cristalizan los conceptos, condicionan y orientan los comportamientos y las actitudes de los individuos. El estereotipo, al contrario, es la resultante de un modo de captación pragmática de la realidad, en la cual interviene la actitud emocional y volitiva de los individuos o grupos sociales* Resulta, pues, un modo esencialmente subjetivo de aproximación; dominado por el valorativo. Por ejemplo, los estereotipos sociales que fijan cierta imagen de la clase obrera o de la clase superior, imagen capaz de guiar los comportamientos entre las clases sociales, se expresan en juicios de simpatía, de hostilidad^ de indiferencia. 1 4

L . Rozitchner, art.,cit.

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Cap. 5. Selección de textos

El estereotipo social

121 y

'Sin embargo, es difícil separar la aparición de los estereotipos de la ideología, y viceversa. En efecto, ambos - b a j o formas diferentes- traducen un determinado sistema de valores. Es así como lbs estereotipos sociales, tales como: "el proletario es sucio", "el negro es perezoso", pueden darse solamente en una sociedad cuya ideología institucionalizada, esté construida sobre un sistema de valores que admita la explotación social. Los estereotipos de la suciedad y de la pereza, no son otra cosa que la expresión emocional - a nivel de la r e a c c i ó n - de un conjunto de relaciones sociales racionalizadas en el sistema de dominación. El estereotipo viene a explicar a,cjuí una situación de miseria y, por tanto, a justificar la explotación •o marginalización del proletariado, o el empleo de la fuerza para obligar a trabajar al colonizado y explotar sus riquezas. Puede verse ya el lugar que ocupará el estereotipo en el medio de comunicación social liberal, cuando se trate de hacer pasar, a clase que no tienen acceso a la captación objetiva de la realidad, el mensaje de la explotación y la consiguiente delegación de poder, para tomar el relevo en esta explotación, llegando así a constituir subconjuntos ideológicos, relacionados todos con una matriz: la ideología burguesa. Igual que la ideología, el estereotipo social es un producto elaborado por la clase dominante. De ahí que los estereotipos referentes a la personalidad modal de un país (por ejemplo, en Chile: el chileno, inglés de Sudamérica) expresa la visión de una sola clase acerca de esta personalidad modal, la cual no toma en cuenta el hecho de que la existencia de una estratificación social rígida, origina subculturas muy diferentes unas de otras. Esta constatación no impide esta otra: que ciertos grupos sociales pueden crear estereotipos a n t í d o t o s tomados en préstamo de otras realidades sociales, diferentes a las de la clase dominante; pero en estos casos, tales estereotipos quedan cerca' dos por la ideología dominante. Lo que afirmaba Lenin de la cultura nacional, permanece totalmente válido: "cada cultura nacional comporta elementos -hasta algunos no desarrollados- de una cultura democrática y socialista; pero en cada nación existe, de igual modo, una cultura burguesa... no sólo en el estado de "elemento", sino bajo la forma de cultura dominante". ' Si tuviésemos que comparar la ideología con el estereotipo, podríamos recurrir a los análisis de Adam Schaff. "Hay, como parte integrante de toda ideología, ciertos estereotipos de grupos humanos, de oficios, de comportamientos, etc., enlazados con el sistema de valores reinante en cada caso. La ideología no es, pues, idéntica al 1 5

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estereotipo; tampoco está en relación de clase o de subclase, aunque la ideología y los estereotipos se hallen estrictamente relacionados y ejerzan influencia mutua unos sobre otros. Porque así como los estereotipos influyen sobre la formación de los estereotipos sociales". " Este conjunto de observaciones nos permite añadir otra variable en la lectura ideológica del medio de comunicación de masas. En realidad, los mecanismos racionalizantes de la .dominación burguesa, no varían sustancialmente en el espacio ni en el tiempo. El análisis paralelo de las prensas liberales europea y chilena, por ejemplo, no arroja diferencias esenciales en cuanto a los procedimientos a los cuales recurren con el fin de recuperar la protesta juvenil. Y, si leemos los precursores de la ideología burguesa, tales como Adam Smith y Malthus, encontramos ya una acabada elaboración del vocabulario de la mistificación de una clase que decreta su cuadro conceptual, como el único representativo de la racionalidad. Pero es preciso admitir que el tipo de burguesía dominante, así como el sistema de producción que le da forma, es elemento determinante en la fijación de estos estereotipos y de su interacción coi) la ideología. Es claro que los estereotipos de grupos de hombres, de profesiones, de comportamientos, a los que se refiere Adam Schaff como parte integrante de toda ideología, difieren mucho entre una sociedad donde la burguesía conquistante ha realizado una revolución industrial, y otra donde la burguesía dependiente ha rehusado sistemáticamente la industrialización y ha impedido el deslizamiento de la estructura social. Habrá diferencia, no sólo en las categorías de los estereotipos, sino también en su posibilidad de aterrizaje en las actitudes y comportamientos capaces de mayor o menor efectividad. La internalización de estos estereotipos, se halla efectivamente en relación directa con el grado de conformismo y de acriticismo que exige la sociedad a los individuos o a los grupos sociales. Es evidente que no podemos agotar por el momento este tema, ya que constituye uno de los objetos de'diversas lecturas ideológicas, que aspira a disecar los estereotipos de la prensa liberal chilena, y a descubrir sus relaciones con la racionalidad burguesa. Así pues, solamente al final de este estudio podrán avanzarse ciertas hipótesis que precisen este punto. 17

1

1 S

Esto és cierto para los subconjuntos ideológicos. ' Citado por Nikos Poulantzas: Pouvoir politique et Classes Sociales, Ediciones F . Maspero, París, 1968, pág. 226. 1 6

1 7

Adam Schaff: "Langage et action humaine", en /. 'Homme et la Société, F.dicioncs Anthropos, Paris, numéro 3, pdg. 44.

ó CONCLUSÍONES Hemos visto que el concepto de comunicación puede entenderse como el acto de relación mediante el cual dos o más sujetos evocan en común un significado. ' • ' Este significado puede o no tener el mismo sentido, el mismo "uso espiritual". Y este sentido nunca será unidimensional, podrá interpretarse de diversas maneras. Lo importante es que por.lo menos haya un sentido preponderante que tanto el emisor como el receptor entiendan. Hemos definido el concepto de información como un conjunto de mecanismos que permiten al individuo retomar los datos de su ambiente y estructurarlos de una manera determinada, de modo que 1« sirvan como guías de su acción. Estos dos conceptos se oponen y se complementan. Es de,e'ir, una nueva información se opone a las informaciones anteriores que dirigían de una manera determinada la acción. Si este modo de informar la acción no se comparte con otros sujetos, la comunicación se rompe _ •entreellos. ' ; La comunicación cohesiona y conforma la sociedad, mientras que la información tiende a romper con esa cohesión y a renovar las pautas de relación. Sin embargo, ambos conceptos son inseparables. Estos conceptos deben estudiarse dentro de su contexto y, para hacerlo, las diversas corrientes teóricas proceden de .tfistintas'maneras. Un instrumento fundamental para el estudio sociológico de la comunicación-información es el de estructura social: según la concepción que se tenga de estructura social, habrá modos maso menos opuestos de estudiar lo que nos ocupa. Los conceptos de medios de •comunicación, de retroalimentación, de código, de emisor, de receptor y las formas de su evolución estarán marcados por el modo de concebir la composición de la sociedad. 123

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Cap. 6. Conclusiones

Los funcionalistas tienden a concebir la estructura social como una interrelación que se manifiesta a nivel fenoménico; pues todos podemos constatar que una institución cubre necesidades de otra y ésta a su vez, de otra, formando entre ellas un orden social. Se suelen utilizar un símil biológico para ejemplificar este conjunto de interrelacio¡lés ordenadas; a la manera como los órganos cubren necesidades o realizan funciones los unos con respecto de los otros, para que el organismo funcione adecuadamente. Dentro del funcionalismo hay diversos conceptos de estructura; al parecer, todos ellos concuerdan en que este orden puede verse al nivel de los fenómenos si se observan metódica y atentamente. Los hechos, entonces, pueden ubicarse en su contexto como producto de instituciones o de individuos inmersos en un conjunto institucional y correlacionarse, para establecer tendencias probables. Para el científico estructuralista, las estructuras no se manifiestan a lá observación atenta y ordenada. Hay que construir "simulacros" lógicos que nos permitan comprender los hechos que la vida social ha impregnado de significación, ya que el sentido social de estos hechos nos revela el carácter social de la conducta. Estos simulacros son las estructuras, o, si se prefiere, los modelos estructurales. Éstos se han elaborado a partir de la lingüística de Saussure. Enuncian las relaciones sintácticas y semánticas de la vida social. Con los modelos se pretende descubrir las reglas inconscientes que estructuran las normas sociales. Para la corriente marxista, el nivel de los fenómenos directamente observable es muy importante, no porque nos explique las relaciones estructurales, sino porque es precisamente lo que se debe explicar. Por otra parte hay que buscar las estructuras significativas y construir modelos lógicos, ya que la organización social no es algo que se presente con claridad.. Pero también considera, y en esto es distinta a las dos corrientes anteriores, que el pensamiento de los actores sociales está condicionado por su práctica material concreta. El modo o los modos en que se enfrentan las clases sociales para constituir un tipo dé sociedad, en determinadas condiciones materiales, condiciona sus conciencias: la infraestructura condiciona de distintas maneras las superestructuras, así como está condicionada a su vez por ellas. Así, las, unas repercuten en las otras, para formar las estructuras sociales en transformación. Los funcionalistas consideran que los medios de comunicación pueden estudiarse como instituciones que cubren ciertas necesidades de la estructura; es decir, que cumplen funciones importantes para el mantenimiento del orden social en su proceso paulatino de transformación. Cuando las instituciones que realizan funciones secundarias - c o m o podría ser el caso del periódico - dejan de existir, la organi-

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zación social se transforma de alguna manera y se inventan nuevas instituciones que cubran las necesidades. La forma de presentar los mensajes varía según cada medio; cada uno tiene su manera peculiar de agrupar "'mensajes paralelos". Según las modalidades propias de cada medio, se definen mejor y más precisamente sus funciones. Así, para determinar el lugar de cada uno de ellos dentro de la estructura social, hay que conocer sus características, lo cual nos permitirá delimitar mejor sus funciones manifiestas y latentes, así como lograr una mejor planificación y optimización de ellos. Para los estructuralistas, los medios son sólo modalidades de trasmisión, a través de las cuales los hechos ya cargados de significación para la sociedad, - o sea, aquello que constituye el carácter social de la conducta- se vuelven a estructurar con formas que enriquecen más o menos su fuerza de expresión. Es decir, los medios son los nuevos condicionantes para codificar o reforzar lo que socialmente tiene ya algún sentido. Entonces, aj| estudiar los medios de comunicación, los estructurealistas tienen un doble problema: por una parte, especificar las estructuras lógicas que conforman el fenómeno del sentido y, por otra, ver las peculiaridades con que ese sentido puede trasmitirse por los distintos medios de comunicación. Para los autores marxistas que aquí hemos seguido, hay que estudiar cada estructura significativa como fruto de una praxis social. En esta perspectiva, cada medio de comunicación impondrá sus características y ¡a estructura significativa deberá conformase a cada medio, pero también cada medió condicionará su función a la estructura, o estructuras significativas que lo dirigen, según las prácticas sociales a que los emisores se han abocado. (En la confrontación de las tres perspectivas, que hemos querido esclarecer a lo largo del presente trabajo, podríamos sacar muy diversas conclusiones sobre los distintos aspectos de la comunicación humana, como el mensaje, el emisor, el receptor, el código, la retroalimentación, la codificación, la decodificación, etc. Esta sería una tarea muy laboriosa y prolongada, que indudablemente nos UeVaría a ampliar más nuestro ensayo. Quede esta tarea para un trabajo posterior. Por ahora intentaremos concluir algo en relación a los conceptos de comunicación e información y a algunas de sus relaciones.) Como ya hemos señalado, para los funcionalistas, la comunicación se estudia a nivel fenoménico, esto es, a nivel de lo que aparece. Cuando Wilbur Schramm nos dice que hay que estudiar no sólo el contenido manifiesto de la comunicación, sino también su contenido latente, vemos que este contenido latente está expresado por un conjunto de signos que pueden observarse directamente, constatarse, tabularse, correlacionarse. No se requieren instrumentos que nos

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Cap. 6. Conclusiones

ayuden a trascender nuestros sentidos, basta simplemente agudizarlos y aprender a relacionar lo que hemos observado. Cuando se nos señala que comunicación es el "compartir una orientación con respecto a un conjunto informacional de signos," debemos entender que ese "compartir" sucede a nivel fenoménico, a nivel de lo que aparece latente o manifiesto ante la observación atenta. La observación descubrirá su relación a un orden, a un conjunto de valores e instituciones o, para decirlo de una vez, a una estructura, pues es a partir de ella que los diversos mensajes de nuestra comunicación toman su sentido. _ Los estructuralistas tienen otro modo de estudiar la realidad. La comunicación, como cualquier otro hecho social, no puede estudiarse satisfactoriamente a nivel de los fenómenos. Nuestros sentidos nos engapan. Las estructuras no se nos presentan directamente. Son mecanismos lógicos 'que construye el científico y que nos esclarecen la manera como se interrelaciona un conjunto de hechos para producir un sentido socialmente reconocido y expresado. Sin ernbargo, este sentido reconocido y expresado es engañoso. Lo que el científico estructuraüsta tiene que descubrir es el conjunto de interrelaciones que produce ese sentido, las reglas que producen las normas sociales. En esta perspectiva, la comunicación en cualquier sociedad, constituye un conjunto estructurado de significaciones. Los hombres evocan el sentido de las cosas según su entender. Y en la medida que ese entender sea común, se comunican. Lo importante, sin embargo, es descubrir el conjunto de interrelaciones que son las condiciones de posibilidad de ese entender, ese sentido, ese conjunto de fenómenos . que puede leerse directamente en la conducta social. Lo fundamental, pues, es el estudio de lo que permite que los fenómenos se carguen de sentido para una sociedad y que sean evocados en común. Para los marxistas, los dos planteamientos anteriores son necesarios pero no suficientes. Necesitamos conocer los fenómenos, verlos con claridad y delimitarlos. También debemos ver las sucesivas interdeterminaciones que condicionan la producción del sentido y que van formando estructuras significativas; pero esto no basta. Las diversas estructuras significativas se forman a partir de las prácticas sociales que originan la estructura, suceden dentro de la estructura y además circunscriben límites a la conciencia. Estos límites no pueden superarse, si no se transforman las prácticas dentro de la vida social. Estas • prácticas pueden reconocerse dentro de un proceso de lucha de clases. La comunicación entre sujetos inmersos en distintas estructuras significativas se posibilitará hasta cierto punto, más allá del cual no se puede evocar en común los mismos sentidos del significado. ' Una estructura de comunicación deberá entenderse, al descubrir las interrelaciones que hacen que puedan producirse significados con

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sentido, comunes a los miembros de una sociedad;y se explicácuando puede conocerse su origen y su inserción dentro de un sistema mayor, donde están en contradicción las distintas estructuras significativas. Dentro del funcionalismo, la información tiende a interpretarse como un conjunto de datos que disminuye la incertidumbre. Los datos son entonces una especie de informadores, de transformadores del individuo y la sociedad. Por lo general, los funcionalistas no intentan explicar cómo es que los datos reducen la incertidumbre; simplemente constatan "el hecho". Pero en esta situación, los datos mismos se personalizan. No son ya los hombres los que eliminan la incertidumbre y de alguna manera forman la sociedad, sino los datos mismos. Sin embargo, al hablar de grupos de referencia, se establece que los datos serán orientados por el sujeto, según convenga a los grupos a que pertenece, y serán rechazados cuando no convengan a ellos. Pero esto siempre se estudia al nivel del fenómeno tal como aparece o al nivel de las normas que se pueden descubrir a través de una observación atenta y directa. Dentro del estructuralismo la cuestión es diferente. Si la sociedad se constituye en la medida que tiene determinadas reglas o estructuras, que tienden a producir el sentido de los acontecimientos y las normas externas para juzgarlos, los datos que se nos presentan son interpretados aparentemente según las normas observables directamente; pero en realidad, esas normas se constituyen o se informan por las reglas que operan en una sociedad determinada para producir el sentido. Los individuos entonces se hayan atrapados dentro de estructuras que les dan pautas para informar su acción en relación a los datos que reciban. El sujeto tiene interiorizadas las reglas que producen las normas, las cuales se aplican a cada caso. , Entonces si describimos las reglas que construyen las normas tendremos una guía más. segura para explicar la interpretación de I Q S hechos en una sociedad; tendremos la posibilidad dé prever, hasta cierto punto, la transformación de las normas que aparentemente guían a los sujetos en sociedad para informar su acción ante tal o cual nuevo dato. Según la corriente marxista, los datos del ambiente se informarán por los sujetos, según las estructuras significativas, y se opondrán a otras estructuras significativas que le son adversas. Los enfrentamiéntos de los hombres en sus luchas, les posibilitarán erfriquecer los datos con que cuentan, les permitirán transformar sus estructuras de interpretación y, por lo mismo, dirigir de un modo nuevo.su acción, cambiar sus estructuras significativas o, si se prefiere, sus pautas-de información. Los sujetos en sociedad tienen patrones de interpretación sobre los datos que se les presentan, según las estructuras significativas que

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Cap. 6. Conclusiones

conforman en sus prácticas sociales. Éstas son guías para orientar su acción, son modos de informarlas, pero al mismo tiempo son un límite: los grupos sociales no pueden actuar conscientemente contra sus intereses de clase. Finalmente nos toca concluir sobre la externa contradicción entre comunicación-información, la cual nosotros consideramos como las dos caras de una misma moneda. . .Dentro del funcionalismo esta contradicción parece no existir. La comunicación y la información son dos funciones armónicas y complementarias: yo comparto cierto conjunto de signos con otros; esté conjunto tiende a reducir la incertidumbre con respecto a tal o cual cuestión. Yo no puedo evocar en común con otros ciertos datos y no puedo comunicarme sin una mínima información, al menos para mostrarle, aunque sea como significado latente, que me interesa continuar en comunicación con él; lo cual, aun cuando sea en grado mínimo, reduce la incertidumbre o tiende a evitarla. Si la información se concibe como complementaria de la comunicación dentro de un proceso armónico, no tiene sentido el concepto de ruptura que hemos señalado entre estos dos conceptos. Tampoco lo tiene, si se concibe un conflicto social como la manera de mantener ,o reactivar el orden. Por ejemplo, cuando un grupo se rebela, porque quien posee el mando formalmente no cumple con eficiencia las normas-que la sociedad ha reconocido, esta rebelión tiende a restablecerlas o reactivarlas. En realidad, el modo de informar los datos no ha cambiado sustancialmente; la ruptura se ha dado contra un individuo, pero las pautas de información del sentido de los hechos sociales siguen básicamente inalteradas. No puede hablarse de contradicción entre comunicación e información. '' .Por otra parte, si sólo se /e el contenido directamente observable de la comunicación y, por i onsiguiente, sólo pueden verse las normas externas y no las reglas que estructuran a las normas, entonces pareciera que los informadores son los datos mismos. A este nivel, no puede separarse lo que se ha informado y se evoca en común de aquello que lo informa y que ha roto con otros modos de informar. «' Dentro, del estructuralismo, la contradicción entre la comunicación y la información parece no plantearse como problema. Las reglas que los hombres han asimilado en sociedad producen normas que les permiten evocar en común los mismos significados, con más o menos los mismos ".entidos o con sentidos previsibles por ellos. Estas reglas estructura.i los datos, los informan, hacen que puedan evocarse en común, pero no se señalan momentos de ruptura entre diversos sentidos comunicables. •En esta perspectiva, tiene sentido hablar de la información y de la comunicación como dos elementos distintos, uno subalterno

Conclusiones

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al otro, pero no como opuestos. No se hable pues, de procesos de cambio, mientras aquí hemos definido la información como un mecanismo que tieide a producir la ruptura con viejas formas de comunicación o con modos anteriores de mantener la sociedad.' Dentro de la corriente marxista, que hemos presentado a grandes rasgos, es donde cobra sentido la oposición entre ambos conceptos para explicar los procesos de transformación social. Gracias a sus estructuras significativas, formados en procesos concretos de vida, los hombres pueden evocar en común un conjunto de significados, más o menos con el mismo sentido: pueden comunicarse. A l enfrentarse con nuevas condiciones, los miembros de una sociedad, formados en determinadas estructuras significativas, empiezan a idear nuevos modos de acción. Los sujetos frente a ciertas condiciones, empiezan a ver que actuar igual que antes significa destruirse. Las estructuras significativas tienden a cambiar. La conciencia'empieza a visualizar nuevas posibilidades de informar la acción. Quienes se hayan quedado en las estructuras significativas anteriores, están, en cierto sentido, incomunicados. La nueva sociedad tiene ahora nuevos patrones de información. Muchas de las ideas que antes se evocaban en común en un sentido, hoy tienen otro, y en la medida en que éste no sea explicable por los rezagados, no habrá comunicación con ellos. Quienes hayan seguido el proceso participando en una praxis, defendiendo los intereses de una clase social, tenderán a cambiar sus estructuras significativas y, por tanto, sus modos de informar la acción, de interpretar los datos, y podrán evocar en común significados con un nuevo sentido. La transformación del sentido constituye la posibilidad de un cambio más o menos sustancial de las estructuras materiales de la sociedad, pero al mismo tiempo está condicionado por ellas. Así, los nuevos modos de informar los datos se condicionan por las estructuras materiales, y en la medida en que ambos se desarrollan, tienden a romper con los viejos sentidos de la comunicación anterior y a renovarlos; con ellos se renueva el orden social, por la acción de los hombres en condiciones sociales determinadas. Por otra parte, en la medida en que las clases sociales, en sus prácticas concretas se acercan al máximo de conciencia posible, se acrecienta la dificultad de la comunicación, ya que las estructuras significativas de cada clase, que informan el sentido de su acción, serán cada vez más opuestas. ,

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i,

A c c i ó n social, 13-14 y pensamiento, unidad, 54 Actante, 33. Véase también Estereotipo social Actitudes de canalización, 71 Actividad estructuralista, 82-84 objetivo, 82 Alcance medio, t e o r í a s de, 25, 30 Alienación, 47-48 Althuseer, Louis, 115 Análisis de la c o m u n i c a c i ó n , 23 estructural, 37, 39 i d e o l ó g i c o de los medios de comun i c a c i ó n , 109-121 s e m i o l ó g i c o , 40, 44 Animal symbolicum, 78 Aristóteles, 66 Artes, 83 función comunicativa, 79 estética, 79 sistema de las, 79 Aut'oalienación, 117

Bremond, C , 37 Buyssens, E r i c , 79 Canal del mensaje, 31 Canalización, actitudes de, 71 Capitalismo, 5 2 - 5 3 , 56 Capitalización del espíritu, 103 Carnap, Rudolf, 38, 78 Cassirer, Ernst, 7 8 - 7 9 Categorías abstractas, 51 e c o n ó m i c a s , 51 simples, 50 Ciencia(s), 7 burguesa y marxismo, diferencia, 5 1 históricas, principios, 98 humanas, estructura en las, 94-95 naturales, f u n c i ó n del c i e n t í f i c o en las, 94 origen, 42 proletaria, 48 elemento b á s i c o , 52

Bachelard, G . , 7 Balzac, Honorato de, 57, 101-108 Barthes, Roland, 1 2 , 3 7 , 4 0 , 4 2 - 4 3 , 8 0 92, 109, 111, 113n Baudrillard, Jean, 44, 56 Bedeutung, 78n Bloque histórico, 52, 62 Bourdieu, Pierre, 58 Brecht, Bertolt, 86

t

(

Científico estructuralista, 4 2 , 124 f u n c i ó n en las ciencias naturales, 94 social, 7 , 5 1 ^ , Cine, 23. característica esencial/ 14-15 c ó d i g o s del, 37 > y teatro, 14-15 C í r c u l o L i n g ü í s t i c o de Praga, 79n Clase dominante y medios de cpmunic a c i ó n de masas, 110 Código(s) 1-33

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índice alfabetico

Indice alfabetico

c i n e m a t o g r á f i c o , 37 morales, 55 Coeficiente de ^ d e t e r m i n a c i ó n , 46 Coherencia estructural, 93 Comics, 54 Comportamiento, investigadores del, 66 C o m p o s i c i ó n , 83 leyes de, 38 C o m u n i c a c i ó n , 1 1-15, 29-30, 67, 123 análisis, según Me. Luhan, 23 contenido latente, 125 definición, 11, 28 • e i n f o r m a c i ó n , 17 c o n t r a d i c c i ó n , 128-129 esquemas funcionalistas, 28, 30-31 • estructuras de, 44 niveles, 44 importancia, 63 medio colectivo de, 67 • modos de, 20 necesidades formales, 73-74 proceso de 68 en el estructuralismo, 4 4 - 4 6 en'el funcionalismo, 28-3 1 según el estructuralismo, 126 según el funcionalismo, 20,1.25-126 según el marxismo, 126 sistema de, 46 • social, 72-73 en el marxismo, 48 finalidad, 73 teoría general, principio básico, 28, 68 C o m u n i c a c i ó n de masas ' análisis i d e o l ó g i c o , 109-121 finalidad, 118 medios de, 20-21, 4 7 - 4 8 , 55, 109110, 112 , según el estructuralismo, 125 según el funcionalismo, 124-125 según el marxismo, 125 Conciencia, 49 de clase, 62 del signo paradigmática, 8 8 - 9 0 simbólica, 88-89 sintagmática, 88, 90 falsa, 60 posible, 59-62 l í m i t e de la, 59 m á x i m o de, 5 9 - 6 0 Conducta

carácter social, 39 coeficiente de indeterminación, 46 Conflicto social, 22-23 Coser, Lewis, 22 Creación intelectual, 58 s o c i o l o g í a de la, 58 C r o n o l o g í a , 27 Cultura, 86, 92 cool, 23 historia de la, estructura significativa en la, 93-94 hot, 23 nacional, 120 D e c o d i f i c a c i ó n del mensaje, 23 Deixis, 77n Denotata, 78 Denotatum, 78 Desarrolíismo, 115 Designatum, 78 Diacronía, 82 Diagramas, 77 Difusión, medios de, 54 D i l u c i ó n , estrategia de, 112 Disfunciones de la sociedad, 21-22 Dorfman, Ariel, 53-54 D u m é z i l , Georges, 83 Durkheim, Emilio, 6, 27 E c o , Umberto, 37 E c o n o m í a , 51 Emancipación femenina, 118 según la racionalidad burguesa, 118 según la racionalidad marxista, 118 Emisor, 28 Empirismo funcionalista, 42 Engels, Federico, 49 Ensarnblaje, 84-85 Enzensberger, H . M., 22 Equilibrio social, 21-24 Escribir, 12 Escritura instrumental, 43 ornamental, 43 Esquemas funcionalistas de la comunic a c i ó n , 28, 30-31 Estatus, signo de, 56 Estereotipo social, 119. Véase también ActanteJ e i d e o l o g í a 120-121 Estrategia de dilución, 112

de persuasión, 113 de recuperación, 112 Estructura(s), .37-38,42, 81-82 anacrónica, 42 como modelo, requisitos, 3 8 - 3 9 de c o m u n i c a c i ó n , 44 niveles, 44 de grupo, 44 de subordinación, 44 del lenguaje, 42 en ciencias humanas, 94 lingüística, 42 según el funcionalismo, 25, 124 significantes, 46 significativa, 5 5 - 5 8 , 61, 92, 95, 9899, 124-125, 128 en historia de la cultura, 93-94 función histórica, 94 tipo, 34 Estructural-funcionalismo, 24-25, 27 Estructuralismo, 3 3 - 4 6 , 87, 100 a c r ó n i c o , 43 c i e n t í f i c o , 83 c o m u n i c a c i ó n según el, 126 medios de, 125 definición, 4 3 - 4 4 , 82, 88 e historia, 4 1 - 4 3 , 86-87 importancia, 85 i n f o r m a c i ó n según el, 127 origen, 36 y lingüística, 3 7 - 3 9 y s e m i o l o g í a , 39-41 Experiencia humana, niveles de organización según Peirce, 76 Expresionistas, 52-53 Falsa conciencia, 60 Feedback. Véase Mensaje de retorno F e n ó m e n o significante, 88 Festinger, L e ó n , 65 ' F i c c i ó n , en una obra subliteraria, 53 Füosofía del lenguaje, 75 origen, 42 F o n o l o g í a desarrollo, 90 Forma(s), 85 simbólicas, 78 Formalismo, 40 F r e g e . G . , 78 Freud, Sigmund, 89 Funcionalismo, 19-31, 124 características, 19-28

c o m u n i c a c i ó n según el, 125-126 medios de, 124-125 i n f o r m a c i ó n según el, 127 objetivos, 19 Funcionamiento del mundo, leyes de, 54 Gardin, J . C , 83 ' G é n e r o , 34 Genette, G . , 37 Gluckman, Max, 22 Godelier, Maurice, 42 Goethe, J . W., 105 Goldmann, Lucien, 48, 50, 58-59, 6 1 , 92-100,110 , Gramsci, Antonio, 50, 5 2 , 5 4 , 6 2 , 1 1 5 n Granger, G . G . , 83 Greimas, A . J . , 3 3 - 3 7 , 42-43,' 80* 109 Grupo(s) de referencia, 29, 71, 127 estructuras de, 44 Guiraud, Pierre, 39n Hecho social, 6 HegeLG.W. F . , 51,86 H e g e m o n í a cultural, 52, 54 Historia de la cultura, estructura significativa en la, 93-94 y estructuralismo, 4 1 - 4 3 , . 8 6 - 8 7 y funcionalismo, 26-28 Historieta, 54 Hombre estructural, 8 2 - 8 3 , 86 Homo significans, 86 H o m o l o g í a , 83, 90 Hovland, Cari, 6 5 - 6 6 Icono, 76-77 . . subdivisión, 77 I d e o l o g í a , 52, 54, 115n, 119, • burguesa, 110, 119 precursores, 121 definición, 48, 108, 115n y estereotipo social, 120-121 Idiosincrasia nacional, 113 . Imágenes, 77 ^ Imaginación de los signos, 90-91 formal, 91-92 funcional, 91-92 profunda, 91 Imaginario, 82 Indeterminación de la conducta, coeficiente de-, 46

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índice alfabético

í n d i c e , 77 Información, 15-17, 123 i definición, 15,28 según el estructuralismo, 127 según el funcionalismo, 127 según el marxismo, 127 y Qomunicación, 17 contradicción, 128-129 Infraestructura, 124 Institución social, f u n c i ó n , 19 Inteligibilidad en la historia de la cultura, 94-95 erl las ciencias naturales, 94 Interpretante, 76 Interrelación social, 24 Investigación de p o m u n i c a c i ó n , 74 semiológica, 41 , Investigadores del comportamiento, 66 1

Janis, Irving L . , 66 Jaspers, Karl, 100 Katz, E I i h u . 6 4 Klapper, Joseph T . , 65 Lalive d'Epinay, C , 117n , Langer, Suzanne, 79 Lasswell, Harold, 65-66 •Lazarsfeld, Paul, 25, 64-66 Lengua definición, 77 > paradigma de la, 43 Lenguaje, 4 0 - 4 1 , 75 estructura del, 42 ' 'filosofía del, 75 función, 78 • reglas del, 45 teoría general del, 75 •verbal, 78 Lenin, V . I . , 50, 120 Lévj-Strauss, Claude, 3 7 - 3 9 , 4 1 - 4 4 , 8 0 , 83-84, 86, 90 Lewin, Kurt, 65-66 Leyes de c o m p o s i c i ó n , 38 de funcionamiento del mundo, 54 Lingüística, 38, 40, 77, 82 ' descriptiva, 80n estructural, 36, 41, 79 y estructuralismo, 37-41 Literatura, 83, 86

Indice alfabético' mercantilización, 103-104 s o c i o l o g í a de la, 57 Locke, John, 75 Lógica, 78 Lukács, Georg, 14-15, 48, 50-53, 57, 101-108 Luxemburgo, Rosa, 50

Maccoby, Nathan, 66 Malthus,T. R. 121 Marco de referencia, 28-29, 68 Marx, Karl, 4 9 - 5 1 , 102, 110-111 Marxismo, 4 7 - 6 2 , 124 c o m u n i c a c i ó n según el, 126 medios de, 125 i n f o r m a c i ó n según el, 127 y ciencia burguesa, diferencia, 51 Materialismo dialéctico, 50 Mattelart A . , 108-121 MattelartM., 108-121 Mauss, Marcel, 38 Me. Luhan, MarshaU, 23, 31 Medios de difusión, 54 de p r o d u c c i ó n , 47 Medios de c o m u n i c a c i ó n masiva, 20-21, 47-48, 55, 109-110, 112 análisis ideológico, 109-121 cool, 23 finalidad, 118 hot, 23 y clase dominante, 110 Mensaje, 28-31, 42, 68, 125 aceptación o rechazo del, 70-71 característica, 45 de retorno, 30-31 decodificación, 23 efecto, 70 interpretación del, 28-29 paralelo, 29, 69 Menzel, Herbert, 65 Mercancías, 56 Mercantilización de la literatura, 103-104 Merleau-Ponty, M., 89 Merton, Robert, 21, 25 Metáforas, 77 Metalenguaje intelectual, 82 Método dialéctico, 48 marxista, 50-55 1

Mito, en la ideología burguesa, 111-112 Mitología, 42 burguesa, 111 Mitologización de la realidad, 52 Moda, 55-56 Modalidades de trasmisión, 125 Modelo(s), 6 acrónicos, 43 actancial, 3 3 - 3 4 como estructura, requisitos, 3 8 - 3 9 estructura], 33, 36, 38, 124. Véase también Simulacro, mecánicos. Véase Estructuras significantes. Modernismo de las actitudes, 118 Modos de c o m u n i c a c i ó n , 20 Morris, Charles, 38, 78-79 Mukarovsky, Jan, 79 Normas, 45 Novela de la desilusión, 101 Objeto, 76, 82 de consumo, elaboración, 56 paradigmático, 84 y sujeto, 54 Obra(s) de arte, 85 elementos, interdependencia, 93 no figurativas, 85 subliteraria, desarrollo, 53 Obstáculos e p i s t e m o l ó g i c o s , 7 Orden burgués, 114 natural, 113-114 social, 113 Paradigma, 84, 87 de la lengua, 43 origen, 89 Parsons, Talcott, 25 Pascal, Blas, 6 1 , 6 3 , 95, 97-99 Peirce, Charles Sanders, 39n 75-78 Pensamiento(s) dominantes, 112 y acción social, unidad, 54 Persuasión, estrategia de, 113 Piaget, Jean, 38 Piccini, M., 108-121 Plusvalía, 56 Pragmática, 38, 79 Praxis, 47

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Primeridad, 76 Proceso, 52 de c o m u n i c a c i ó n , 68 en el estructuralismo, 4 4 - 4 6 en el funcionalismo, 28-31' de significación, 44 social, 48 Producción, 51-52 medios de, 47 Producto cultural masivo, desarrollo, 53 Propp, Vladimir, 34, 83, 90 Publicidad, 55-57 Publicista, 57 ' Racine, J . , 95, 9 7 - 9 9 Realidad, 57 m i t o l o g i z a c i ó n , 52 Receptor, 28, 68 Recorte, 84 Recuperación, estrategia de, 112 Reglas del lenguaje, 45 Reificación de la realidad, 48 Relación(es) entre los signos paradigmática, 76, 87-88 , simbólica, 87 sintagmática, 88 semánticas, 44 • sintácticas, 44 . social, 13-14 Representaciones colectivas, 113-116 Representamen. Véase Signo » Resignación, como característica de. la literatura burguesa del siglo xrx, 105 Retroalimentación, 72 Richard, J . P., 83 Rousseau, J . J . , 27 Rozitchner, L . , 116n Russel, Bertrand, 78 (

Saussure, Ferdinand de, 11, 36, 38-40, 45, 76-77, 82, 124 Schaff, Pidam, rT>8, 120-121 Schramm, Wübur, 22, 26, 28-30, 6375, 125 Secundaridad, 76 Semántica, 38, 78 S e m i o l o g í a , 3 9 - 4 1 , 61, 77 elementos, 41 estructuralista, 40 Semiótica, 75-80

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Indice alfabético

antecedentes, 75 secundarios, 80 definición, 75 s i m b ó l i c o s no lingüísticos, 80 Shakespeare, William, 12 social, 24, 46 Significación Situación de crisis, 53 de objetos" de consumo, 44-45 Smith, Adam, 121 t proceso de, 44 Sociedad, 17, 24 -significado, 11, 41, 45, 82 disfunciones de la, 21-22 connotativo, 29, 69 equilibrio de la, 21-24 denotativo, 29, 69 S o c i o l o g í a , 38 latente,, 29, 69 burguesa, 116 manifiesto, 29 '• • de la creación intelectual, 58 • superficial, 29 de la literatura, 57 Significante, 1 1 , 8 2 de los s í m b o l o s , 89 Signo(s), 11, 39, 75 función, según Merton, 25 • artístico, 79 Subordinación, estructura de, 44 conciencias del, 88 Sujeto y objeto, unidad, 54 de estatus, 56 Superestructura, 124 definición, 75-76 Surrealismo, 82 e s t é t i c o , 79 i c ó n i c o s , 79 Técnica, 83 imaginación del, 90-91 T e o r í a , 47 no i c ó n i c o s , 79 de alcance medio, 25, 30 ocurrencia, 76n funcionalista de la c o m u n i c a c i ó n , 20 relaciones entre, 76, 87-88 niveles de análisis, 20 tipo, 76n general de la c o m u n i c a c i ó n , 28, 68 verbales, 75 general del lenguaje, 75 Simbolismo, 88 Terceridad, 76 S í m b o l o s , 77, 87-88 T i p o ideal. Véase Modelo indícales, 77 Todorov, T . , 37, 75-81 sociología de los, 89 Totalidad, 50-52, 54 Simulacro, 41, 82-83, 124. Véase tamTrasmisión, modalidades de, 125 bién Modelo estructural Trasmisor, 68 características, 85 Trubetzkoy, N. S., 79, 83 Sincronía, 72, 82 S i n é c d o q u e , 77 Variables Sinn, 78n dependientes, 24 •Sintáctica, 38, 78-79 independientes, 24 Sintagma, 88 Veron, Eliceo, 19, 38-39, 46 Sisteraa(s),'39, 87 Vida consciente, carácter social y actid e ' c o m u n i c a c i ó n , 46 vo, 54 de las artes, 79 de p r o d u c c i ó n , 52 h e g e m ó n i c o , 52 l i n g ü í s t i c o , 79

'i

Weber, Max, 6, 13 Wright, Charles R . , 20 Esta obra se terminó de imprimir el dia 10 de enero de 1985, en los talleres de Litogràfica Tavera, S. A., Calle de la Salud núm. 42, loe. 5, Col. Sn. Feo. Culhuacán Taxqueña, Deleg. Coyoacán, 04420, México, D. F., se encuadernó en Populiuro, S. A. de C. V., Calle 5 núm. 7-bis. Col. Alce Blanco. Edo de México, 53370, se tiraron 5 000 ejemplares, más sobrantes de reposición

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